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Juan Goytisolo: "Sería suicida por mi parte querer cambiar de lengua"

Presentación de "Makbara" en cinco universidades

Mediante una lectura fragmentaria, seguida siempre de animados coloquios, Juan Goytisolo acaba de presentar su nueva novela, Makbara, en las universidades de Salamanca, Valladolid, Madrid, Zaragoza y Barcelona. Una misma pregunta se repitió al término de cada lectura: «¿No anunciaba, al final de Juan sin Tierra, que iba a escribir ya siempre en árabe?» El novelista explica que nunca fueron tales sus intenciones.

Hace algún tiempo, Juan Goytisolo señalaba que las obras más significativas del siglo XX son las que se sustraen a la tiranía conceptual de los géneros: son a la vez poesía, crítica, narrativa, teatro, etcétera. Para añadir a renglón seguido: «El propósito fundamental de una novela como Don Julián es lograr la unidad del objeto y el medio de representación, la fusión de la traición-tema y la traición-lenguaje. Don Julián es a un tiempo obra de crítica y ficción o, si prefieres, praxis crítica.» Fiel a este propósito, enarbolado ya en Señas de identidad y llevado hasta las últimas consecuencias en Juan sin Tierra, presenta una nueva obra donde, de todas formas, hay más de una ruptura con la trilogía mencionada.

La desaparición de Alvaro

El nuevo libro, Makbara, se asienta sobre una variante de aquel propósito: la fusión del amor-tema y del amor-lenguaje. Y es por tanto, a un tiempo, obra donde conviven la moral y el canto: praxis lírica. Hasta el punto de recordar la novelera justificación de Lautréamont para sus indefinibles Chants: «Esperando ver prontamente, un día u otro, la consagración de mis teorías, aceptadas por tal o cual forma literaria, creo al fin haber encontrado, tras algunos intentos, una fórmula definitiva. ¡La mejor: la novela!» El propio Goytisolo señala otras rupturas: «Ha desaparecido el personaje de Alvaro. Por otra parte, en contra de lo que opinaba la crítica acerca de mi obsesión española, aquí está una novela donde el tema de España brilla por su ausencia. Ahora bien, hay otras preocupaciones insertas en la trilogía que vuelven a reaparecer en Makbara.»Lo desconcertante para el público universitario que ha asistido a las lecturas de Goytisolo era que Makbara no estuviese escrita en lengua árabe. Y eso quedaba patente en todos los coloquios, cuando alguien confesaba que el final de Juan sin Tierra, escrito en árabe, lo había tomado como el adiós definitivo a la lengua castellana. Respuesta del autor: «Al cabo de veinticinco años de escribir sin cesar en un idioma que, al decir de algunos críticos, sigo manejando todavía mal, comprenderán que sería suicida por mi parte querer cambiar ahora de lengua.»

El ritmo de la escritura

A cada lectura, asistencia masiva y entusiasta. A veces hay que cambiar de local para que quepan todos. Hay risas, aplausos, animadas preguntas. Después de visitar las universidades de Salamanca, Valladolid, Madrid, Zaragoza y Barcelona, Goytisolo suspende el proyectado recorrido en razón de la huelga universitaria. Y ahora traza un balance: «Hay una cosa muy importante, común a todas estas experiencias. Y es que he podido mostrar cómo cierto tipo de literatura, considerada de dificil lectura, puede ser leída en público con absoluta facilidad. Los oyentes se han dado amplia cuenta de que toda dificultad queda eliminada cuando se acepta que hay un oído literario de la misma manera que hay un oído musical. Hay que aceptar el ritmo propuesto por la escritura, distribuir las frases con arreglo a ese ritmo, olvidarse de la chata distribución normal. Creo que eso se ha entendido en todas partes.» Lo que el público quería también saber era el contenido global de la novela, solamente entrevista gracias a los fragmentos: «Es muy difícil de contar. Pero hay un tema básico: el amor. La novela está construida sobre dos discursos paralelos de dos personajes. Esa presencia de dos personajes», que relatan o imaginan una serie de encuentros o desencuentros, «no impide que el lector se pregunte: ¿quién habla en la novela? Sólo al final de la misma queda aclarado el origen de tales voces. »De todo ha habido en los coloquios. Preguntas centradas en la lectura. Preguntas referidas a las novelas anteriores. E incluso en tomo a Ricardo de la Cierva, que llamó a Goytisolo «novelista mauritano». No faltó tampoco el tema del Sahara. O el deseo de saber que Makbara significa cementerio en árabe. Y: «Hubo algunas preguntas provocadoras, que suelen ser las más divertidas.» En cualquier caso, «yo quería salir de ese circuito deprimente donde Fulano presenta a Mengano, Mengano a Zutano y Zutano a Perengano. Esta ha sido una forma nueva de dirigirse directamente al lector, que, a su vez, me manifestaba libremente su apoyo o desacuerdo. Ha sido una vivencia estimulante».

A la postre, interrogado por los proyectos de escritura, Juan Goytisolo sonreía: «He estado trabajando durante dos años en esta novela. No, no tengo ningún proyecto. Y ojalá que no lo tenga de inmediato.»

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