La crisis también se ceba con el arquitecto Norman Foster
Ni siquiera el arquitecto más reconocido del planeta, autor de obras tan emblemáticas como la cúpula del Reichstag en Berlín o la torre Gherkin de Londres, es inmune a la crisis financiera global.
El estudio del británico Norman Foster acaba de anunciar a sus 1.300 empleados el recorte de casi un cuarto de la plantilla, forzado por el retraso o directamente la cancelación de muchos de los proyectos que tenía en cartera. "La necesidad de acometer despidos (300 trabajadores) reducirá la compañía al tamaño que tenía hace 18 meses", confirmaba al diario Financial Times el consejero delegado del estudio Foster & Partners, Mouzhan Majidi.
El comunicado de la empresa alude al "gran número de clientes internacionales que han sido víctimas del clima económico actual", una situación adversa que, por ejemplo en España, creen que podría paralizar los planes de remodelación del Camp Nou -el estadio del Barça en Barcelona- o la construcción de los dos primeros edificios del Campus de la Justicia de Madrid, aunque ninguna de las dos entidades lo haya confirmado. El sello del arquitecto británico en nuestro país es reconocible en la torre de Caja Madrid de la capital o en la barcelonesa torre de Collserola, entre otras obras.
Los recortes de personal en Foster & Partners se repartirán entre sus 17 oficinas y forzarán el cierre definitivo de las sedes de Berlín y Estambul, en marzo. Todo un revés para la tercera firma internacional de arquitectos, fundada en 1967, y que presenta una facturación anual de 157 millones de euros.
El barón Foster of Thames Bank, título que le concedió la reina Isabel II por sus méritos profesionales, encaja los estragos de la crisis en el sector de la construcción desde un castillo suizo del siglo XVII, que recientemente reemplazó a su residencia londinense a orillas del Támesis. A sus 73 años y acompañado de su tercera esposa, la psicóloga española Elena Ochoa, el arquitecto disfruta de una fortuna estimada en 300 millones de euros. Pero acaba de ver frustrada la que hubiera sido la gran perla de su extenso currículo, la construcción del que iba a ser el edificio más alto del mundo, la torre Rossia de Moscú, cuyo proyecto ha sido cancelado por el Gobierno ruso.El Gobierno ruso prescinde de su proyecto para la torre más alta del mundo
Babelia
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