Peter Robinson novela el lado más oscuro de la perversión
El autor publica 'El camaleón', un nuevo caso del inspector Banks
Una pareja aparentemente normal oculta en el sótano de su chalé burgués un macabro tesoro: los cadáveres de sus víctimas, jóvenes secuestradas sometidas a todo tipo de torturas y vejaciones sexuales. El escritor británico Peter Robinson se adentra en El camaleón (RBA), una nueva entrega de la serie de novela negra protagonizada por el inspector Alan Banks, en el lado más oscuro de la perversión humana. Las pesquisas del terrible suceso concluyen en una convicción atroz: la fragilidad de la inocencia.
Para escribir el libro, Robinson se inspiró en casos famosos de amantes psicópatas a los que unían las mismas pulsiones asesinas. Por ejemplo, el matrimonio West, Fred y Rosemary, moradores del número 25 de Cromwell Street, en Gloucester, Reino Unido, la casa de los horrores. "Vi por televisión a la policía sacando de la casa cajas de cartón llenas de pruebas y excavando en el jardín para buscar cadáveres. Me pregunté cómo me sentiría si al levantarme un día viera por la ventana todo aquel ajetreo", explica el autor, que ha visitado Barcelona. "Otro caso que me sirvió de punto de partida sucedió en Canadá. Una pareja abusó sexualmente de dos chicas jóvenes y luego las asesinó. Nadie sospechaba de ellos en el vecindario. Él era contable y ella ayudaba a un veterinario. Todo muy normal, en principio".
Muchas de las páginas de la novela se encaran sin tapujos con las secuelas que sufren todos aquellos que padecieron de niños abusos sexuales. Una huella indeleble que, en ocasiones, convierte a la víctima en torturador. Así le sucede a la protagonista de El camaleón. "Es un círculo vicioso. Esto acostumbra a repetirse en muchos expedientes. No creo que sea una explicación en sí mismo. Puede parecer ilógico que alguien que ha padecido malos tratos, luego maltrate y torture a su vez a otras personas. Sin embargo, sucede". De nuevo, para dar verosimilitud al relato, a Robinson le bastó echar mano de la realidad: "En los años ochenta hubo un gran escándalo en Inglaterra por la sucesión de casos de abusos a menores. Fue algo muy perturbador que se olvidó con el tiempo. Un autor de novela negra tiene que trabajar con cosas que se han olvidado. Cuando se conoce lo que les sucedió de niños, se puede llegar a comprender que exista gente así".
El argumento central de El camaleón se enriquece con multitud de tramas paralelas que miran de soslayo a la actualidad. Así, la violencia doméstica aparece en la novela como motivo recurrente. No es extraño que ante el grosor de los hechos, el inspector Banks ande un poco desbordado. "El policía duro es muy sencillo y poco interesante. Es el detective clásico que despliega su cinismo frente a crímenes terribles. Ese tipo de personajes no me interesa. Lo difícil es crear un policía que reacciona y se enfrenta a unos delitos que le suponen un coste personal".
Babelia
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