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Reportaje:

Última visita a Felipe II

El hispanista británico Geoffrey Parker publica una monumental biografía del monarca español

Javier Rodríguez Marcos

Felipe II es el gobernante europeo sobre el que más se ha escrito si exceptuamos a Napoleón y a Hitler. Vivió 71 años (entre 1527 y 1598) y gobernó 42, en los cuales solo hubo siete meses de paz. Fue contemporáneo de Fray Luis de León y Cervantes, Tiziano y El Greco, se casó cuatro veces, tuvo ocho hijos y antes de ser rey de España, Portugal y sus colonias llegó a serlo fugazmente de Inglaterra merced a su matrimonio con María Tudor. "Gobernó el primer imperio global de la Historia", dice el hispanista británico Geoffrey Parker (Nottingham, 1943), uno de los grandes expertos mundiales en los siglos XVI y XVII.

En silla de ruedas debido a una enfermedad degenerativa y armado con un español berro-queño y una tonelada de erudición e ironía, Parker viajó ayer a El Escorial para presentar Felipe II. La biografía definitiva (Planeta) e "iniciar los trámites de divorcio con el Rey Prudente". El historiador ha dedicado cuatro décadas al hombre en cuyos dominios, dice el tópico, no se ponía el sol. En 1984 Parker publicó una biografía de Felipe II de 260 páginas que ha ampliado ahora hasta casi 1.400. Entre una y otra, la celebración en 1998 del cuarto centenario de la muerte del monarca propició una avalancha de nuevas interpretaciones, a la que se unieron las aportaciones de la arqueología submarina sobre la Armada Invencible y, sobre todo, la posibilidad de consultar miles de cartas y notas escritas por el propio rey.

Obsesivo pero indeciso, terco, austero y volcado en ser digno de su padre, el emperador Carlos V. Así es el Felipe II de Parker, que no duda en retratarlo también como un buen padre, desmintiendo la leyenda negra que sostuvo durante siglos que había matado a su hijo Carlos: "Sufría desequilibrios mentales, lo recluyeron cuando se volvió peligroso y él decidió dejar de comer". Para el catedrático de la Universidad de Ohio, el monarca español se enfrentó a problemas parecidos a los de un presidente de multinacional actual. Supo conservar América frente a la rebelión de algunos conquistadores pero tuvo su Vietnam particular (o su Irak) en Flandes: su catolicismo a ultranza le impidió alcanzar una paz "fácil" con los protestantes: "Al final no delegaba, tenía la ilusión de que lo sabía todo. Contaba con el mejor correo del mundo y la mayor red de espías, también creía que Dios guiaba sus pasos. Sí, si hubiera que compararlo con un político de hoy, ese sería Bush".

Al fresco de uno de los claustros del monasterio escurialense, Geoffrey Parker cuenta que lo visitó por primera vez "en 1500... 1966. Perdone, vivo en el siglo XVI". Todavía le asombra que el edificio se construyera en tan solo 21 años -"No hay un caso similar antes de la revolución industrial"- y relata que su biografiado supervisó las obras hasta el punto de diseñar personalmente los retretes: "Fue un magnífico maestro de obras. No se puede decir lo mismo de él como estadista".

Geoffrey Parker, retratado ayer ante el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Geoffrey Parker, retratado ayer ante el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.
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