Ella Fitzgerald: El público aún no se ha cansado de oirme cantar"

Con un marchito ramo de rosas rojas y un pesado abrigo de pieles al brazo, Ella Fitzgerald llegó ayer tarde al aeropuerto de Barajas para grabar en el Teatro Real un recital destinado a RTVE.Ella Fitzgerald sigue siendo a sus 59 años una de las voces mejor dotadas y más personales del jazz de todos los tiempos, y continúa en plena actividad realizando numerosas giras por todo el mundo.

Ocultos sus ojos por gafas oscuras, Ella, con expresión de fatiga, pasó la aduana de Barajas acompañada por sus músicos, posó y habló para las cámaras de RTVE y pidió prestada una niña de pocos años para hacerse algunas fotografías.

La cantante, que mantenía en su rostro una imperturbable sonrisa, contestó rápidamente a algunas preguntas, anunció sus deseos de retirarse rápidamente al hotel y se negó a que la fotografiaran desde demasiado cerca.

En el aeropuerto, las respuestas de esta excepcional cantante de color, en activo desde 1933, respondieron a los tópicos de rigor en estos casos. Ella dijo que «la música de jazz era algo así como la música clásica del siglo XX, y que podían efectuarse comparaciones de valor entre ellas», afirmó que «ell jazz en Estados Unidos seguía contando con excepcionales figuras», aunque no quiso comprometerse citando nombres, y habló del éxito de su gira europea y de la satisfacción que le producía.

Ella, cuyo recital inaugura una nueva modalidad de espacio musical, recitales especialmente grabados para RTVE, anunció que no había pensado nunca en retirarse, porque notaba que el público aún no se había cansado de oírla cantar. Como frase final para EL PAIS, la que fuera excepcional solista de las orquestas de Dike Ellington, Louis Armstrong y Count Basie, declaró: «Amo mi trabajo», y desapareció camino del hotel rodeada por sus músicos, su representante y una nube de fotógrafos.

Las puertas del Teatro Real, habitualmente escasamente sensibles a los experimentos y las vanguardias, se abrieron en la noche de ayer para la voz de Ella Fitzgerald, que pudo ver confirmada su aseveración de que el jazz es la música «clásica» de este siglo. Aunque tal afirmación pudiera limitar las posibilidades de evolución de una música popular y viva todavía, hay que considerar que Ella Fitzgerald, sí se ha convertido en una auténtica institución para la música de hoy, una institución vigorosa y genial cuando los músicos consiguen crear el clima adecuado.