Pamplona, preparada para el chupinazo de San Fermín
Las primeras corridas esperan en los Corrales del Gas el inicio de los encierros más famosos
Todo está a punto para que a las 12.00 de la mañana de este jueves, día 6, el chupinazo lanzado desde el balcón de la Casa Consistorial anuncie el inicio de los Sanfermines 2017, una de las fiestas más famosas del mundo, que congrega a miles de visitantes en torno al toro, los encierros y las corridas.
Nueve días de vino y rosas en los que una marea de uniformes blancos y pañuelos rojos cantarán y bailarán al son de ingentes cantidades de comida y alcohol mientras se burla al toro real o imaginario de la mañana, en las calles relucientes del casco antiguo, donde muchos exponen su vida entre las afiladas astas mientras los demás observan, y la tarde, en las que los bocadillos interminables, las magras con tomate y las botas de buen vino acompañan la visión festiva y ruidosa de los festejos taurinos que se celebran en la plaza.
La mayoría de los toros que serán lidiados en la feria descansan ya en los Corrales del Gas, ajenos a la curiosidad popular, y a la espera sin prisa de que a las 8.00 de la mañana del viernes, día 7, festividad de San Fermín, el cohete ordene la apertura de las puertas del Corral de Santo Domingo y comience el primer encierro. Los toros de la ganadería gaditana de Cegada Gago, temidos y peligrosos, serán los primeros en abrirse paso entre el gentío de mozos que, armados de valor y deseosos de suerte, los acompañarán hasta el ruedo de la plaza.
Mientras llega esa hora, deseada y soñada por todos, Pamplona se va convirtiendo en un hervidero de gentes llegadas de diversas partes del mundo, ávidas de nuevas experiencias, inolvidables para la mayoría y dolorosas para algunos.
Mientras tanto, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en previsión de posibles atentados, y el Ayuntamiento, hoteles, bares, restaurantes y servicios públicos en general engrasan la maquinaria para que una localidad de 200.000 habitantes quintuplique su población y se convierta durante nueve días en una ciudad tumultuosa, en una bulla permanente, en un babel de lenguas que solo recobrará su fisonomía cuando al cabo de una larga semana se oigan las notas del Pobre de mí.
Los establecimientos hoteleros comienzan a recibir a los primeros visitantes —los empresarios del sector lamentan que la ocupación es inferior a otros años—, y los empleados municipales ya han aplicado a una parte del pavimento del recorrido del encierro un tratamiento antideslizante para evitar las caídas de los animales y acortar el tiempo del recorrido. Así, la Cuesta de Santo Domingo, la plaza del Ayuntamiento, la curva de Mercaderes, la calle Estafeta, el tramo de Telefónica y el callejón hasta llegar al ruedo se maquillan y se ponen guapos para recibir exultantes a toros y corredores. En total, un camino de casi 850 metros que los animales recorrerán por primera y última vez, al igual que algunos mozos, aunque la mayoría se atreva a repetir tan excitante y peligrosa experiencia.
No obstante, los corredores contarán con la inestimable asistencia de un dispositivo sanitario compuesto por diez puestos asistidos por médicos, cinco sanitarios de apoyo, 16 ambulancias y 350 voluntarios de la Cruz Roja.
Todo ello para atender a los más de 16.000 corredores que, con toda seguridad, se atreverán a medir sus miedos delante de los toros. Según fuentes municipales, 16.448 fueron los mozos que corrieron en 2016, 181 menos que el año anterior, y el día más multitudinario fue el 8 de julio, en el que participaron 2.706 personas.
En una encuesta realizada entre 771 corredores, el 82% dijo considerarse "un corredor perfecto", que duerme, respeta las normas, conoce los peligros y "sabe que puede llegar a morir"; el 46% corre por primera vez; el 45% está compuesto por extranjeros de EE UU, el 14% de los nacionales es natural de Pamplona, el 92% es varón, el 75% es menor de 35 años, y solo el 2% mayor de 55.
Ninguno de ellos hará el trayecto completo, que los toros suelen realizar en un tiempo medio de 3 minutos y 55 segundos, a 24 kilómetros por hora.
El encierro finaliza en el ruedo de la plaza; los toros se esconden en los corrales de la marabunta que los acosa, y comienza la espera para la celebración de la corrida.
Ocho festejos mayores están anunciados desde el viernes, día 7, al viernes 14, aunque las corridas están precedidas por una novillada, que se celebrará esta tarde, y un espectáculo de rejoneo anunciado para mañana.
El joven peruano Andrés Roca Rey será el único torero que actuará dos tardes en el ciclo pamplonica, que cuenta, además, con el debut de Cayetano, las ausencias de Ponce, Morante, Manzanares y El Juli y la presencia de una pléyade de toreros jóvenes, como José Garrido, Ginés Marín, Román, Gonzalo Caballero y Javier Jiménez.
De todos modos, poco importan las combinaciones decididas por la Casa de Misericordia, —responsable directa de todo lo relacionado con el toro—, porque las 19.720 localidades de la plaza están vendidas con mucha antelación.
Los carteles son los siguientes:
Tras la novillada de ayer, miércoles, 5 de julio, hoy, jueves, espectáculo de rejoneo. Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz (toros de El Capea).
Viernes, 7. Juan Bautista, Javier Jiménez y Román (toros de Cebada Gago).
Sábado, 8. Eugenio de Mora, Pepe Moral y Gonzalo Caballero (toros de José Escolar).
Domingo, 9. Curro Díaz, Paco Ureña y José Garrido (toros de Puerto de San Lorenzo).
Lunes, 10. Juan José Padilla, El Fandi y Manuel Escribano (toros de Fuente Ymbro).
Martes, 11. Miguel Ángel Perera, Cayetano y Roca Rey (toros de Jandilla).
Miércoles, 12. Sebastián Castella, López Simón y Ginés Marín (toros de Victoriano del Río).
Jueves, 13. Antonio Ferrera, Alejandro Talavante y Roca Rey (toros de Núñez del Cuvillo).
Viernes, 14. Rafaelillo, Javier Castaño y Rubén Pinar (toros de Miura).
Babelia
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