Saramago se topa con Berlusconi
Einaudi, editorial propiedad del primer ministro, rechaza publicar 'El cuaderno' - "Il Cavaliere es capaz de todo, promover sobornos y comprar voluntades"
Un nuevo asalto en el incansable combate de Silvio Berlusconi por dominar la información y la cultura: Einaudi, la editorial italiana que ha publicado hasta ahora todas las novelas de José Saramago, no editará El cuaderno, el libro del Nobel portugués que recoge los escritos políticos y literarios del blog que empezó a escribir en septiembre del año pasado (caderno.josesaramago.org).
El motivo de la ruptura con la casa editorial propiedad del primer ministro italiano es la dura serie de juicios que vierte Saramago sobre Berlusconi. El autor de Ensayo sobre la ceguera dice, entre otras cosas: "En la tierra de la Mafia y la Camorra, ¿qué importancia puede tener el hecho probado de que el primer ministro sea un delincuente?". El cuaderno será publicado por la editorial turinesa Bollati Boringhieri.
"La censura de la editorial obedece a que he escrito sin ataduras"
"La acumulación de poder en un político pone en riesgo la democracia"
En una nota oficial, Einaudi, que forma parte del imperio editorial Mondadori, ha explicado que no publica el libro porque, entre otras cosas, califica a Berlusconi como un delincuente. "Se trate de él [en referencia a Berlusconi] o de cualquier otro exponente político de cualquier parte o partido, Einaudi respeta la libertad de crítica, pero rechaza hacer suya una acusación que sería condenada en cualquier juicio".
Saramago, de 87 años, no ahorra críticas a Il Cavaliere en sus comentarios, que siguen puntualmente la actualidad italiana de estos últimos meses. En algún pasaje lo llega a comparar con un capo de la Mafia. Al ser interpelado sobre este epíteto, Saramago ha respondido: "¿De verdad les parece exagerado? ¿Estamos seguros? Al menos estaremos de acuerdo en que tiene una mentalidad mafiosa".
Einaudi ha rechazado publicar otros textos críticos en los últimos tiempos, por ejemplo, las poesías políticas póstumas de Giovanni Raboni o Il corpo del capo, de Marco Belpoliti.
Saramago considera que la censura de Einaudi obedece a que él ha escrito sin ataduras de ningún tipo sobre Berlusconi como jefe de Gobierno y que el problema es que es además el propietario de la editorial y de muchos otros medios de comunicación en Italia. Según el autor de Memorial del convento, la situación sería pintoresca si no supusiera que la acumulación de tantos poderes en las manos de un político pone en riesgo la calidad de la democracia italiana.
En el libro, que fue publicado en abril en Portugal y esta semana por la editorial Alfaguara en España, Saramago reparte reflexiones a diestro y siniestro: de Bush a Blair, de Aznar al Papa, pasando por Fidel Castro, Guantánamo, Israel, Davos o Wall Street. El 4 de diciembre de 2008, Saramago escribió: "Me siento insignificante frente a la dignidad y el coraje de Roberto Saviano, un maestro de vida condenado a muerte por haber escrito un libro de denuncia contra una organización criminal capaz de secuestrar a una ciudad y a sus ciudadanos". José Saramago comprende perfectamente que la editorial Einaudi, con la que ha mantenido una relación de dos décadas, no publique su libro El cuaderno en Italia. "Es normal. Yo lo llego a entender. Si lo hicieran, les despedirían", asegura el premio Nobel portugués. De todas formas, se siente en paz. Prefiere romper su relación con la editorial de Berlusconi. "Para mí es un alivio. Puede que con esto acabe definitivamente mi relación con ellos. Yo soy muy fiel a mis editores en todo el mundo, pero si lo tengo que hacer lo hago y ya está". Así que, según él mismo anuncia: "Mi próxima novela, que aparecerá en otoño en Portugal, Brasil y España, no saldría en esa editorial. Lo siento, porque, por otro lado, siempre me han tratado con el máximo respeto y consideración".
En su último libro, Saramago arremete contra el primer ministro italiano. No se retracta, ni mucho menos. "Lo que digo de él es más o menos lo que todo el mundo piensa, a excepción de sus votantes. Decimos que la democracia es el mejor de los sistemas, y es cierto. Pero su fragilidad resulta enorme. Cuando aparece un señor así, que utiliza los peores métodos y consigue millones de votos, lo que me extraña no es que se alcen voces indignadas que protesten, sino que no se produzca un movimiento social de rechazo por el mero hecho de que arruina el prestigio de su país", asegura.
Para Saramago, el mayor riesgo de figuras como Berlusconi está en la fina línea que no deja entrever ciertos límites. "Los que existen entre sus negocios privados y la esfera pública. Alguien capaz de promover sobornos y comprar voluntades es capaz de todo. Berlusconi lo ha hecho. No se puede decir que no sea un delincuente porque no ha asesinado a nadie ni ha robado a mano armada. Existen otras muchas maneras de serlo", asegura.
Las formas del primer ministro italiano, para Saramago, exceden muchos límites. "Debe ser también la Unión Europea quien le llame la atención. Deben decirle que las suyas no son formas de comportarse en la esfera pública y que casos como el suyo van en descrédito de la política". Más ahora, en plena campaña electoral. "Un ciudadano medio europeo tiene todo el derecho a preguntarse qué Europa es esta que aplaude a un señor que se comporta con tan mala educación en las reuniones internacionales. No le han parado los pies a tiempo, y la gente, con razón, empieza a preguntarse, como Cicerón: ¿Hasta cuándo seguirá abusando de nuestra paciencia?".
Babelia
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