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Una gota de cine español en el océano de EE UU

Recent Cinema From Spain de Miami busca difundir las películas españolas en el país El festival arranca hoy con 'Rumbo' y proyectará 'El olivo' o 'El pregón', entre otras

T. K.
Asistentes a una proyección del Recent Cinema From Spain de Miami en 2015.
Asistentes a una proyección del Recent Cinema From Spain de Miami en 2015.

La nación más poderosa del mundo lo es también en el cine. Salvo un puñado de resistentes (Japón, India, Corea del Sur o China), las películas de Estados Unidos son las más vistas en la mayoría de los países del planeta. Y, claro, en su propio territorio. Prácticamente nueve de cada 10 espectadores en EE UU acudieron a ver un filme nacional en 2015, según el Observatorio Audiovisual Europeo, un porcentaje que ya querría para sí cualquier industria europea. De ahí que apenas haya espacio para todas las demás cinematografías del mundo, que luchan por el otro 10% del pastel. En esa compleja batalla se vuelca desde hace seis años el Festival de Cine Español de Miami (Recent Cinema From Spain), que arranca hoy con un programa de cuatro días, seis filmes, con sus respectivos coloquios, y la aspiración a un rol cada vez más importante en la ciudad y el país.

“Lo que nos dicen siempre los asistentes es que identifican al cine español con calidad e historias que importan. Y el talento de sus actores y directores”, relata desde Miami Elvira Cano, responsable del certamen que alcanza su 6ª edición y de su hermano mayor, que se celebra desde hace ya 22 años en Los Ángeles. Así que la comedia Rumbo inaugurará esta noche (hora de Miami) un catálogo quizás más arriesgado que en otras ocasiones. “Ahora que el certamen se ha consolidado más se intenta introducir también otro tipo de películas, menos comerciales, para que se conozcan”, asevera Cano.

En años anteriores, siempre había al menos un filme legitimado por el éxito de público y/o crítica, de Grupo 7 a La gran familia española, de Tengo ganas de ti a Primos. Este año, El Olivo, de Icíar Bollaín, encabeza una selección que apuesta por risas y dramas alternativos: La puerta abierta, El pregón, Nuestros amantes y Secuestro completan el programa de las proyecciones. Algunas de ellas tal vez no suenen ni en España pero Cano desvela que el público del certamen sabe de cine español bastante más allá de Almodóvar, Amenábar o Bayona: “Hay sorpresas muy gratas. Muchos se acordaban del actor Miki Esparbé, porque le trajimos el año pasado, o nos preguntaban si iban a venir Jorge Sanz, Berto Romero o Andreu Buenafuente”.

La anécdota, eso sí, tiene una pequeña trampa, que a la vez es el asunto pendiente del festival. Un 50% de los asistentes, aclara Cano, está representado por españoles residentes en EE UU. De la otra mitad, la gran mayoría son latinos —un público especialmente cinéfilo: supone una de cada cuatro entradas vendidas en general en el país—; los estadounidenses solo anglohablantes apenas representan un 15% de la audiencia. “El cine de cualquier idioma que no sea inglés tiene un nivel de penetración y distribución complicado en EE UU. Además, es imposible competir con los presupuestos de marketing de las grandes producciones de Hollywood. Así que cualquier iniciativa que sirva para promocionar las películas españolas cobra mucha importancia”, agrega Cano.

Aun así, la responsable del certamen –y directora de la delegación estadounidense de Egeda (la entidad de gestión de los derechos de los productores audiovisuales), que organiza el festival junto con el Teatro Olympia- destaca que sus proyecciones llegaron a sumar 4.000 asistentes el año pasado y que un preestreno de la comedia Embarazados, de Paco León, congregó hace unos días a unos 600 espectadores. Y destaca también los muchos patrocinadores privados que permiten financiar una iniciativa que cuesta en torno a 140.000 euros y se beneficia también de la aportación pública del ICAA (Instituto de las Artes y Ciencias Cinematográficas).

Sea como fuere, a las dificultades que ya existían se sumará pronto una enorme incógnita, sentada justo en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Porque el presidente electo, Donald Trump, ha triunfado también gracias a sus discursos xenófobos y racistas, sus ofensas a los latinos y, en general, su desprecio por otras etnias. Y en su campaña las artes no han tenido cabida. Así que Cano muestra la misma preocupación de muchos: “No se puede esperar que vaya a ayudar a la Cultura. Es un señor sin bagaje que no puede aportar nada. Nuestra muestra de cine intenta que los estadounidenses se interesen más por lo que no conocen. Trump representan todo lo contrario”. Pero es él quien manejará ahora al país más poderoso del mundo. Y del cine.

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Sobre la firma

T. K.
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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