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Entrevista:

Gemma Nierga: "Hablar por hablar' no se ha prostituido"

Gemma Nierga (Girona, 1965) está satisfecha, y mucho. Acaba de saber que su programa de la SER, Hablar por hablar, es el más oído de la madrugada. Lo revela el Estudio General de Medios (EGM). Se siente recompensada, como cuando de niña recibía la cartilla de las notas en el colegio. Atribuye el mérito al trabajo de equipo y se enorgullece de que el espíritu del espacio sea "idéntico al del primer día", hace siete años, cuando en el locutorio de Radio Barcelona recibió sólo tres llamadas. "Hablar por hablar no se ha prostituido", lanza.

Ahora atiende cada noche a una media de 30 oyentes; sus colaboradores descuelgan el teléfono un centenar de veces y la centralita no para de sonar.Los datos son espectaculares: 649.000 oyentes, el 61% de los españoles que escuchan la radio entre la 1.30 y las 3.00 está enganchado al programa de Nierga. Le siguen a distancia A la vuelta de la esquina, de la cadena COPE, con 169.000 oyentes, y No es un sueño, de RNE, con 128.000. Nierga se lo explica, en parte, porque Hablar por hablar es "un espacio hormiguita".

"El éxito no ha llegado de un día para otro; hace siete años que estamos trabajando noche tras noche, como hormiguitas, captando oyentes", señala la presentadora, que habla siempre en plural. Y es que el programa no sería lo que es, remarca, sin su equipo: el técnico, Miguel Ripoll, que la acompaña desde los inicios; el psicólogo Jordi Martínez -"me da un apoyo moral muy fuerte"-, y los periodistas Fina Rodríguez y Gregori Benítez -"las almas de Hablar por hablar-, que filtran las llamadas; desenmascaran a los mentirosos y seleccionan a las personas que proponen los temas más interesantes para cada noche.

Pero ¿no cansa hacer el mismo programa tanto tiempo? "Durante una época sí me sentí cansada", confiesa Nierga, "pero se acabó. Pasé una crisis y salí con más ganas. Coincidió con el momento, en 1994, en que el programa pasó a ser emitido para toda España. Eso me dio nuevos alicientes: el cambio del catalán al castellano, un público más diverso... y el espacio creció". Con los años, Nierga aprendió a distanciarse de los problemas de los oyentes. "Me he vuelto más fría. Antes me afectaba mucho lo que me contaba la gente, pero acabé creando una especie de mecanismo psicológico para que me resbale todo. Los oyentes hablan, y yo escucho, pregunto, pero no opino".

Una de las máximas de la periodista desde siempre es no dar consejos en el programa. "Cuando le propuse Hablar por hablar al director de Radio Barcelona, Josep Maria Martí", recuerda, "le dije que no me gustaría convertirme en una consejera sentimental. Él me respondió: "Tú serás lo que quieras ser; crearás tu personaje". Y creo que lo he conseguido". Por entonces, a Nierga le horrorizaban los tópicos sobre las locutoras nocturnas, quizá, comenta, "a causa de mi formación periodística". "No podía soportar aquellos diálogos típicos de algunos programas de noche, como cuando el oyente preguntaba a la presentadora: "¿Cómo eres?", y ésta le contestaba: "Como tú quieras que sea". Por eso, el día que alguien le formuló esa cuestión a ella, le respondió la verdad: lo que medía y de qué color tenía el pelo y los ojos. Nadie, nunca más, se ha vuelto a interesar por su apariencia.

Nierga no teme que la encasillen en programas del estilo de Hablar por hablar o de Hablando con Gemma, un talk show que presenta cada tarde en Telemadrid, porque ya ha tenido experiencias en espacios de distinto talante e incluso ofertas recientemente. Entre otros programas, en TV-3 presentó uno de entrevistas, Tres senyores i un senyor, y en TVE, un debate, El destino en sus manos. También ha hecho sus pinitos como escritora, con un libro sobre el espacio de la SER.

La periodista admite que tal vez con Hablar por hablar esté acabando un ciclo profesional, pero no tiene prisa por dejar el programa. Entre otras cosas, porque ha sido su escuela radiofónica. "Cada día aprendo, por ejemplo, a entrevistar mejor, a jugar con el tono de voz, a sacarle partido...". Aunque, eso sí, estaría encantada de nuevas experiencias, principalmente en radio, que es su medio predilecto. "Sé que algún día llegará y no me agobio. Soy muy joven todavía. Ahora ya me he doctorado en Hablar por hablar, ya puedo comenzar otros proyectos".

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