Miguel Maldonado: “Sobran todos los ‘podcast’, salvo en los que salgo yo”
El cómico lleva su ácido sentido del humor a formatos de audio como ‘Sastre y Maldonado’ y ‘Quieto todo el mundo’. “Estoy a favor de sacarle lectura política a todo y muy en contra de la intensidad”
Miguel Maldonado (Murcia, 38 años) aparece discreto en la planta noble de Gran Vía, 32, la sede de la Cadena SER, donde cada semana graba Sastre y Maldonado, el podcast que comparte con el periodista José Luis Sastre. También comparte otros audios: Quieto todo el mundo, con Facu Díaz, y Segunda Acepción, con Ignatius Farray. Este ahora cómico estudió Historia del Arte, quería ser director de cine, trabajó en La Tuerka, aquel programa de Pablo Iglesias Turrión, en Late Motiv, aquel programa de Andreu Buenafuente, y ha participado como actor en series como Vota Juan, La reina del pueblo y Sin novedad. Dice muy serio que, una vez que puede vivir de la risa, es hora de que se retire todo el mundo para dejarle hueco solo a él.
Pregunta. Cosas que he leído de usted. “Antes de llegar al programa de televisión La Tuerka tuvo varios empleos”.
Respuesta. El primer trabajo que tuve formal fue para una cadena de muebles escandinava que sabemos todos cuál es. ¿Se puede decir el nombre?
P. Claro.
R. Es Ikea. Fue una experiencia satisfactoria a todos los niveles porque recibí mi nómina puntualmente y creo que desempeñé mis labores de forma correcta. Ahí vi a padres de familia pelearse físicamente por una estantería Billy de 25 euros. No sabía yo que eso se podía hacer, pero se hace. Luego estuve trabajando en carga y descarga del Teatro Real, y eso fue un flipe. Cuando ves toda la maquinaria que hay detrás y el engranaje para que esas obras salgan adelante…
P. Ahí no había padres peleándose.
R. No, son todos gente muy fina. Ese trabajo me hizo valorar mucho el teatro y lo increíble que es que todo eso salga bien. Por eso cada vez que actúo en uno pienso: madre mía, qué vergüenza, que yo esté haciendo estas cosas cuando esto está pensado para otro tipo de menesteres. Estuve trabajando también en cine, de auxiliar de dirección, segundo auxiliar de dirección, y ya de ahí a La Tuerka.
P. Mucha gente conoce su faceta como cómico, pero no que es licenciado en Historia del Arte.
R. Cuando estaba terminando el instituto noté que tenía cierta querencia por estas cosas. Estudié Historia del Arte y llegué incluso a empezar una tesina, pero me di cuenta de que exige una cantidad de horas de estudio y sacrificio que no era yo capaz de dárselas, y fue cuando vine a Madrid para estudiar dirección de cine. Me alegro mucho de haber estudiado Historia del Arte, porque hay mucha gente a la que sus padres les desaniman, pero no fue mi caso. Ellos solo querían que sacara buenas notas, y las saqué. Era bastante empollón, la verdad.
P. He encontrado un artículo en el que se le cita como “el amigo de los líderes de la izquierda”.
R. Totalmente. Podían haber dicho cosas mucho peores, ¿verdad? Amigo, amigo solo he sido y soy de Alberto Garzón, pero es verdad que Facu Díaz y yo salimos con Pablo Iglesias y don Alberto en la foto aquella de los botellines, que fue usada en los programas durante muchísimo tiempo. Cada vez que la veía mi madre me decía: “Pero, ¿qué haces otra vez con Pablo Iglesias? ¡Deja de beber!”. Es verdad que soy más amigo de líderes de izquierda que de derecha, la verdad.
P. Pero amigos de derecha tendrá…
R. Sí. Muy de derechas no, porque en general cuando la gente es así deja de ser divertida, pierden toda la gracia. Tengo amigos que cojean hacia la derecha, pero lo que tienen en común conmigo es que somos normales. Nos juntamos sin ningún problema, me tomo algo con ellos y ya está mientras que no digan una salvajada. Mientras que respeten los derechos humanos me sirve. Ese es el baremo.
En política no se pueden tener amigos.
— Sastre y Maldonado (@sastremaldonado) March 3, 2024
Que se lo digan si no a Pablo Casado.#sastreymaldonado pic.twitter.com/w9hauFfOW6
P. Su abuela decía que es muy guapo y gracioso.
R. Cuando empecé a trabajar en rodajes de cine me dijo: “A ver, tú hazte un día el despistado y sales de fondo, asómate un poco y sonríe. Ya verás cómo te sacan”. No estaba yo muy convencido hasta que lo hice. A Facundo le faltaba alguien que le hiciera un pie para un sketch en La Tuerka, y como era el realizador pensé, lo hago yo porque cuanto antes acabemos antes nos vamos, y salió bien. Hasta hace poco, la forma que tenía de enfocar esto era: yo tenía unas intenciones laborales, una carrera que va por un lado y de repente se me ha cruzado la comedia, vale. Pero en cuanto esto se acabe, vuelvo a mi redil técnico. Ahora ya no lo pienso, porque una vez que he saboreado lo que es esto ya no puedo dejarlo.
P. Tiene hasta ficha en IMDB.
R. Eso no lo tiene cualquiera y creo que se tendría que decir más. Una vez que saboreas lo que es vivir sin trabajar, que las cosas son como son… lo hago por vosotros, la verdad, para que tengáis una cosa por la que reír a diario.
P. Muchas gracias, de parte de todos. Había alguien por ahí que dice que es descarado, ahora lo entiendo.
R. Más bien soy muy discretico, pero sí noto una cosa después de hacer tanto tiempo dúo con Facu Díaz. Que decimos cosas parecidas, pero a él le cuesta unos follones espectaculares y a mí nunca jamás se me ha afeado nada. Después de mucho analizarlo creo que es que a mí no me toman en serio. Digo una barbaridad y la gente piensa: madre, cómo es este muchacho de tremendo. Ni siquiera la gente que me tiene mucho asco en Internet destila mucha inquina.
P. Es que va usted vestido como del primer Ciudadanos.
R. Efectivamente. Al ser yo un muchacho aseadico, formal, vestir bien, tener un coche bueno, con mi figurín, buenas calidades, suelo porcelánico… No ir por ahí en chándal hace que la gente te vea de otra manera. Yo sufro las críticas cuando son verdad. Cuando alguien me señala algo y digo: me cago en la puta, tiene razón. Si he hecho un programa y he notado que no he estado tan bien como podría, y se me afea, me afecta. Aunque te lo suelen decir desde un lugar medio bueno.
P. Estuvo invitado en la copa de Navidad de Moncloa. ¿Qué se le pasó por la cabeza cuando se lo comunicaron?
R. Que había alguien dentro del equipo, quien haga las listas de invitados, que estaba cumpliendo un capricho personal, porque no tengo relevancia mediática ni nada que hablar con el presidente del Gobierno. De hecho, ni hablé con él porque me tuve que ir. Me pareció algo bastante normal, un poco: “Aquí estáis todos, ahora llega el presidente, habla con algunos y se va”. Pero es verdad que lo conté un poco como: “Chavales, se me ha invitado a esto porque soy un esbirro del régimen y como comprenderéis el régimen paga sus deudas, en concreto con dos trozos de jamón, queso y un vino. Gracias por todo”. Ojo que ya te veo poniendo esto del esbirro como titular. Soy un esbirro de todos los regímenes.
P. ¿Qué opina de que todo tenga hoy lectura política?
R. Estoy a favor de sacar lectura política a todo y muy en contra de la intensidad. No puedo con que me den la chapa. Sólo estoy a favor de la gente intensa cuando van a First Dates, porque ahí dan muchísimo material, se exhiben, preguntan el signo del zodiaco antes de saber el nombre.
P. ¿A usted qué le hace reír?
R. First Dates, el cine y los memes.
P. ¿Qué película le ha hecho reír últimamente?
R. Oppenheimer, pero no creo que me riera por lo que Nolan quería que me riese, la verdad. Me pareció un poco defectuosa. Muy bien hecha, pero de todo lo que podía contar, decidió Christopher no contar nada. Tres horas en las que no pasa nada. Me reí sobre todo en una escena, casi al final, en la que Oppenheimer dice: yo no sé si la gente me va a perdonar esto que he hecho. Para decir a continuación: yo creo que sí. Y se va [tararea].
P. ¿Se puede vivir de hacer podcasts?
R. Pues yo creo que sí, pero me gustaría que la gente dejara de hacerlos porque hay muchos y ya sobran, salvo aquellos en los que salgo yo. Esos sí son necesarios. Por ejemplo, Andreu y Berto, que dejen de hacerlo ya.
P. ¿Pero acaso no es Berto Romero la persona más graciosa de España?
R. A ver, yo esto quiero dejarlo claro de una vez. Hubo un tiempo en el que Berto fue buen cómico, pero eso ya pasó. Ahora en serio, es mi referente real hasta el punto de que ha habido trabajos que se me han planteado y he pensado: ¿qué haría él aquí? Es un ejemplo muy bueno de cómo llevar una carrera extensa sin perder la cabeza y siendo muy generoso con todos los nuevos que llegan. Es un referente increíble.
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