_
_
_
_
_

Milos Forman, un ‘outsider’ en Hollywood

Fue uno de los representantes del milagro cinematográfico checo, hasta que se exilió a Estados Unidos, donde realizó películas sobre la sociedad estadounidense

Es un director difícilmente clasificable. Empezó rodando pequeñas películas de realismo social, un cine impuesto por el régimen comunista que gobernaba su Checoslovaquia natal. Sin embargo, cuando se exilió a Estados Unidos en los años setenta, fue poco a poco decantándose por el cine entendido como un gran espectáculo, pero en el que invitaba a los espectadores a reflexionar sobre la condición humana y la falta de libertad.

Hoy, El País de TCM está dedicado al director Milos Forman. Nació el 18 de febrero de 1932 en Cáslav, una pequeña localidad de lo que entonces se llamaba Checoslovaquia. Su infancia y juventud, marcadas por la muerte de sus padres en campos de concentración nazis y por el posterior régimen comunista, fueron moldeando su carácter, marcado por una visión un tanto cínica de la existencia y una defensa a ultranza de la libertad individual, unas características que afloran en muchas de sus películas.

Durante su juventud fue uno de los principales representantes de lo que se conoció como “el milagro cinematográfico checo” de los años sesenta. Un soplo de libertad que fue brutalmente interrumpido por la invasión soviética de su país en 1968. Tras la Primavera de Praga, se exilió a Estados Unidos, donde comenzó a realizar películas sobre la sociedad norteamericana pero partiendo siempre de un punto de vista muy personal.

En Alguien voló sobre el nido del cuco Jack Nicholson conseguía despertar en sus compañeros de psiquiátrico el sentido de la libertad que tenían dormido, la lucha del individuo contra la opresión del sistema. La película resultó uno de los mayores éxitos de la década y consiguió, además, ganar todos los Oscar importantes de 1976: película, director, intérpretes principales y guión. A partir de ahí mantendría su buen nivel cinematográfico con el musical Hair y con Ragtime, una película coral que contaba la historia de varios personajes en los difíciles tiempos de la América de principios del siglo XX. Pero el mayor éxito de su carrera a nivel mundial le llegaría con Amadeus. La historia de la envidia y de la secreta admiración que Antonio Salieri sentía por Mozart fue una de las grandes películas de 1984. Ganó ocho Oscar y se convirtió en uno de los títulos más emblemáticos de aquellos años.

Aunque con algunos largos periodos de inactividad, la carrera de Milos Forman se ha ido mantenido con películas como Valmont, una personalísima versión de la novela Las amistades peligrosas de Choderlos Laclos; El escándalo de Larry Flynt, un drama sobre la vida y los problemas legales de uno de los grandes magnates de las revistas porno en Estados Unidos; Man on the moon, un biopic sobre el cómico norteamericano Andy Kaufman, o Los fantasmas de Goya, rodada en España y con Javier Bardem y Natalie Portman en el reparto. El director checo, nacionalizado estadounidense desde 1975, siempre tuvo muy claro cuál era su trabajo dentro de la industria norteamericana: "En Hollywood no hablo nunca de arte. Les presento buenas historias y trato de hacerlas bien". Y vistos los resultados, parece que lo ha conseguido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_