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Programa secreto de la CIA con médicos y drogas para controlar la mente

El programa de investigación del comportamiento humano desarrollado por la Agencia Central de espionaje norteamericana (CIA) contó con la colaboración de médicos e importantes instituciones sanitarias, duró veintinco años y costó veinticinco millones de dólares, aunque sus resultados fueron negativos, según se desprende de los nuevos datos sobre este plan secreto de la CIA, revelados ayer.

Un equipo de reporteros del diario The New York Times tuvo acceso a más de 2.000 documentos secretos de la CIA, en los que se contienen detalles sobre este plan de investigación, tendente a controlar la mente y el comportamiento humanos. El programa, que se inició en los primeros años cincuenta, se conoció con los nombres cifrados de «pájaro azul» y «alcachofa», y consistió en la aplicación de drogas, hipnosis e incluso electroshock y neurocirugía a ciudadanos norteamericanos, algunas veces sin su consentimiento, para estudiar los efectos de estas técnicas en la voluntad humana.El Times reveló ayer los nombres de algunos médicos que colaboraron en el programa, así como los de siete instituciones norteamericanas y una canadiense donde tuvieron lugar los experimentos, si bien en la mayor parte de los casos la iniciativa corrió a cargo de los médicos, sin conocimiento de la directiva de las instituciones. Entre éstas destaca la prisión federal de Atlanta (Georgia), el hospital Monte Sinaí, de Nueva York, la Universidad de California, en Los Angeles (UCLA) y la Universidad de McGill, en Montreal.

«Contra su voluntad»

Un documento de la CIA, fechado en 1952, explica así el programa de investigación emprendido por la agencia: «La evaluación y desarrollo de cualquier método por el que podamos obtener información de una persona contra su voluntad y sin su conocimiento.» En otro párrafo del documento se pregunta si sería posible «controlar a una persona hasta el punto de que obedezca nuestras órdenes contra su voluntad e incluso contra las leyes fundamentales de la naturaleza y el instinto de conservación».Los motivos alegados para desarrollar estas investigaciones fueron los rumores que corrían en la época de la «guerra fría» sobre los «lavados de cerebro» practicados por soviéticos y chinos. La CIA inició así un programa defensivo que, pocos años después, se convirtió en claramente ofensivo, en el que se buscaban las fórmulas de interrogar con éxito a los agentes enemigos e incluso de convertirles en agentes dobles contra su voluntad.

Aplicación de LSD a presos

Aunque aún persisten muchas lagunas sobre el programa de experimentación de la CIA, que costó la vida a dos personas y trastornos de diversa consideración a otras muchas, se sabe, por ejemplo, que un centenar de reclusos de la penitenciaría federal de Atlanta recibieron dosis de LSD, aunque al parecer con su consentimiento. En un hospital de Rhode Island se administró alcohol y tranquilizantes a pacientes aquejados de trastornos mentales para estudiar sus reacciones. En otros centros se experimentaron los efectos de la prolongada estancia de un individuo en silencio y en la oscuridad.

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