Ir al contenido
_
_
_
_
Series televisión
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘La ruta’ 2: la posibilidad de una isla

La segunda entrega de la serie de Atresplayer se enfrenta al reto de renovar la confianza con sus espectadores desde presupuestos muy diferentes a su antecesora. Y lo consigue

Paloma Rando

Algunas series tienen la virtud de interpelar a mucha gente en su conjunto. Otras, las menos, pretendan o no llegar a todo el mundo, atesoran como principal logro la intimidad con el espectador. Mientras las ves, sientes que te están hablando solo a ti. Y no necesariamente por identificación. Tiene más bien que ver con la desnudez progresiva de sus personajes. Se nos van revelando de a poco en todos sus matices, lo que provoca que la implicación del espectador con ellos sea mutua, por mucho que cada uno, desde el sofá, no les esté contando nada. La primera temporada de La ruta es un buen ejemplo de esto.

La segunda entrega, que repite artífices de la primera (Clara Botas, Roberto Martín Maiztegui al guion, y Borja Soler Gil a la dirección), se enfrenta al reto de renovar esa confianza con sus espectadores desde presupuestos muy diferentes a su antecesora. Y lo consigue. Al final de la primera dejamos a Marc Ribó (Àlex Monner) en un avión rumbo a Ibiza y ahora lo recogemos como DJ asentado en la isla. Y si la primera temporada utilizaba el recurso de estructura de invertir la línea temporal y contarse, pues, desde el final hasta el principio, en esta se alternan dos líneas temporales: la de Marc, en 1996, y la de sus padres, en 1972, en Ibiza, isla en la que ya sabemos que ambos perdieron la vida.

La de la Ibiza de los setenta también es una historia de final amargo vista desde hoy. De la posibilidad de una isla –que me perdone Houellebecq–por hacer para los padres de Marc en el 72 y del inicio de un entorno hostil para el propio Marc en el 96, a un lugar donde –que me perdone Carmen Martín Gaite– lo raro es vivir.

Ese aire de fatalismo invade también al resto de personajes de la serie. A él contribuye el hecho de que tanto Àlex Monner como Irene Escolar, una de las flamantes incorporaciones de esta temporada, se desdoblen, e interpreten, en cada respectiva línea temporal, a sus personajes y a sus hijos (o a sus personajes y a sus padres, como cada cual lo quiera leer). Me dejo para el final a la extraordinaria Marina Salas, que interpreta a Leo, la madre de Marc, el corazón de esta entrega. Nacer en tus padres y morir en tus hijos. Y por el camino, intentar salirse de la ruta.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Paloma Rando
Redactora, columnista y guionista de televisión. Empezó a trabajar en el medio en 2006, en el departamento de vestuario de diferentes series, y dio el salto a guion en 2012. Su último trabajo emitido es 'Señoras del (h)AMPA'. Ha desarrollado series para Alea Media, Shine Iberia, Secuoya, Zeta studios y Suma content, entre otras productoras.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_