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Fito durante la entrevista para Historia de una canción.Foto: LUISMI H. | Vídeo: EPV

Vídeo | El antídoto de Fito contra la tristeza

El cantante nunca antes había hablado de ‘Pájaros disecados’, pero reconoce que este tema tan personal, en el que inconscientemente narra algunos síntomas de una depresión, le ha guiado siempre

Eva Baroja

Con veinte años, Fito Cabrales (Bilbao, 1966) tenía muchos pájaros en la cabeza. Hasta que un día decidió perseguirlos, colgó el delantal de camarero y dejó de servir copas en el club que regentaba su padre. En aquella época, ya con gorra, patillas y aros, Fito estaba convencido de que iba a grabar un disco con Platero y Tú y de que se iba a pasar la vida tocando. Jaque mate. Acertó de pleno. Por eso, el deseo de mantener vivos esos pájaros que le impulsaron a volar le ha acompañado durante toda su vida. Sin tregua. Sobre todo, tras componer Pájaros disecados: “Un día, de repente, me di cuenta de que los pájaros que tenía en la cabeza se me habían disecado. De esa imagen, que me pareció la más triste del mundo, surgió esta canción”.

Hoy, este tema que forma parte de su sexto disco Huyendo conmigo de mí (2014), sigue parpadeando como un faro incandescente cuando algo no va bien. Cuando se levanta de la cama en su casa de Guernica y no tiene el ánimo adecuado. Cuando tiene vértigo a exponerse. Cuando está de bajón. O cuando a través de sus gafas de cristal ahumado ve la vida “menos apetecible”. Entonces, como un acto reflejo, se da un par de toques en la cabeza con los nudillos y piensa. “¡Hostia, ya se me han disecado los pájaros! Voy a ver si vuelan. Es una puta tontería, pero a mí me funciona, me espabilo así”, admite repitiendo el toc toc de los dedos sobre su gorra. Recordar esta canción, de la que nunca había hablado hasta ahora, le cambia el chip al momento.

La primera estrofa de la letra de Pájaros disecados es explícita y cruda. Yo no sabía lo que sucedía, me sentía triste y agobiado, tan deprimido que tenía la cabeza llena de pájaros disecados. En primera persona, Fito dibuja en sus versos un estado de ánimo apático y derrotado. “Alguna vez me han dicho que escribí una puta depresión, pero no estaba pensando en eso sino que tenía en la cabeza la viñeta del pájaro disecado. Creo que, en el fondo, es lo mismo. Porque ¿qué es una depresión? Es eso. Si estás deprimido y oyes esta canción piensas: ‘Joder, no es tan raro lo que me pasa’. Yo me agarro a estas cosas, me gusta hacer música con el alma…”, explica con tanta calidez que logra suavizar de un plumazo las palabrotas que se le escapan y que tanto le caracterizan.

Tras siete años “surfeando la vida” y dedicado a su familia y a sus hijos, Fito está este 2022 inmerso en la gira de su último disco Cada vez cadáver (2021) que le llevará este verano a Palma de Mallorca y Santander y que agotó entradas en Madrid, Barcelona, Pamplona, Zaragoza o La Coruña. El emotivo concierto retransmitido desde San Mamés que ofreció hace un mes en su Bilbao natal lo siguieron en directo más de un millón de personas. ¿Cómo y por qué compuso Pájaros disecados? ¿Qué la convierte en una de sus canciones más personales? ¿Por qué es como un padrenuestro para él?

Este vídeo con Fito es el último de la serie ‘Historia de una canción’, un formato audiovisual de EL PAÍS en el que se han descubierto detalles de canciones tan emblemáticas como Por el bulevar de los sueños rotos, con Álvaro Urquijo; En algún lugar, de Mikel Erentxun, o Saturno, de Pablo Alborán. Otros de los artistas que han participado de la serie son Guitarricadelafuente, Rozalén o La bien querida.


Sobre la firma

Eva Baroja
Periodista y filóloga por la Universidad de Navarra. En EL PAÍS desarrolla entrevistas y formatos audiovisuales de cultura y sociedad. Ha trabajado en los informativos de La Sexta y Onda Cero y como coordinadora de redacción en Lacoproductora. Es experta en comunicación política.

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