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Rabat intenta dividir a los dirigentes argelinos

En medios políticos de esta capital se considera que el rey Hassan II está jugando con fuego al intentar atizar divergencias internas argelinas y generar desavenencias con los libios.Tendiendo la mano a los moderados, que para el monarca de Rabat están encabezados por el jefe de Estado Chadli Benjedid, y condenando a los duros, que en el plano interno representaría Salah Yahiaui, coordinador del partido FLN, y en lo externo el líder libio Muamar el Gadafi, Hassan II procura alimentar rencillas entre los principales apoyos del Frente Polisario.

Asimismo, el régimen alauita señala a Libia como el mayor factor de agresividad regional y por primera vez acusó abiertamente a Cuba de estar lista a iniciar una estrecha colaboración militar con los saharauis.

La primera acusación, que analistas de problemas magrebinos estiman, podría estar concebida fuera de Rabat y formar parte de una estrategia global contra Trípoli, con apoyo egipcio, no ha causado sorpresa, pero sí la segunda, porque seguramente provocará una inmediata respuesta cubana, en víspera de la conferencia cumbre de los países no alineados.

Desde hace días La Habana comenzó a recibir las delegaciones de más de cien países que participarán en la conferencia, cita a la cual Marruecos parece de antemano resignado a no enfrentar, permitiendo un nuevo triunfo diplomático de Argelia, como ocurrió el mes pasado en Monrovia en la cumbre de la OUA.

Contrariamente, el rey alauita parece dispuesto a invertir políticamente en un diálogo con Argel, y en los últimos días ha llegado incluso a ofrecer un corredor hacia el Atlántico por el territorio del Sahara occidental, para los productos mineros del sur argelino.

Esa postura del monarca marroquí, juzgada poco convincente por observadores políticos en la capital argelina, se explicaría por la necesidad de negociar con honor una salida del conflicto, que comienza a producir una crisis de fondo en Rabat.

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También provoca dolores de cabeza a los argelinos, en especial del lado económico, como susurran algunos militares, que no creen en un enfrentamiento inmediato entre ambos países: «A lo sumo podría haber choques fronterizos, pero que no durarán más de cuatro o cinco días, porque no lo permite la economía de uno ni de otro. »

Mientras tanto, el Frente Polisario, principal beneficiario en el conflicto, asestó el pasado viernes en Lebuirate el más duro golpe de los cuatro años del conflicto a las tropas marroquíes, muriendo casi ochocientos de sus hombres y quedando más de cien prisioneros y decenas de heridos.

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