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Venta de una casa de película

Se desconoce quién ha pagado 2,2 millones por una mansión emblemática de San Francisco Una de las 'damas pintadas' ha sido escenario de series como 'Padres forzosos'

Las 'Damas Pintadas' de San Francisco
Las 'Damas Pintadas' de San FranciscoBrandon Doran (Getty Images)

La casa de las postales de San Francisco cambia de manos. Situada en la esquina entre las calles Steiner y Grove, con una inclinación a prueba de ciclistas, es la primera y más icónica de las siete mansiones victorianas que ejercen de emblema de la ciudad. Su señorío tiene un nombre peculiar, acorde con el sabor que desprenden. Son las Damas Pintadas, the painted ladies, grandes casas de madera con pequeño jardín, techos de tres metros y medio, salón con cristalera, escalera a la entrada y tres alturas.

A cualquiera que piense en San Francisco le viene a la mente la estampa, pero esta no es una casa cualquiera. Pintada de un verde tenue, con remates en grana y columnas y marcos en blanco, es la primera de la hilera, la que el creador de las siete hermanas, Matthew Kavanaugh, reservó para sí mismo en 1892. Un total de 436 metros cuadrados, 100 más que las colindantes, con dos entradas, que alberga comedor, cocina, cinco habitaciones y cuatro baños. Es uno de los pocos edificios que, por su ubicación en una colina, se salvó del devastador terremoto y voraz incendio de 1906.

En ella vivieron tres personajes de ficción que conquistaron el corazón de la audiencia española en los noventa. Stephanie, Michelle y DJ vivieron ahí, las niñas de la teleserie Padres forzosos (Full house), criadas por un periodista deportivo viudo, su amigo con complejo de Peter Pan y un tío que creía ser Elvis. Una familia disfuncional para una casa modelo. No todo ha sido ternura y comprensión en ese hogar, al menos en la industria audiovisual, en el mismo escenario se rodó en 1978 un clásico del terror adolescente, La invasión de los ultracuerpos. La última grabación célebre fue en 1994, cuando el exgobernardor de California Arnold Schwarzenegger vivió un cómico embarazo en Junior. Así hasta sumar 70 apariciones en todo tipo de series y películas.

Desde el parque Alamo Square, cualquiera se siente el fotógrafo perfecto, móvil en mano, inmortalizando su postal de la ciudad, con la cúpula del Ayuntamiento, la afilada torre de Transamérica y el embarcadero a lo lejos. Las damas pintadas siempre al frente. Precisamente ese flujo constante de turistas y curiosos llevándose un recuerdo ha hecho que su precio baje de los cuatro millones de dólares que pedía Michael Shannon, su anterior dueño, inicialmente, a 3,1 que ha cobrado finalmente (2,21 millones de euros). La última vez que se vendió una de estas emblemáticas damas fue hace 15 años, cuando Alice Walker, escritora afroamericana, autora de El color púrpura, se encaprichó de una.

Thomas Zickgraf, pareja del vendedor, daba una clave del descenso de precio a la prensa local: "A veces tenías la sensación de vivir en Disneylandia, de estar dentro de una atracción". No es el único motivo, en febrero de 2010, cuando pusieron el cartel de se vende por primera vez, Shannon confesó que el párkinson le impedía moverse con libertad dentro de su propiedad. Esto explica que entonces dejasen de vivir allí y la ofrecieran como lugar ideal para bodas y fiestas. El precio oscilaba entre 440 y 1.840 euros al día. Su enlace, el de su hermana y el de su madre se celebraron ahí. No parece un mal negocio si se tiene en cuenta que Shannon pagó por ella 65.000 dólares en 1975. No entró a vivir allí hasta un año después, tuvieron que bregar con una comuna de 30 hippies que la ocuparon. Bastó con dejar correr el rumor de que el FBI pensaba investigar el caso. El 722 de Steiner tiene un nuevo inquilino, cuyo nombre u ocupación no ha trascendido, y tampoco han accedido a darlo los expropietarios a través del teléfono. Sea quien sea tendrá que aprender a vivir como parte de un museo, con los turistas y curiosos, ejerciendo de paparazis.

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