El luxemburgués Gust Graas muestra su obra de luz y cosmos
No suele poner títulos a sus obras. Prefiere que quien deguste sus cuadros se los invente. Por eso, Gust Graas (Luxemburgo, 1924) dará mucho que pensar a quien se pase estos días, desde hoy hasta el 29 de febrero, por la Fundación Carlos de Amberes, en Madrid (Claudio Coello, 99), donde ayer se inauguró una exposición con pinturas y esculturas de este artista luxemburgués que vive desde los años noventa en Mallorca, isla que ha inspirado los trabajos que ahora expone en la muestra que lleva por título Gust Graas.
Mis años en España
(1989-2003).
Sus óleos desgranan desde el misterio de la creación hasta la soledad de las bestias. El Mediterráneo ha cambiado radicalmente la forma de abordar el arte a este fundador y pionero de empresas de comunicación que ahora se dedica a fondo a la creación artística en su casa de Pollença, donde vive desde 1989, y que ayer no llegó a tiempo por la mañana a la presentación de su exposición en Madrid porque se retrasó su vuelo.
Así que las obras de este pintor, llenas de la expresividad de la luz y los colores vivos propios de las Baleares, tuvieron que hablar por sí mismas ayer ante los informadores que se acercaron a curiosear sus piezas. Mandan sus cuadros de tamaño generoso, entre los que destacan al principio los dedicados a la creación, un acontecimiento al que ha dedicado varios de ellos, que abordan la separación de la luz de las tinieblas, la creación del sol y otros episodios.
Son temas fundamentales en este autor, que en el catálogo que acompaña la exposición se expresa así: "Mi forma de expresión pictórica responde fundamentalmente a mi credo en lo concerniente a la vida, y la vida más allá de la muerte", afirma. Una visión vital y trascendental, a la que Graas une una obsesión por las figuras animales y la luz, con tonos amarillos intensísimos.
Una trascendencia que el pintor casa con su arte en un deseo de fusión que le lleva a asegurar: "Me pregunto si, después de la muerte, mi alma liberada del cuerpo y de toda la materia y forma visible vivirá en un universo parecido al de mi pintura. Este universo, ¿será el paraíso? Es una hipótesis que me hace sonreír, difícil de sostener, imposible de verificar y divertida para ahondar en ella".
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