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Gemma Nierga: “Me parece pueril plantear la rivalidad Broncano-Motos. La que gana es la tele”

La periodista catalana acaba de estrenar ‘59 segundos’ en La 1: “En el programa, yo mando sobre el micro”

La periodista Gemma Nierga, el pasado viernes, en un hotel en Barcelona.
La periodista Gemma Nierga, el pasado viernes, en un hotel en Barcelona.Massimiliano Minocri
Camilo S. Baquero

“Estoy aún borracha del programa”. Gemma Nierga (Girona, 58 años) no escondía, el pasado viernes, la emoción tras la primera emisión de 59 segundos. El veredicto de la audiencia en el estreno del jueves no fue muy halagüeño (6,6% de cuota media), pero la periodista catalana por la que RTVE apuesta para revivir ese formato de entrevista y debate se muestra optimista. “Creo en la televisión que se construye”, resume, poniendo como ejemplo La Revuelta, que también se emite en La 1. Nierga se moja en el debate televisivo de moda: ve “pueril” plantear una rivalidad entre David Broncano, presentador de La Revuelta, y Pablo Motos, conductor de El Hormiguero (Antena 3). “La que gana es la tele”, apostilla.

No son pocos los políticos en Cataluña que aceptan, en privado, que pasar por las entrevistas de Nierga les descoloca. “Con esa candidez, no sé cómo, te lo saca todo”, confesaba, divertido, un ex alto cargo de Esquerra, que ha estado en varias ocasiones en el plató de Cafè d’idees (La 2 de RTVE Catalunya y Ràdio 4). La veterana periodista ríe con la anécdota y asegura que esa empatía hacia los invitados que ya practica en su actual programa también será el sello personal que aportará al regreso de 59 segundos, producido por Globomedia.

“Cuando empecé en el periodismo, hace 40 años, siempre intentaba hacer un papel. Intentaba imitar a Xavier Sardá, a Iñaki Gabilondo. Eso era muy agotador y hasta acabé en el psicólogo. Siempre me veía débil, algún jefe hasta me lo llegó a decir. Pero la clave está en ser auténtica y muy genuina”, recuerda. Eso, agrega, no riñe en absoluto con ser incisivo. “Si te has preparado muy bien esa entrevista y tienes la pregunta muy clara, puedes llegarle a la médula al invitado sin perder la sonrisa o la amabilidad”, defiende.

Mediante esta vía, asegura Nierga, es más fácil cumplir con lo que considera su máxima ambición a la hora de entrevistar y debatir: que emerja el ser humano detrás de la fachada del personaje. Eso, añade, puede servir para mejorar la calidad del debate público en un momento de tanto ruido y polarización. “Humanizar a los políticos nos permite rebajar un poco el exceso de crispación y de odio al que piensa distinto”, explica. “Me gustaría que el espectador se pueda ir a la cama reflexionando acerca de ideas que no son las suyas”, desea.

La comunicadora se aferra a que la brevedad y la profundidad no tienen por qué reñir. Pero sí acepta cierta contradicción de que desde el periodismo se rechace que los políticos y las instituciones se parapeten tras los mensajes enlatados de 280 caracteres de X y en su nuevo programa se obligue a decirlo todo en menos de un minuto. “Es un juego claro, la restricción en el tiempo es parte de él y todas las partes lo aceptan”, dice.

Me gustaría que el espectador se pueda ir a la cama reflexionando acerca de ideas que no son las suyas

Pero dentro de ese juego, sin embargo, ella no renuncia a que haya espacio para el matiz. Algo que considera importantísimo resaltar, también dentro de su cruzada por intentar oxigenar un debate sano. En el estreno, el ministro de Transportes, Óscar Puente, tan acostumbrado a la retórica y plástica del lenguaje de las redes sociales, no se salió con la suya explicando sucintamente los problemas del AVE. “Hice que volvieran a subir el micro, yo quería que el ministro terminara la frase. Lo hice un par de veces porque lo consideré pertinente. Era muy contradictorio pedirle explicaciones y que cuando estuviera a punto de darlas quitarle la palabra. El micrófono no puede mandar sobre mí en este programa. Yo mando sobre él”, piensa.

“Hoy me siento igual que cuando de joven me iba a la discoteca. Llegaba a casa y creía que todo había sido maravilloso. Esos bailes, esos chicos”, cuenta. El dato de audiencia (6,6% de cuota media, 2,9 millones de usuarios únicos en algún momento de la emisión) es modesto para un debut en el prime time. Muchos mensajes que le han llegado tras el programa, confiesa, comienzan con un “Pese al dato…”. Y ella se rebela contra eso. “No, no seamos tan severos. Reivindico una tele que se construye, ¿sabes? Broncano, por ejemplo”.

“En estos días estamos viendo su gran éxito, pero Broncano lleva siete años en Movistar. Andreu Buenafuente lo decía ayer [por el jueves de la semana pasada], es un programa de autor. Es un programa que se ha ido construyendo”, dice. Ve positivo que la televisión pública apueste por ese tipo de work in process, combinando la lucha por la audiencia con la calidad. “Estoy segura de que TVE permitirá que vayamos construyendo también esta nueva etapa de 59 segundos”, apostilla.

Nierga también se pronuncia sobre la última batalla televisiva: Broncano versus Pablo Motos. Se declara team La Revuelta. “Yo soy una fiel seguidora, mucho, tanto que he ido a su programa. Pedí ir de público con mis hijos”, confiesa. “Lamento mucho que hayamos construido esta rivalidad entre dos personas que lo que han conseguido es que más gente vea la televisión a esa hora de la noche”, explica. “Me parece pueril, básico verlo así. No se roban espectadores uno al otro. La que gana es la tele”, dice. “Hay que aplaudirles a los dos, con las orejas. Yo lo hago”.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.
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