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Columna
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‘Compañeros de ruta’, una notable denuncia de la intolerancia

La serie muestra sin pudor las relaciones homosexuales al mismo tiempo que deja constancia del complejo camino para conseguir el respeto social y político de quienes no se atienen a las normas establecidas por los heterosexuales más conservadores

Jonathan Bailey y Matt Bomer, en la serie 'Fellow Travelers'.
Jonathan Bailey y Matt Bomer, en la serie 'Fellow Travelers'.Ben Mark Holzberg/SHOWTIME
Ángel S. Harguindey

Ya lo describió perfectamente en su día Enrique Santos Discépolo en su tango Cambalache: “Pero que el siglo XX es un despliegue / de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, / vivimos revolcaos en un merengue / y en el mismo lodo todos manoseaos”. Unos lodos que en Estados Unidos, por ejemplo, tuvieron uno de sus momentos álgidos con la creación del Comité de Actividades Antiestadounidenses en la etapa comandada por el senador Joseph McCarthy que se dedicó a una feroz represión de los izquierdistas y los homosexuales. Un lamentable periodo histórico en el que comienza la notable serie Compañeros de ruta (Fellow Travelers).

Claro que la represión de los homosexuales no fue exclusiva de los EE UU, baste con citar la española Ley de Vagos y Maleantes que en el año 1954 se modificó para incluir, entre otros supuestos, a los homosexuales al entenderse que “ofenden la sana moral de nuestro país por el agravio que acusan al acervo de buenas costumbres, fielmente mantenido en la sociedad española”, como consta en la exposición inicial de la reforma. Añádanle las denominadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción, un tinglado por el que alrededor de 30.000 jóvenes cubanos homosexuales fueron recluidos en campos de trabajo forzado entre 1965 y 1968 al considerar Fidel Castro, su líder máximo, que “nuestra sociedad no puede dar cabida a esa degeneración” y se comprenderá la malsana obsesión de distintos Gobiernos por reprimir lo relacionado con el sexo.

Los ocho capítulos de Compañeros de ruta (SkyShowtime, Movistar Plus+), basada en la novela de Thomas Mallon, narran la intensa relación homosexual entre el ambicioso Hawkins Fuller y el religioso Tim Laughlin, una relación que comienza en la década de los cincuenta del pasado siglo y llega, intermitentemente, hasta la devastadora eclosión del sida en los años ochenta, sin obviar la rebelión de la comunidad LGTBI en 1969 tras la redada en el neoyorquino bar Stonewall o las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Vietnam, demostrándose, una vez más, la distancia que puede haber entre la sociedad civil y el poder establecido.

Una serie creada y codirigida por Ron Nyswaner e interpretada por Matt Bomer y Jonathan Bailey en los principales papeles que muestra sin pudor las relaciones homosexuales al mismo tiempo que deja constancia del complejo y laborioso camino para conseguir el respeto social y político de quienes no se atienen a las normas establecidas por los heterosexuales más conservadores.

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