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Crisis en la Sociedad General de Autores

"Yo estoy aquí por el rubio"

Neri, el cerebro de la trama según el juez, era la mano derecha tecnológica de Teddy Bautista, quien lo nombró director general de la filial digital de la SGAE

"Yo estoy aquí por el rubio. El día que se vaya a marchar, me iré yo antes". El rubio es Eduardo Teddy Bautista, presidente ejecutivo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Quien asegura que no se quedará si no está el rubio es José Luis Rodríguez Neri, director general de la filial digital de la SGAE e ideólogo, según el juez Pablo Ruz, de la "trama empresarial parasitaria" a través de la cual presuntamente se desviaron fondos de los derechos de autor a manos privadas. Neri repetía la frase a sus amigos. Todo el mundo conocía la especial relación que le unía a Bautista. Era la mano derecha del presidente ejecutivo de la SGAE. Su fiel colaborador tecnológico. Quien le propuso para dirigir la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), a través de la cual, según el magistrado Ruz, se llevó a cabo el desfalco -probablemente millonario-.

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La estrecha relación de Neri con el mundo de los autores comenzó hace más de 30 años. A mediados de los 70 tocaba la guitarra acústica y la flauta en un grupo experimental llamado Araxes II -en el que también estaba Herminio Molero, que después formó Radio Futura- con el que grabó dos canciones en el disco Rock del Manzanares ¡Viva el Rollo! en 1978 y con el que tocó en las primeras fiestas del recién legalizado Partido Comunista Español. "Trabajó además durante mucho años en la Telefónica", explica Ramón Martínez Márquez, Ramoncín, exmiembro de la junta directiva de la SGAE que conoce bien a Neri.

Dejó la música y comenzó a interesarse por las nuevas tecnologías relacionadas con la música. Fue un pionero. "Lo conocí en los noventa y me regaló un CD-ROM", recuerda el periodista Luis Clemente. "Yo en ese momento ni sabía lo que era". Neri coincidía en su afición con el presidente ejecutivo de la SGAE, Bautista, un enamorado de la tecnología punta que compraba cada aparato que iba saliendo. El vicio tecnológico les unió y Neri acabó convirtiéndolo en su forma de vida. Decidió montar sus propias empresas de desarrollo de herramientas informáticas relacionadas con la cultura. Microgénesis, epicentro de la investigación de la Audiencia Nacional, nació en 1992.

Su empresa colaboró con la SGAE mucho antes de la creación de la filial digital, a finales de 1999. "Neri conocía a la gente de la casa personalmente y colaboraba habitualmente", explica Juan Carlos Caco Senante, miembro de la junta directiva reelegida el pasado jueves. Tenía ya una íntima relación con Teddy Bautista cuando fue elegido director general de la SDAE. Confiaban tanto en él que era quien decidía con quien contratar. Y única y exclusivamente contrataba con Microgénesis, su empresa, que abandonó formalmente en 2003 dejándola en manos de su socio, Rafael Ramos, profesor titular de Organización de Empresas de la Universidad Politécnica de Madrid.

Pero, como señala el juez Ruz, siguió ligado "de hecho" a la sociedad hasta 2005 y continuó usando las tarjetas de crédito de la sociedad para su uso personal hasta noviembre de 2007. Solo dejó de hacerlo cuando aparecieron las primeras informaciones en los medios de comunicación sobre la denuncia que se iba a presentar en su contra ante la Fiscalía Anticorrupción.

La esposa y la cuñada de Neri, María Antonia y Eva García Pombo, también tenían cargos en Microgénesis, al igual que la pareja de Ramos, Elena Vázquez, principal accionista. No era la única empresa que utilizaban. Entre todos crearon un grupo familiar que contrataba con la SDAE cada vez que Neri lo solicitaba. A través de estas empresas se desviaban fondos engordando facturas y cobrando por servicios no prestados.

El primero en acusarlo de tráfico de influencias y de llevar a cabo negocios ilícitos a través de su empresa fue un músico llamado Luis Cobo, Manglis. En 1997 acudió a una asamblea de la SGAE cargado de documentación sobre Microgénesis. "Traigo una maleta con una bomba de neutrones", dijo. Y acusó públicamente a Neri, presente en la reunión, de lucrarse ilegalmente y de engañar a la entidad. Neri pidió la palabra y le amenazó con llevarlo ante los tribunales por calumnias e injurias. Nadie hizo caso a Cobo. "Su discurso no era muy coherente", se disculpa Caco Senante. Poco después, varias asociaciones de internautas presentaron la denuncia que dio inició a la investigación de la fiscalía y la Guardia Civil.

Han pasado cuatro años desde entonces. La SDAE, que dirigía Neri, se liquidó casualmente por decisión de la junta directiva de la SGAE un día antes de que la Guardia Civil irrumpiera en la sede del Palacio de Longoria, en Madrid. Un portavoz de la SGAE aseguró a este periódico que la filial investigada se liquidó "porque ya no era necesaria" y que desde el principio estaba previsto que fuera una sociedad temporal. La compañía fue siempre polémica. La justicia la declaró ilegal en 2000 porque la SGAE no puede tener ánimo de lucro y su sociedad lo tenía.

Desde la SGAE se asegura que modificaron el objeto social para cumplir con las exigencias de sus tribunales y que la disolución estaba prevista. El juez Ruz no lo ve igual. Explica cómo Neri, en connivencia con alguno de los otros tres directivos de la SGAE imputados, planeó hacer desaparecer la empresa "con la mayor celeridad y opacidad posibles".

Los amigos de Neri de la SGAE aún no pueden creer que haya usado su cargo para lucrarse durante años. "Es un hombre que no hace ostentación de nada, va siempre sin chaqueta ni corbata, muy llano, amable, encantador", asegura Ramón Martínez Márquez, Ramoncín, amigo suyo. "De joven fue miembro de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Allí conoció a su mujer, Antonia. Lo único que quería ahora, según decía siempre, era dejar pronto su puesto, marcharse a la casa que tiene en Caños de Meca, en Cádiz, y descansar con una cervecita y un buen jamón".

María Antonia y Eva García Pombo, esposa y cuñada de Neri, abandonan la Audiencia Nacional.
María Antonia y Eva García Pombo, esposa y cuñada de Neri, abandonan la Audiencia Nacional.CARLOS ROSILLO
José Luis Rodríguez Neri
José Luis Rodríguez Neri

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