La Academia, en la sala de espera
El sucesor de Víctor García de la Concha en la RAE no se conocerá hasta el jueves - La revolución digital constituye el gran reto en el nuevo ciclo de la institución
La clave para la multitud de periodistas que esperaba en la llamada Sala de los Directores -en las vitrinas, un par de cartas de Zorrilla y un trozo de hueso del supuesto cráneo del Cid- era esta: si entraba Víctor García de la Concha lo haría acompañado del nuevo director de la Real Academia Española; por el contrario, la entrada del novelista José María Merino, vicesecretario de la institución, significaría que ningún candidato a la dirección había obtenido ayer la mayoría absoluta de los votos, con lo que la votación quedaría aplazada hasta el próximo jueves. Ese día saldrá elegido simplemente el más votado. Al final fue Merino el hombre de la tarde. Leyó un escueto comunicado en el que se contaba la citada mecánica de la elección y solo reveló que se habían emitido 32 votos, cinco de ellos por correo, uno de los cuales, contó, fue enviado por Mario Vargas Llosa, que hoy recibirá el Premio Nobel en Estocolmo.
Ningún aspirante al puesto alcanzó la mayoría suficiente en la votación
"¿Decepción? En absoluto", dijo el vicesecretario José María Merino
"¿Decepción? En absoluto", dijo Merino. "Esto indica que hay debate en la Academia e interés por dirigirla". Finalmente, lo que se presumía un dúo de candidatos se convirtió en trío: ayer trascendió que el nombre que se había unido al de los más citados -Darío Villanueva y José Manuel Blecua- fue el de José Antonio Pascual, actual vicedirector, que recibió un solo voto.
El próximo jueves, por tanto, alrededor de las 20.30 se conocerá finalmente al sucesor de Víctor García de la Concha, que abandona el cargo después de tres legislaturas al frente de la RAE, posiblemente los 12 años más revolucionarios de una institución que pronto cumplirá tres siglos.
La mecánica de la elección será la misma que ayer: son elegibles todos los académicos menores de 78 -lo que deja fuera a figuras tan emblemáticas como Martín de Riquer y Ana María Matute- y solo pueden ejercer su derecho al voto aquellos que hayan asistido a un mínimo de 12 plenos a lo largo del año, algo que elimina a los que por edad o mala salud no acuden a las reuniones, los que viven largas temporadas en el extranjero o los recién elegidos, como Soledad Puértolas, que ingresó el pasado 21 de noviembre. La recién llegada, no obstante, acudió a la votación junto a colegas suyos como Javier Marías, Francisco Rico, Carmen Iglesias, Arturo Pérez-Reverte o José Manuel Sánchez Ron.
Por otro lado, la RAE cuenta con 46 sillones, y teniendo en cuenta las vacantes de los fallecidos Francisco Ayala y Miguel Delibes y que hay dos electos que aún no han leído sus discursos -Inés Fernández-Ordóñez y Pedro Álvarez de Miranda-, ayer había 42 académicos en activo, de los que salieron los 32 votantes.
Aunque en ningún momento Víctor García de la Concha, el director saliente, se ha apartado de la senda de la diplomacia, sí ha dejado claro que le gustaría que su sucesor fuera un continuador de la política panhispánica de la RAE que ha marcado el espíritu de la casa en los últimos tiempos. Salga quien salga, no parece que vaya a haber revolución en la Docta Casa.
Los 12 años de la era García de la Concha han estado repletos de hitos: de la Nueva gramática al Diccionario de americanismos pasando por la nueva y polémica Ortografía, que presentarán los Príncipes de Asturias la semana que viene. Cuando el próximo 13 de enero un nuevo ocupante se siente en el despacho de dirección, se encontrará con que una de sus primeras funciones será apretar el botón de encendido de lo que el director saliente llama "el gran portal del español en Internet", una revolución total de la página web de la institución (www.rae.es), en la que cada mes se reciben tres millones y medio de consultas dirigidas al diccionario académico. La nueva edición de ese diccionario será otra de las tareas de un futuro próximo: se publicará en 2013, coincidiendo con el tercer centenario de la fundación de la Academia.
Pero los retos de la RAE son también los de la propia lengua española, y el futuro del español tiene dos nombres: Internet y Estados Unidos. La presencia de la lengua de Cervantes en la Red no se corresponde con el peso demográfico que tiene en el mundo y, sobre todo, al norte del Río Grande. Por lo pronto, la Academia se vuelca en la Red. "La RAE se vuelve digital", cuenta Francisco Rico. "Todas nuestras publicaciones deben pasar a ese formato. Ya estamos trabajando en textos para teléfonos móviles". Respecto al otro reto, el estadounidense, Rico prefiere matizar la euforia: "El español crece en EEUU, pero, por favor, que no aparezca el pequeño nacionalismo en esa gran nación. Hay que favorecer la educación bilingüe, para los latinos también el inglés es un patrimonio. Como para nosotros".
Otro reto no escrito para la RAE es la incorporación de más académicas -actualmente hay cinco-. Soledad Puértolas afirma que entiende que, "por respeto a la mujer", como dice García de la Concha, no haya cuotas. "Mejor que te valoren por lo que haces y no por lo que eres, pero no hay que perder de vista que hubo quien no entró por ser mujer. La discriminación negativa sí ha funcionado". Ahí está, en efecto, el caso de Emilia Pardo Bazan. Darío Villanueva, tal vez el candidato que más suena, es experto en su obra.
TRES NOMBRES Y UN DESTINO
José Antonio Pascual
Sustituyó a Gregorio Salvador como vicedirector de la RAE en 2007. No estaba en ninguna quiniela previa a la votación de anoche y, muy probablemente, tampoco figure en ninguna para el próximo jueves; ayer solo recibió un único e inesperado voto. Miembro de la institución desde 2002, es catedrático de Lengua Española. Entre sus logros se cuenta la dirección del Diccionario Histórico, una de las grandes cuentas pendientes de los tres siglos de la RAE, y trabajó con Joan Corominas en la elaboración del Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, un hito de la filología mundial.
José Manuel Blecua
Durante años, los estudiantes de Gramática de toda España se manejaron con un impagable ladrillo blanco publicado en 1979 por la editorial Ariel al que llamaban "el Alcina-Blecua". La A era de Juan Alcina Franch. La B, de José Manuel Blecua Perdices, hijo de un histórico de la filología española. Nacido en Zaragoza en 1939, Blecua fue elegido académico en 2003. Presidió la Comisión Estatal para el IV Centenario del Quijote, fue director académico del Instituto Cervantes y participó, con su compañero de Academia José Antonio Pascual, en Más que palabras, un mítico programa de TVE.
Darío Villanueva
Ingresó en la RAE el 8 de junio de 2008 y al año siguiente Darío Villanueva ya era secretario de la institución. Nacido en Villalba (Lugo) en 1950, es catedrático de Teoría de la Literatura en la Universidad de Santiago de Compostela, de la que fue rector entre 1994 y 2002. Si al conocimiento de los clásicos, el interés por las nuevas tecnologías y su experiencia como gestor, se añade su cercanía a Víctor García de la Concha, con el que ha colaborado estrechamente, resulta una opción razonable para ocupar un puesto entre cuyos retos figura afianzar el español como lengua de Internet.
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