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La "cumbre" árabe de Bagdad rechaza los acuerdos de Camp David

La cumbre árabe de Bagadad, que se desarrolla entre profundas divergencias entre moderados y radicales, condenó ayer formalmente, en su primera sesión de trabajo, los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel. No obstante, los observadores destacan que lo resaltable son las negativas de ciertos países moderados a condenar expresamente al presidente egipcio, Anuar el Sadat, por sus compromisos con Israel.Los participantes en la cumbre árabe de Bagdad efectuaron durante la jornada de ayer una serie de consultas privadas para unificar criterios y adoptar una postura común ante el documento final preparado por la reunión de ministros de Asuntos Exteriores, en el que se descarta la ruptura con Egipto. Reyes, emires, jefes de Estado y sus representantes continúan profundamente divididos sobre la forma que debe adoptar su rechazo a los acuerdos de Camp David.

El presidente Hassan el Bakr, cuyo discurso conciliador fue una de las novedades de la cumbre, desarrolla una intensa actividad privada para evitar que la conferencia fracase de una manera deniasiado ostensible. La llegada de Yasser Arafat a Bagdad ha sido interpretada como un apoyo tácito de la Organización para la Liberación de Palestina a losplanteamientos de Irak, entre los que destaca la necesidad de no aislar a El Cairo del resto de la nación árabe. Libía, por el contrarió, ha delegado en una personalidad de segundo plano, el miembro del secretariado del Congreso Popular Libio, Abou Bakr Ypume, expresando de esta forma su deiaprobación hacia los objetivos de la cumbre.

El jefe del Estado iraquí formuló un velado llamamiento a las dos superpotencias al afirmar que no puede descartarse que el conflicto de Oriente Próximo se transforme en una guerra que rebasaría los límites regionales. En su opinión, los acuerdos de Camp David engendrarán una situación completamente nueva y el conflicto no se limitará a un marco regional, sino que tendrá una peligrosa envergadura internacional.

Ryad: Sadat comete un grave error

Otra de las sorpresas fue la intervención del secretario general de la Liga Arabe, el ex ministro egipcio de Asuntos Exteriores Mahmoud Ryad, quien no sólo no vaciló en condenar las conversacíones entre Sadat y Begín, sino que puso de relieve que Sadat comete un «grave error» al negociar con Israel un tratado de paz que dejará en el aire las reivindicaciones esenciales de los palestinos.Anoche, los pasillos del palacio presidencial de Bagdad fueron testigos de un inusitado nerviosismo que trascendió hasta los propios informadores, al correrse el rumor de la marcha precipÍtada del príncipe heredero de Arabia Saudita, Ibn Fahd, descontento por el giro que tomaban los acontecimientos. Pero a media noche se desmintió oficialmente el rumor, aunque el asunto volviera a poner en evidencia el papel primordial que juega el trono de Ryad entre bastidores. El príncipe Falid se entrevistó ayer con el presidente sitio, Hafed el Assad, con la intención de obtener el apoyo de Damasco al compromiso que Arabia Saudita desea ver establecido entre los dos sectores en que se han dividido los participantes.

A medida que trasciende el eco de las conversaciones privadas entre dignatarios árabes se evidencia que el único objetivo en el que hasta ahora coinciden todos no es tanto el bloqueo político y económico de Egipto, como la necesidad de que el mundo árabe no se escinda en dos grupos.

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