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El diseño de vanguardia español llega a Washington

La exposición 'Bravos. 21 artistas del Siglo XXI' presenta, hasta el 15 de mayo, la obra de 21 artistas muy vinculados a Internet y respetuosos con el medio ambiente

El taburete de plástico de Martín Azúa, el artista que quiere "seducir en el terreno del compromiso" y trabaja con un solo material reciclado. El sofa que "insufla vida" a unas mascotas hinchables, de Nacho Carbonell, escultor valenciano afincado ya de forma permanente en Holanda. Y el objeto polivalente de El Último Grito. Una escultura que funciona como pieza artística, taburete, mesa o las tres cosas a la vez.

"Nos declaramos un estudio de diseño interdisciplinar porque no reconocemos la existencia de disciplinas, sino un todo interrelacionado". La frase con la que se definen los miembros de El Último Grito también define a los 21 artistas que forman parte de la exposición Bravos. 21 artistas del Siglo XXI y que dan voz al diseño español de vanguardia en una exposición dirigida por Juli Capella y que se inaugura hoy martes en el Centro Katzen de la American University, en Washington, como parte del programa Spain Arts & Culture 2011 de la Embajada Española.

"Es una exposición de personajes y no de obras", explicó Capella, comisario de la muestra y responsable de la elección de estos artistas y sus obras. "El diseño del siglo XXI es el diseño del ego, del super-ego". La última generación de diseñadores españoles no quiere un denominador común, una tendencia única ni un estilo que los unifique a todos. Trabajan de forma individual y en grupo, en estudio y sin él.

Nómadas

"Son muy nómadas, cambian de estudio y de país con mucha facilidad", afirmó Capella durante la presentación de Bravos. Para él, además, forman parte de una generación de artistas permanentemente conectados a través de la Red. "A veces, su lugar de trabajo está en Internet. Tienen antes una página web que un estudio".

Y también les une el respeto al medio ambiente. "No quieren hacer cosas contaminantes, quieren hacer cosas que sirvan a la gente", dice Capella, que eligió el taburete reciclable de Azúa para representar esta tendencia. El artista vasco saltó a la fama gracias a su Casa Básica, un cubo plegable e hinchable gracias al calor del cuerpo humano.

Como Azúa, los 21 bravos apuestan por diseños de objetos muchas veces sin acabar y para usuarios, no consumidores. Es el usuario el que termina la obra y decide si quiere que Magnificent, la lámpara de Luis Eslava, emita luz roja o blanca; que la estantería de cojines de Stone Designs sea precisamente una estantería o los estantes hagan de asientos por el suelo, o que la silla de Guillem Ferrán, el más artesano de todos, acabe funcionando como perchero.

Menores de 50 años

Las 21 obras de la exposición pertenecen, todas ellas, a artistas menores de 50 años. Capella reconoce la influencia de creadores como Gaudí o Dalí, Óscar Tusquets o Javier Mariscal, pero recuerda que los bravos se niegan a representar un movimiento concreto. Tampoco representan a España. La mayoría de ellos reside en el extranjero porque, según Capella, aquí "no encuentran un caldo de cultivo donde prosperar".

El comisario insiste en que, a pesar de que muchos de los diseñadores desarrollan otras profesiones, son auténticos "devotos" de su marca, trabajen solos o en grupo. Y como ejemplo, los artistas de Lagranja, representados por los aparcabicicletas Key, que inundan ya las calles de Barcelona; y Culdesac, con su colección de taburetes y mesas bajas de diseño a medio camino entre un dedal y un sombrero de fieltro.

Bravos estará en Washington hasta el 15 de mayo, cuando viajará a Chicago y Puerto Rico antes de pisar la costa oeste de Estados Unidos. La exposición, que visitará después Europa, América Latina y Asia, ha sido organizada en colaboración con la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo, el Centro Katzen de la American University, la Embajada de España y la Spain-USA Foundation.

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