Cine arrancado de la vida
Retrato de mujer con hombre al fondoDirección: Manane Rodríguez. Guión: M. Rodríguez, Xavier Bermúdez y la colaboración de Antonio Larreta. Fotografía: J. C. Gómez. Música: J. Drexler. España, 1996. Intérpretes: Paulina Gálvez, Bruno Squarcia, Myriam Mézières, Pedro Miguel Martínez, Ginés García Millán, Margarita Musto, Cristina Collado. Madrid: Azul, Minicines, Albufera, Vaguada, Ideal.
"¿Cómo te encuentras?", pregunta un personaje de esta estimulante ópera prima de Manane Rodríguez. "Estoy bien. Bueno, dentro de la tragedia, como decía la viuda de Carrero Blanco", contesta su interlocutora. Nada como esta réplica para explicar a la vez lo irónico y lo contundente de este filme riguroso, saludablemente maduro pese a ser una primera película y lleno de aspectos positivos.Uno, y fundamental, es su arrojo: no hay nada en Retrato... que llame a la facilidad, ni al cálculo mercantil. Ni actores consagrados -la excepción, Mézières, no es protagonista, aunque su papel sea hondo y contundente-, ni look espectacular, ni la socorrida recurrencia a los moldes genéricos para hacer funcionar esta historia de mujeres treintañeras, con la vida casi resuelta, y ese casi es la carne misma del filme: el miedo a la soledad, los conflictos de la dependencia afectiva, el lío de los sentimientos.
Otro, la honestidad de la directora a la hora de abordar la historia de su protagonista. Paulina Gálvez da todo un recital de saber estar, de oficio e intuición. Guapa abogada con la vida resuelta y sin querer mantener vínculos afectivos sólidos, es una mujer de hoy, pero no una heroína de cine sino un ser tomado de la vida misma. Contradictoria, fuerte y emprendedora, su vida es turbada por dos experiencias en las que, de una u otra forma, debe confrontarse: una, la de una amiga llorona y dependiente, que es su vínculo con el pasado; y otra, el espejo atroz que le proporciona la esposa (Mézières) de su socio, a quien una vida de postergaciones lleva al disparadero.
Personas y conflictos
Con estos elementos, Manane Rodríguez construye una historia que concede a cada personaje sus porqués. La cineasta no juega en ningún momento (y (le ahí su honestidad) al reconocimiento fácil, a blindar a su heroína con una disposición (le ánimo y un comportamiento impecable que la hagan fácilmente asumible. De ahí que el filme, que al fin y al cabo habla de los roles sexuales y afectivos de nuestro presente, no muestre personajes buenos o malos, sino personas con sus conflictos, sus silencios y sus malos ratos; seres a los que les cuesta trabajo aceptar sus cargas, empezando por la protagonista, cuya mas reseñable característica es su cobardía frente a los grandes momentos de la vida: la muerte, el derrumbe psicológico del otro.Por eso Retrato... es una película honda y difícil, un discurso sin coartadas, un llamamiento a la reflexión. Su tono aparentemente ligero, casi de comedia en al unos momentos, esconde zarpazos terribles como la vida misma. Su personaje principal, que ocupa siempre el encuadre, parece resolver provisionalmente en algún momento sus contradicciones. Pero en el fondo le aguarda un amargo futuro duramente igual a su presente, probablemente también a su pasado. No tiene Rodríguez explicaciones mágicas para sus criaturas, habla de lo que conoce -más de mujeres que de hombres-, no catequiza. Es la suya una actitud que la honra, que nos devuelve espectadores inteligentes. ¿Qué más se puede pedir a una obra artística, cualquiera que ésta sea?
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.