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El PSOE, el Parlamento y la política exterior / y 3

Emilio Menéndez del Valle

Comisión Internacional del PSOE

Partiendo de los cuatro pilares establecidos en el XXVII Congreso del PSOE (recuperación de la soberanía nacional y de la integridad territorial; participación en la construcción de Europa; solidaridad y cooperación con el Tercer Mundo; contribución a la lucha mundial por la paz, la justicia y el progreso), he aquí -sucintamente expuestas- algunas de las líneas maestras de política y relaciones internacionales que los parlamentarios socialistas podrían propiciar:

A) Neutralidad. No a la alineación en bloque militar alguno. No a los actuales acuerdos militares con los EEUU y desaparición de toda base militar extranjera en territorio español.

Por razones históricas, culturales, económicas y geográficas (pero también por razones políticas coyunturales), la integración en la CEE debe ser uno de los objetivos prioritarios del socialismo español. Sin embargo, asimismo, razones culturales, geográficas e históricas nos sitúan en el Mediterráneo. Por esa ambivalencia, gozamos de condiciones óptimas para servir de puente entre dos regiones internacionales diferenciadas: Europa del Sur y Africa septentrional, incluida ésta en el movimiento de países no alineados.

Ambas regiones bordean y se encuentran en el Mediterráneo, y en él han creado una sola región internacional de rica y variada civilización. El PSOE debe alentar una España no alineada en bloque militar alguno que jugaría un importante papel en el área, favoreciendo su neutralización y desnuclearización.

B) De lo anterior se deriva, lógica y consecuentemente, la oposición al ingreso de España en la OTAN. La pertenencia al mundo occidental y a la CEE no tiene por qué suponer la automática adscripción a un sistema estratégico-militar comandado por una superpotencia. Hay quien se empeña en ligar OTAN y CEE, y, sin embargo, es posible efectuar una nítida distinción. Puede intentarse desde dentro de la CEE la batalla contra las multinacionales norteamericanas, pero la OTAN es consustancial al complejo político-militar-industrial de los EEUU.

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El PSOE debe estimular la simultánea clisolución de OTAN y Pacto de Varsovia, así como toda iniciativa encaminada a la reducción generalizada y control de armamentos en ambos bloques y en el mundo en general.

C) Respeto a la Carta y resoluciones de las Naciones Unidas. El orden internacional no ha de ser fruto de las madipulaciones de las grandes potencias. Habrá que buscar fórmulas de conciliación entre los intereses de los Estados y los derechos fundamentales de lo pueblos. La política exterior de lo parlamentarios socialistas habrá de defender la libre determinación de los pueblos, asumir el nuevo derecho de la descolonización de la ONU y oponerse al neocolonialismo.

D) El PSOE apoyará el ingreso de España en la CEE como miembro de pleno derecho, incluida la adscripción al Consejo de Europa. El Partido Socialista trabajará activamente por la verdadera construcción europea, luchará por la democratización real de las Instituciones políticas, judiciales y economicas de la CEE, potenciará el Parlamento Europeo sobre la base del sufragio universal, se opondrá de inmediato a la dominación del gran capital y fomentará la coordinación de la actividad sindical a nivel europeo.

Un Gobierno socialista en una España miembro de la CEE habrá de preservar su libertad de acción para la realización de su programa político, económico y social. Para ello será necesaria la reforma del Tratado de Roma, sobre todo en aquellos aspectos conectados con la defensa de los derechos de los trabajadores.

E) Activo interés en el Tercer Mundo, y muy especialmente en aquellas zonas que, por razones históricas o culturales (Latinoamérica), o de vecindad geográfica o cultural (Mediterráneo, países árabes), reclaman una atención particular. El socialismo democrático está obligado a promover la solidaridad con los pueblos tercermundistas. Sus exigencias para acabar con la injusta estructura económica internacional son inaplazables y sus aspiraciones de protagonismo político en las relaciones internacionales inciden en la escena mundial, afectando favorablemente las corrientes contrarias a la hegemonía de las grandes potencias.

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