Dos toros alados asirios sobreviven intactos al paso del ISIS por Mosul
El grupo terrorista halló las estatuas excavando túneles en la zona histórica de la ciudad
En su afán por buscar restos arqueológicos de valor para venderlos en el mercado negro, el grupo terrorista Estado Islámico (EI) excavó túneles en la zona histórica de la ciudad iraquí de Mosul y descubrió dos estatuas de toros alados asirios, los últimos que quedan intactos en la urbe.
Las estatuas de seres mitológicos, también conocidos como "lamassu", datan del año 610 a.C. y fueron encontradas debajo de la mezquita de Al Nabi Yunes, destruida totalmente por el EI porque se cree que en ella se encuentran los restos mortales del profeta Jonás, algo rechazado por el grupo radical.
Debajo del templo, hay una amplia red de pasillos y cámaras, que fueron excavados en los años 80 y ampliados por los yihadistas tras su irrupción en la urbe en junio de 2014, para buscar piezas arqueológicas con las que financiar la organización extremista.
Los "lamassu", con cuerpo de toro, cabeza humana y alas de pájaro, se encontraban en el fondo de uno de estos pasadizos estrechos y oscuros, tal y como constató Efe durante una vista al lugar con un experto y una funcionaria del Ministerio de Antigüedades iraquí.
Faisal Yeber, del Centro Gigalmesh para la Protección de las Antigüedades y el Patrimonio, dijo a Efe que los toros alados son los últimos intactos que se encuentran en Mosul, al menos de los que se tiene constancia hasta el momento, y su existencia se desconocía hasta que el EI los encontró. Otros ejemplares fueron destruidos por los yihadistas en los pasados tres años y algunos están custodiados en museos fuera de Irak, como en el Británico de Londres.
Yeber también destacó que los dos ejemplares son diferentes a los que habían sido descubiertos anteriormente en Mosul, ya que los recién encontrados son monolíticos mientras que los otros estaban formados por varias piezas. El experto consideró que el ISIS no los destruyó porque hubiera sido demasiado arriesgado, ya que la red de túneles subterráneos es muy frágil y podría haberse derrumbado. Tampoco los pudo extraer enteros por su gran tamaño: los arqueólogos no han podido aún medirlos porque la parte superior de las estatuas está escondida y atrapada en los pasadizos.
Yeber señaló que toda la zona arqueológica está en riesgo de derrumbe por las perforaciones y que cada día hay desprendimientos de tierra en el subsuelo, por lo que la mezquita de Nabi Yunes no puede ser restaurada sin intervenir primero y fortalecer la base del templo, del que quedan los muros exteriores sureño y oriental.
Por su parte, Leyla Saleh, encargada de Antigüedades de la provincia de Nínive —de la que Mosul es capital—, dijo que los túneles ya existían pero que el ISIS excavó nuevos y amplió los ya existentes en busca de "tesoros". Afortunadamente, destacó Saleh, los dos "lamassu" no pudieron ser extraídos de los túneles por sus dimensiones y tampoco fueron destruidos, por lo que han permanecido intactos en ese lugar.
Tras ocupar la ciudad de Mosul, el EI destrozó piezas de gran valor que se encontraban en el museo de la urbe -donde entró con martillos y taladros-, así como los restos de la antigua capital del imperio asirio, Nínive, que se levantaba sobre una colina ubicada en el este de la Mosul moderna, asomada sobre el río Tigris. Los yihadistas destruyeron casi por completo las murallas de 12 kilómetros de longitud y alguna de las majestuosas puertas de acceso a la capital asiria establecida por el rey Senaquerib en el 700 a.C.
Después de que las fuerzas iraquíes expulsaran al EI de la mitad oriental de Mosul en enero pasado y recuperaran el control también de la zona arqueológica, las autoridades quieren restaurar ahora el templo de Nabi Yunes y ya han colocado la primera piedra para ello.
El jefe del Departamento de Edificios Religiosos suníes, Abu Bakr Quenan, encargado del proyecto, explicó a Efe que el EI robó el dinero y las piezas de valor de la mezquita y luego detonó el edificio, junto a la tumba del profeta.
Uno de los habitantes del barrio ubicado junto a la zona arqueológica, dijo a Efe que los combatientes del EI exhumaron los huesos de una tumba, supuestamente la del profeta Jonás, y prohibieron a los habitantes acercarse a la mezquita, donde los vecinos solían rezar.
Ahora, esperan volver a hacerlo cuando el templo sea restaurado, aunque las antigüedades no son la prioridad del Gobierno iraquí, que todavía lucha contra el ISIS en la parte occidental de Mosul, donde los yihadistas aún controlan algunos barrios.
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