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Compromiso sobre Líbano en la "cumbre" árabe

Con un compromiso de última hora el Gobierno libanés y la resistencia palestina, en torno a la presencia de los fedayines en el sur de Líbano, concluyó ayer la décim a cumbre árabe de Túnez. La resolución final condena la política de Estados Unidos en Oriente Próximo y reafirma el apoyo de los países árabes a los de la «primera línea»: Siria, Jordanía y Líbano.Los jefes de Estado y Gobierno aprobaron, tras tensos debates, el acuerdo establecido entre el presidente libanés, Elías Sarkis, y el difigente de la OLP, Yasser Arafat, el cual establece que la presencia de los combatientes palestinos en el sur de Líbano deberá ser controlada, en adelante, de manera conjunta, por el Gobierno de Beirut y la resistencia palestina.

La fórmula aceptada por la cumbre comprende una declaración palestina, según la cual los fedayines no lanzarán operaciones directas contra Israel a partir del sur de Líbano. Los dirigentes árabes reafirman, sin embargo, que «es deber sagrado de todos los árabes el apoyar la lucha de la resistencia del pueblo palestino contra el enemigo sionista».

El presidente sirio, Hafed el Alsad, jugó un papel preeminente en las negociaciones líbano-palestinas. El dirigente sirio sostuvo al presidente Sarkis en todo lo relativo a preservar la unidad territorial y la integridad de Líbano, y consiguió convencer a los demás participantes a la cumbre de que una fórmula de «coexistencia política» entre palestinos y libaneses no debía ser considerada, necesariamente, como una congelación brutal de las actividades militares de los primeros en la zona sur del territorio libanés.

El «consenso» a que llegaron los participantes es característico de la forma de trabajo de la Liga Arabel que descarta, a priori, toda posibilidad de discordia en el seno de la «gran familia árabe» pero en la práctica los observadores estiman que el compromiso entre Sarkis y Aíafat suscitará grandes reticencias en diversos integrantes de la resistencia palestina. La cumbre ha decidido ofrecer «toda la asistencia posible» al Gobierno libanés para que éste pueda ejercer las «presiones necesarias» sobre Israel, de manera a que este último país ponga «fin a sus agresiones. contra el sur de Líbano y se retire del territorio libanés».

«La causa palestina es la cuestión central del conflicto árabe-israelí, y los árabes harán todo lo posible por lograr una paz justa», agrega la resolución, en la cual se indica, más adelante, que un arreglo del problema en Oriente Próximo sólo puede ser global sobre la base de la liberación de todos los territorios ocupados y la reafirmación de los derechos del pueblo palestino.

Los jefes de Estado árabes remitieron un mensaje al rey Jaled, de Arabia Saudí, en el que se dehuncia el acto de violación perpetrado contra la gran mezquita de La Meca y se apoyan las medidas tomadas por las autoridades saudíes para salvaguardar los santos lugares del Islam.

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