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Vídeo | Cómo prevenir un golpe de calor, a quién afecta más y qué hacer cuando aparecen los primeros signos

Javier Millán, de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias, explica cómo identificar las primeras señales y los riesgos de las altas temperaturas para las personas vulnerables

Cada año, las altas temperaturas dejan cientos de fallecidos en España. El golpe de calor es su consecuencia más extrema: el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que puede superar los 40º. Los calambres musculares, en especial después de realizar ejercicio físico intenso, y el agotamiento por calor, cuando una sudoración excesiva reduce los fluidos corporales, son otras de las afectaciones comunes cuando el termómetro alcanza sus cotas más altas.

Para prevenir este tipo de situaciones, cada año los expertos recuerdan las recomendaciones más comunes: beber mucha agua sin esperar a tener sed, permanecer en lugares frescos, bajar las persianas, evitar comidas pesadas y el ejercicio en las horas más críticas. También, identificar los grupos de riesgo. “Lo que vemos en los servicios de Urgencias, fundamentalmente, son dos tipos de pacientes: por un lado, el joven que ha realizado un ejercicio físico intenso durante esas horas de máxima temperatura; y por otro, pacientes mayores”, explica en este vídeo Javier Millán, jefe de Urgencias del Hospital La Fe de Valencia y presidente en esa Comunidad de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias (SEMES). Este segundo grupo, el de personas mayores de 65, es vulnerable por “múltiples razones”, incide Millán. Desde una perspectiva médica, las patologías previas o una medicación que dificulte los mecanismos termorreguladores pueden aumentar el riesgo. Desde una perspectiva social, en muchas ocasiones estas personas están solas, son dependientes o pueden sufrir pobreza energética. Otros grupos de riesgo son los niños menores de cuatro años, las mujeres embarazadas, las personas con discapacidad y los que sufren otras patologías previas.

¿Qué hacer ante los primeros síntomas?

Si la prevención no funciona, es importante identificar los primeros síntomas: “Vómitos, fiebre, cefalea, irritabilidad, problemas con el sueño, notarse excesivamente caliente, piel seca o signos de deshidratación”, enumera el doctor Millán. También estar muy atentos a los signos de un posible cuadro infeccioso en personas mayores, ya que puede alterar los mecanismos relacionados con la temperatura corporal: “Una simple infección urinaria o una gastroenteritis con las temperaturas extremas puede ser una combinación fatal”.

Ante esta situación, lo prioritario es llamar al 112 e intentar bajar la temperatura corporal: “Retirarlo de la exposición directa al sol, intentar que se hidrate —solo si está consciente— o proteger la piel”, señala Millán.

Puedes completar la información con el vídeo que encabeza el artículo.

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