Futuro perfecto
Lo que en los años noventa se definió con la palabra rapidez, en la primera década de los 2000, a punto de terminar los primeros 10 años del nuevo siglo, se transforma en vertiginoso. Desde finales de la década de los ochenta, las novedades tecnológicas aparecían velozmente, casi nadie se podía creer que con un aparato del tamaño de un ladrillo, que servía sólo para enviar y recibir llamadas, se podía estar siempre localizable. Aquello cambió muchas costumbres sociales. Ahora parece ciencia-ficción que en algún momento hayamos podido quedar con los amigos a una hora y en un lugar determinados con la práctica seguridad de que todo el mundo acudiría, como mucho, con los 15 minutos de retraso de cortesía. Según los expertos, agoreros y profetas del futuro, la revolución tecnológica todavía sigue en pañales. Intel, una de las mayores empresas fabricantes de microchips, y el gigante Microsoft han lanzado recientemente sus visionarias predicciones sobre cómo será la vida en los próximos 20 años. Por supuesto no lo han hecho de la forma convencional, nada de un texto, se han decantado por la presentación multimedia que más tarde ha terminado colgada en YouTube para que cualquier internauta pueda tener acceso a ellas. Según algunas de sus predicciones, "morirán el copyright, la radio, la televisión y la publicidad tal y como los conocemos ahora". La reacción del mundo anterior no se hace esperar: se trata de frenar Internet, se intenta legislar de tal forma que se quite la conexión a todos aquellos que bajen demasiados archivos. Juan Ignacio Cantarero es ingeniero de Telecomunicaciones y director de programas del IESE: "Creo que estas predicciones no son del todo exactas. Para mí, los generadores de contenidos tienen mucha más importancia que el propio medio. La publicidad tradicional seguirá existiendo y veremos una segunda oleada de publicidad para Internet. Según mi punto de vista, siempre irá por delante la oferta de contenido que el soporte". Puede parecer una perogrullada, pero si la mayoría de la tecnología del futuro se basa en la comunicación, los empresarios de hardware y de software saben que, al final, lo más importante para ellos está en el mensaje. Si no existe contenido no existiría Internet.
Un concepto casi tan antiguo como la humanidad, el mapa, será el que genere grandes negocios en el futuro
Los generadores de contenidos tienen mucha más importancia que el propio medio. No hay soporte sin mensaje
Todos los expertos coinciden en que el futuro significa el perfeccionamiento y la construcción constante de una Red mejor. Los proveedores ofrecen cada vez mayores anchos de banda, autopistas que permitan el tráfico de un mayor número de datos. "Pero esos datos se irán especializando", opina Cantarero, "y el usuario demandará cada vez más contenidos".
Si la posibilidad de teletransportarse es uno de los grandes sueños de muchos empresarios, los proveedores de Internet matarían por un microchip implantable que convirtiese a cada ser humano en un terminal con su navegador, en la persona constantemente conectada, incluso mientras duerme. Entre tanto, los próximos 10 años, según los expertos de Microsoft, Google y el MIT, serán los de la inversión en telefonía móvil. El futuro inmediato reside en que Internet sea tan necesario como llevar la cartera.
En España, los operadores acaban de abrir la brecha en este nicho de negocio. Por fin ha llegado la tarifa plana de Internet para móviles y los terminales capaces de ofrecer un buen servicio. Se acabó el tiempo en el que se podía acceder, pero a un precio desorbitado y, sobre todo, para tener una experiencia de navegación muy deficiente. Ya puede verse a usuarios del metro de Madrid o Barcelona conectados a su Facebook mientras cubren el trayecto entre su domicilio y el trabajo.
John Markoff ha definido, en el periódico The New York Times, el teléfono móvil como "la computadora de la ubicuidad". En el mundo existen más de cuatro mil millones de teléfonos móviles operativos, y ahora que la red entra en ellos se generan no sólo nuevas expectativas, sino también oportunidades de negocio y de afrontar la información.
Es en este punto donde el futuro se encuentra con otro concepto: el de pantalla. Las grandes compañías y los laboratorios más importantes del mundo investigan ya en aparatos portátiles que sean cómodos, rápidos y en los que el tamaño de su pantalla crecerá proporcionalmente a la demanda de información de los usuarios. Intel muestra en uno de sus vídeos corporativos un sistema que probablemente veremos en un futuro no muy lejano: una pantalla con tacto casi de papel y que se puede doblar en cuatro partes para llevarla metida en el bolsillo de la camisa. Ya son una realidad los libros electrónicos con una pantalla del tamaño de una cuartilla. Esos terminales, como los que ya comercializan Amazon o Sony, también tendrán la capacidad de conectarse como un teléfono.
Steve Capps fue uno de los diseñadores del interface original de Macintosh, desde Estados Unidos, asegura: "No falta mucho tiempo para que cuando salgamos del metro y miremos nuestra pantalla, tengamos en ella una visión del mundo mucho más certera de lo que ven nuestros ojos".
José María Cuéllar es ingeniero de Telecomunicaciones y gerente de Estrategia de Telefónica y ofrece pistas de un futuro que ya está aquí, aunque en servicios que aún no se han generalizado. "Es un error pensar que la tarifa plana para móviles es algo de ahora mismo. La tarifa de 15 euros al mes existe desde 2006, pero ha sido la aparición de un terminal como el Iphone y otros lo que realmente ha conectado al ciudadano desde su móvil. Desde el momento en el que ha existido un terminal capaz de dar un servicio adecuado, la navegación por medio del móvil se ha duplicado en España", asegura. Ese teléfono que es casi un objeto de deseo comenzó a comercializarse en España el 11 de julio del año pasado, pero los programadores e ingenieros llevaban tiempo investigando sobre lo que The New York Times define como "la nueva mina de oro de la tecnología". Y esa mina de oro coincide con una paradoja. Se trata de la vuelta a un concepto casi tan antiguo como la humanidad: el mapa. "Prácticamente la totalidad de los terminales telefónicos modernos son, además, un GPS", asegura Cuéllar. De esta forma, el usuario está localizable constantemente y los proveedores pueden tener un mapa fidedigno de los lugares en los que se encuentra toda persona con un terminal. Google ya ofrece un servicio en 27 países que permite saber dónde se encuentra un usuario. "Pero va más allá, existen servicios como Around Me con los que la geolocalización del terminal permite ofrecer todo un mundo de servicios que se encuentran cerca de un terminal determinado", asegura Cuéllar. Pensemos en farmacias, cines, restaurantes y todo tipo de necesidades. El móvil nos dirá cuál es el más cercano, su horario e incluso el menú del día de los restaurantes.
La revolución del móvil y de su capacidad de generar mapas originará un nuevo tipo de red social dinámica. Ya existen servicios como Who's Here en los que no hace falta estar dado de alta. El móvil le dice a su dueño cuántas personas afines a él se encuentran cerca. Es probable que el móvil saque a los adictos de las pantallas de su casa. Imagínese: sabrá cuantas personas le son afines, las que tienen ganas de conocer a personas nuevas, podrá chatear con su móvil con ellas, ver su foto o realizar una videollamada a esas personas, y finalmente, si le apetece, quedar en el restaurante italiano más cercano para continuar la conversación en directo.
El hogar también sufrirá una transformación. Si ya se están democratizando las pantallas planas capaces de reproducir señales de alta definición, en breve, la televisión estará conectada por fibra óptica y permitirá navegar por Internet con todo lo que eso supone. Sí, la Red ha ido aumentando y cambiando el mundo. El hecho de que haya películas que incluso antes de estrenarse ya se puedan bajar gratuitamente de la Red está modificando hasta la industria del cine. Empresas como Pixar, especializada en animación por ordenador, han decidido pasarse a las tres dimensiones con la esperanza de que sus productos no puedan ser pirateados en la red. La escasez y la carestía del petróleo traerán nuevos vehículos movidos por combustibles más baratos. La ecología estará presente en la tecnología como una necesidad más, y pronto un robot nos hará las tareas domésticas. Es sólo una cuestión de tiempo.
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