El rey de los sueños
Cuenta Neil Gaiman que el primer libro que publicó en su vida fue una biografía de Duran Duran. "El día que salió lo miré y pensé: ¡Oh dios!, tres meses escribiéndolo, lo he hecho lo mejor que he podido y no quiero volver a verlo en mi vida Decidí que nunca más escribiría por dinero. No he vuelto a hacerlo. Si vas a escribir algo, que sea algo en lo que creas", recuerda el que posiblemente sea el más influyente y rico de los guionistas de cómic vivos.
Claro que reducir su profesión al tebeo sería faltar a la verdad. Gaiman (1960, Porchester, Reino Unido), del que en España se acaba de publicar su segundo libro de relatos, Objetos frágiles, ha firmado dos best sellers, Dioses americanos y Los hijos de Anansi; es guionista de cine y televisión, ha ganado todos los premios literarios de fantasía, terror y ciencia-ficción conocidos y según el prestigioso Dictionary of Literary Biography es uno de los 10 mejores escritores vivos. "El éxito es un arma de doble filo. Cuando eres joven tienes que esforzarte en hacer las cosas lo mejor posible para que las acepten. Pero cuando te reconocen sabes que cualquier cosa que escribas se va a publicar porque lleva tu firma y la única persona que controla si mejoras y te esfuerzas eres tú".
A mediados de los ochenta, Gaiman sobrevivía en Londres como periodista freelance. La leyenda cuenta que lo dejó cuando le encargaron un artículo acusando a los juegos de rol de todos los males. Él, que había crecido con la literatura fantástica y los cómics, no podía comparar a los de su especie con psicópatas en potencia. "Hubiera dejado el periodismo de todos modos. Trabajaba cada vez más en ficciones que quería convertir en cómics. Pero aquello fue la gota que colmó el vaso", confirma.
Entonces soñó la idea genial. Propuso varios personajes para una colección de cómics. Aceptaron Sandman, un personaje de cuento, una especie de duende que ayuda a dormir a los niños. Y lo convirtió en otra cosa. Lo explica el dibujante gallego Miguelanxo Prado: "Lo que tiene Gaiman es que recoge una tradición del cómic estadounidense que había sido arrasada por los superhéroes. Los héroes que eran humanos: El Príncipe Valiente, Spirit Que de repente desembarcara en Estados Unidos un autor británico con planteamientos tan personales y ambiciosos, impusiera argumentos tan diferentes y lograra la fidelidad entusiasta de los lectores, alabanzas de la crítica y el respeto del resto de los autores es único".
Gaiman, junto a su amigo Alan Moore y autores como Frank Miller crearon el cómic de héroes para adultos. La editorial DC, la de Superman y Batman, creó la línea Vertigo, para aquel camino inexplorado. Lo que hoy se llama novela gráfica. Eran cómics valientes, con mucho texto, destinados más a lectores treintañeros que a los adolescentes y que, precisamente por eso, eran irresistibles para millones de menores de todo el mundo. Y para aquellos que nunca se habían sentido atraídos por los tebeos. "Estoy muy orgulloso de Sandman. Volqué en él mi energía durante nueve años. Todo lo que pensé, deseé y soñé desde los 26 hasta los 35. Mucho tiempo".
Todo lo que soñó El sueño es el campo donde Gaiman se siente más cómodo. La mayor parte de su obra se origina en un mundo real donde a las personas les pasan cosas normales: tienen trabajos malpagados, familias disfuncionales, están contentos o tristes pero a su alrededor existe la magia, y en un momento dado les alcanza. Casi siempre mientras duermen. "La obligación del escritor es mostrar el mundo desde otro ángulo. De una manera en la que la gente no había pensado. Creo que la imaginación es lo que nos hace seres racionales. Sin ella seguiríamos viviendo en cuevas, esperando a que las cosas se murieran para comerlas. La imaginación nos ha dado el iPod, los viajes o el queso... es lo más importante que tenemos. La pregunta era si creo o no en las cosas que cuento. Sí, creo en la magia. Sí, es importante dar a la gente magia y peligro. Sí, es importante dar a la gente la visión del mundo desde otro ángulo. Sí, lo creo".
Con esos mimbres se ha hecho rico. Vive en una casa Tudor cerca de Minneapolis con su mujer y sus tres hijos, escribe, da conferencias o trabaja en Hollywood. Dos éxitos de taquilla de 2007 son suyos. Stardust, con Robert de Niro, es la versión cinematográfica de una de sus novelas gráficas. Beowulf, concebida para el cine, es una fantasía animada digitalmente. "Con Hollywood tienes dos opciones. Intentar llegar a un acuerdo o mirar a otro lado. Porque si quieren hacer una película la van a hacer quieras tú o no. Me gustó mucho como quedó Stardust. Beowulf no era lo que esperaba. La idea era crear algo de bajo presupuesto, tipo Terry Gillian. De alguna manera acabó siendo un proyecto de 150 millones de dólares con Angelina Jolie".
Por eso la pregunta del millón es: ¿habrá película de Sandman? "No lo sé. Bueno, creo que sí la habrá. Porque al final todo termina convertido en película. Lo que espero es que en algún lugar, quizás en España, haya un director joven para quien Sandman sea tan importante como El señor de los anillos fue para Peter Jackson. Alguien que creció con él, lo entendió y no lo quiera cambiar. Y entonces, quizás ".
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