Eurovisión 2023: así ha sido el largo camino de los eurofans españoles para llegar a un Liverpool colapsado y festivo
Mánchester, a más de 50 kilómetros de la sede del festival de la canción europea, se convirtió en la alternativa de última hora para muchos espectadores de la final de este sábado. Los expertos más eurovisivos eligen sus favoritos
El camino a Liverpool no ha sido breve para un grupo de eurofans, estrellas de las redes sociales y periodistas españoles que se disponían el viernes por la mañana a viajar a la ciudad británica. Su destino común es la final de Eurovisión 2023 que se celebra en el M&S Bank Arena este sábado. Pero el colapso de los transportes en el país los ha mantenido varados en Mánchester durante más tiempo del esperado. No ha sido sencillo subir al tren que les permitiera llegar a la sede del festival a tiempo. Toda una ironía para un país elegido por la Unión Europea de Radiodifusión (UER) para organizar un macroevento musical ante la imposibilidad de celebrarse en Ucrania, la ganadora de la edición anterior, que se encuentra todavía resistiendo a la invasión rusa.
Desde hace semanas, la disponibilidad de aviones para viajar vía directa de Madrid a Liverpool a un precio razonable era nula. Ningún agregador de vuelos ofrecía esa posibilidad. Mánchester, su industrial ciudad vecina, a unos 55 kilómetros de distancia, ha sido la alternativa para muchos asistentes a la 67ª edición de Eurovisión. “Supongo que me habrán hecho la reserva demasiado tarde...”, contesta lacónica una influencer, invitada al evento por una marca de bebidas alcohólicas, desde el asiento de un avión de Iberia que despegaba a primera hora de la mañana del viernes.
Alex y Miguel buscaron su billete hace un mes. “Los precios a Liverpool estaban por las nubes, así que nos hemos venido desde Barcelona hasta Mánchester”, comentan en el interior de un tren que los llevará a su destino final. El otro escollo para los viajeros es una nueva oleada de huelgas convocada por la industria ferroviaria del país para el viernes y este sábado, que hace que la frecuencia de paso de los trenes se alargue hasta una hora, tiempo que algunos aprovechan para seguir escuchando y comentando las 26 canciones finalistas de este año.
El regreso, el lunes, de Íñigo y Ernesto, sentados en el mismo vagón, va a ser todavía más complejo: de Liverpool volverán a Mánchester para hacer parada en Lisboa antes de llegar a Madrid. “No cerramos el viaje hasta la semana pasada, que es cuando supimos que teníamos asegurada una entrada”, argumentan. Aunque afirman no haberlas conseguido en la reventa de tiques para la final, saben que los precios en esta modalidad han alcanzado estos días los 1.200 euros, cuando el original oscilaba entre los 180 y los 430.
Ya en Liverpool, los jóvenes voluntarios que se reparten por toda la ciudad para asistir a los miles de visitantes visten de azul y amarillo, en honor a Ucrania, el país coanfitrión cuya presencia en la ciudad es muy escasa, salvo algún proyecto artístico que se reparte por las plazas más emblemáticas de la ciudad. En realidad, los asistentes callejeros venden las bondades turísticas de Liverpool. Y eso se nota más allá del Eurovillage, que no es un lugar muy diferente a cualquier mercadillo al aire libre de cualquier otro lugar. El barrio de los museos en torno al muelle de la ciudad, que aloja una sucursal de la Tate además del Museo de Liverpool y uno marítimo, también se beneficia de la extraordinaria afluencia de turistas.
Hasta los más veteranos se adaptan a las circunstancias. Yates, un pub inglés de lo más canónico en la céntrica Queen Square, lleva toda la semana organizando sesiones de karaoke drag y ya prepara un gran visionado de la final de este sábado noche.
Un festival de estas características, que calcula que está atrayendo a 50.000 visitantes extras a Liverpool con respecto a años anteriores, se alimenta del presupuesto que aglutina la anfitriona Reino Unido junto al resto del Big Five (España, Alemania, Italia y Francia) y patrocinadores, como Booking.com, una de las compañías especializadas en viajes por el mundo, y la empresa española Idealista, entre otros. Entre el Gobierno británico y las autoridades de la ciudad anfitriona aportarán 13,5 millones de euros, explicó en su día la BBC.
Los favoritos de los expertos
Tras ver actuar en directo a todos los candidatos durante las dos semifinales emitidas el martes y el jueves, los fans más profesionalizados tienen clara a su ganadora. Según la última encuesta realizada a los socios y socias de la Asociación Cultural de Eurovisivos de España (AEV), las tres apuestas favoritas para ganar este sábado son, en orden ascendente, Suecia, Francia y España. Son un trío de “mujeres empoderadas y con voces y propuestas desafiantes”, explican desde la organización.
La sueca Loreen, ya ganadora del certamen en 2012 y la gran favorita según las casas apuestas, “no defraudó en su directo con el tema Tattoo en la primera semifinal, aunque quien pudo ver los ensayos asegura que fueron incluso mejores”, apunta la AEV. “Consideramos su puesta en escena de corte videoclip bastante apta para ganar el festival, aunque se ve superada por otras dos mujeres de poderío”, dicen. Francia es una de ellas, por “la elegancia de su intérprete, La Zarra, que cautiva a público con gustos muy variopintos, pero destaca por su sencillez melódica y letra potente en un idioma que encandila”, apunta. Su tercera opción es España y Blanca Paloma, que actuará en octava posición, justo antes que Suecia.
Desde OGAE España (brazo local de la Organización General de Aficionados a Eurovisión), apuestan igualmente por Loreen y Suecia. “Lo tiene todo a su favor, buena canción, voz que hipnotiza, conocida con antecedente ganador y puesta en escena espectacular, aunque pierde cierto impacto por la reducción de la dimensión de la plataforma y techo del escenario por exigencias de Eurovisión”, comentan desde la asociación. En sus augurios, Finlandia obtendrá la medalla de plata, ya que su cantante, Käärijä, “se ha ganado la simpatía de toda Europa”. La suya es “una canción con fuerza y una puesta en escena que rompe moldes”. Y su tercera opción es precisamente la ganadora del año pasado: Ucrania. “Europa sigue sensibilizada por el tema de la guerra que hará, no en tanta medida como en la edición anterior, que sus representantes, Tvorchi, consigan la medalla de bronce. Buena canción que defienden con una buena interpretación y una original puesta en escena”, defienden.
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