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Los sandinistas rechazan la propuesta de EEUU para resolver la guerra de Nicaragua

El reverendo Miguel d'Escoto, representante del Gobierno provisional nicaragüense y miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), intervino ayer en la reunión de consulta de ministros de Asuntos Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se celebra en Washington, para calificar de «lamentable» la propuesta sobre Nicaragua hecha el día anterior por Cyrus Vance y acusar a Estados Unidos de buscar «no la mediación, sino la mediatización» del país centroamericano.

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Mientras un grupo de trabajo compuesto por representantes de siete países miembros estudiaba el proyecto de resolución presentado por Norteamérica, en el que se contempla la creación de una fuerza de intervención militar para «establecer un clima de paz» en Nicaragua, el representante del Frente Sandinista hacía uso de la palabra como miembro de la delegación panameña y ante las inútiles protestas del ministro de Asuntos Exteriores de Somoza.Para el reverendo D'Escoto, lo que realmente preocupa a Washington no es el poner fin a los sufrimientos del pueblo nicaragüense, sino perder el control que ha venido ejerciendo sobre Nicaragua desde «la vergonzosa intervención de 1909». Por ello, el delegado sandinista del Gobierno provisional nicaragüense pidió a los miembros de la OEA que hagan como Panamá y descarten «la insensata idea de la fuerza, aunque les haya sido sugerida por los poderosos».

Tras aludir al «derecho sagrado de la rebelión contra el tirano», el padre D'Escoto dijo que Nicaragua sólo aspira a constituirse como una nación libre y soberana y que, por tanto, rechaza totalmente las propuestas de intervención hechas por Estados Unidos.

El ministro de Asuntos Exteriores del régimen somocista, Julio Quintana, intervino después en un intento de rebatir las afirmaciones del representante del FSLN, y llegó incluso a pronunciar elogios para el general Augusto César Sandino, que fuera asesinado en 1936, en el inicio de la dinastía somocista.

Mientras D'Escoto comentaba que, hace sólo unos meses, esa defensa de Sandino hubiera costado la vida a cualquier nicaragüense, y pedía la ruptura de relaciones con el régimen del «dictador-genocida», el representante de Panamá afirmaba que el embajador de Somoza no se merecía una respuesta, porque es sólo un «fantasma» representante de «otro fantasma que vive en un bunker en vez de en un castillo».

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La reunión de consulta de la OEA, que había sido convocada por Estados Unidos, se interrumpió hasta la noche del viernes, hora de Madrid, sin que hubiera nuevos, proyectos de resolución y sin que se supiera el momento en que se procederá a votar la propuesta hecha el jueves por Cyrus Vance.

Sobre esta propuesta, el portavoz de la Casa Blanca, Jody Powell, manifestó ayer que el presidente Jimmy Carter la respaldaba totalmente. Powell añadió que Estados Unidos y otros países del hemisferio estudian la posibilidad de crear la llamada «fuerza interamericana », pero no dió mayores detalles.

En los pasillos de la sede central de la 0EA, en Washington, el ambiente era abrumadoramente contrario a la creación de tal cuerpo de intervención, y la mayoría de los representantes de los veintisiete países miembros insistían en la política de «no injerencia». La propuesta de Estados Unidos necesitaría un mínimo de dieciocho votos para ser aprobada.

Sobre esta «fuerza» corren los más controvertidos rumores. Para algunos, la inclusión de este punto en la propuesta hecha por Cyrus Vance se hizo por deseo del consejero de Carter para Asuntos de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski. Para otros, fue el propio Carter, escarmentado por lo ocurrido en Irán, quien decidió esta propuesta. No falta, por último quien piensa que en Washington no se desea realmente la creación de la fuerza de intervención, sino el utilizar tal posibilidad como elemento de negociación para obtener ventajas políticas, de cara a un «Gobierno de salvación nacional aceptable por todas las partes», en el que los sandinistas estuviesen en completa minoría o, por lo menos lo más lejos posible de la mayoría.

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