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¿Cambiará ‘Sálvame’? Así ven los afectados el código ético de Mediaset

La polvareda levantada por la aplicación de las nuevas normas no ha remitido. Expertos y productoras analizan la situación mientras que la empresa habla de una “actualización natural” y se adapta cada día a la nueva realidad

Una imagen del programa de Telecinco 'Sálvame'.
Una imagen del programa de Telecinco 'Sálvame'.

Mediaset lleva inmersa desde principios de año en una remodelación a varios niveles. La salida de Paolo Vasile el 1 de enero tras más de dos décadas al frente y las decisiones de la directiva presidida por Borja Prado han traído, entre otras cosas, un nuevo código ético que restringe las opiniones políticas y que afecta a programas emblemáticos como Sálvame. Sus primeras semanas de aplicación han demostrado que es un tema espinoso. Las productoras preguntadas por este diario tratan el asunto con cautela y midiendo sus palabras. Presentadores actuales y otros que han mantenido relación con Mediaset en el pasado prefieren no pronunciarse sobre estos cambios en público. La compañía habla de “sentido común” y asegura que “los nuevos principios no se han diseñado para nadie en concreto”.

El asunto viene de lejos. La primera vez que Telecinco impuso normas para regular los contenidos fue en 2004, en plena oleada de telebasura. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero alentó un código de autorregulación en todas las cadenas ante el ritmo zafio que habían adoptado algunos programas. A la vista de esta deriva, el canal estrella de Mediaset estableció 21 medidas para atajar la telebasura y evitar la emisión de contenidos perjudiciales para los menores, el público más vulnerable. En enero de 2012 entró en vigor el código ético aprobado por el consejo de administración, actualizado en 2019. De igual manera que las normas contra la telebasura se fueron diluyendo, el código de 2019 tenía demasiadas rendijas. Mediaset no cree que las medidas adoptadas el pasado mes supongan una revolución, sino que obedecen a un cambio de ciclo. “Los tiempos cambian y las cosas avanzan”, comenta la compañía. La nueva cúpula de Mediaset se ha marcado como meta “una televisión familiar, respetuosa y alegre”. “El código ético ya existía. Lo que se ha hecho es una actualización natural”, añade la empresa.

Los principios rectores incorporados en esta revisión del código ético van dirigidos específicamente a los programas de entretenimiento, que copan una franja muy significativa en la parrilla de Telecinco, y afecta a todos los empleados, colaboradores, clientes, proveedores y cualquiera que mantenga relaciones profesionales con Mediaset. La empresa detecta que han sido “bien recibidos” por una plantilla “ilusionada” ante esta nueva etapa que pilota el nuevo consejero delegado Alessandro Salem.

Sobre la prohibición de emitir comentarios de corte ideológico más allá de los bloques de análisis político, la cadena quiere establecer una línea muy clara. “Si se hace entretenimiento, los contenidos deben circunscribirse a ese ámbito y dejar las opiniones políticas para los espacios dedicados a ello”. En los presentadores recae la tarea de ordenar el curso de los programas. Además, la cadena endurece las medidas para aquellos que revelen datos de carácter personal de terceros, como enfermedades, creencias religiosas u orientación sexual que no sean notoriamente públicos. Las consecuencias de estos comentarios no las asumirá la empresa, sino que recaerán directamente sobre el presentador, el colaborador o la productora.

Sálvame Telecinco
Algunos de los colaboradores de 'Sálvame', en un momento del programa.

‘Sálvame’, en el ojo del huracán

En principio, Sálvame parece el espacio de Mediaset más afectado por las nuevas medidas. Pero desde que se dio a conocer a mediados de febrero, el programa vespertino podría parecer que ha incumplido varias veces alguno de sus preceptos y ha seguido haciendo referencias políticas en medio de sus contenidos de entretenimiento. Así ocurrió con el debate en torno a Hacienda y el pago de impuestos que Jorge Javier Vázquez mantuvo el pasado 22 de febrero durante su entrevista a Alejandro Nieto, el último ganador de Supervivientes.

Desde La Fábrica de la Tele, productora encargada de Sálvame y de otros espacios de la cadena como Socialité o Todo es mentira, en Cuatro, no interpretan esta actualización del código ético como un ataque contra Sálvame, ni contra su presentador, Jorge Javier Vázquez. Ni siquiera cuando alude a la prohibición de que los presentadores abandonen el plató, algo que parece muy dirigido a Sálvame, donde las espantadas de colaboradores son una seña de identidad. Este punto trae a la memoria un conocido precedente, el despido de Paz Padilla a principios de 2022 tras abandonar el plató del show (unos meses después, grupo y presentadora retomaron la relación laboral). En la primera semana, tras conocerse este nuevo código, Belén Esteban, colaboradora de Sálvame, salió un momento del plató por un enfado. A partir de ahí quedó consensuado con la nueva dirección del grupo que este punto afectaría solo a los presentadores y no a los colaboradores. De esta forma se permitirá que Sálvame ––que desde La Fábrica de la Tele describen como un “neoreality” con una idiosincrasia muy particular y cuyo radio de acción no se limita a un plató, sino que se amplía a los pasillos, camerinos e incluso baños de la sede de Mediaset en Madrid–– mantenga su esencia. “Mediaset lo entiende, lo ampara y ha quedado explicitado que este punto no afecta a los colaboradores”, dicen desde la productora.

Desde la compañía aseguran incluso que sus responsables, Óscar Cornejo y Adrián Madrid, fueron impulsores de algunos de los puntos que incorpora el nuevo código. Sobre el punto que se refiere a la prohibición de hacer comentarios políticos, explican que afecta solo a expresiones en las que se orienta o se pide el voto en un sentido u otro. Un ejemplo podría ser la entrevista en los pasillos de Telecinco que Jorge Javier Vázquez hizo a Manuela Carmena en 2019, en la que el presentador pronunció frases como “volveré a votarte porque estás haciendo de Madrid una ciudad moderna”. Los productores recuerdan que ya se había acordado con Paolo Vasile que este tipo de comentarios no tenían lugar en el magacín y que hace tiempo que no se producen.

Moral baja

Marcel Mauri, director de los estudios de Periodismo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y especialista en ética periodística, considera que el nuevo código ético de Mediaset “es un poco particular, porque no sigue los patrones habituales a los que estamos acostumbrados en estos textos”. “No enfatiza en aspectos que son nucleares en otros códigos, como garantizar la libertad de expresión e información, y menciona asuntos como los conflictos de interés o no criticar a profesionales del grupo”, aseguraba este jueves por teléfono. En cambio, apunta el experto, “la petición de evitar discursos políticos en ámbitos que no sean la opinión, sí que es más habitual en este tipo de escritos (...). Este nuevo texto parece más un instrumento de régimen interno, aunque se utilice también para lanzar un mensaje a los inversores, anunciantes y espectadores” de cara a su crisis de audiencias. Hasta el momento, no se han registrado grandes cambios en programas como Sálvame, analiza Mauri, quien formó parte del equipo liderado por Salvador Alsius que asesoró en 2011 a la Academia de la Televisión en la redacción de un código ético y de buenas prácticas.

Belén Esteban, en 'Sálvame'.
Belén Esteban, en 'Sálvame'.

“Que un medio de comunicación tenga un código ético es positivo, pero no imprescindible. Lo importante es que sus trabajadores sigan un código deontológico”, comenta Mauri. Además, ya existen códigos de referencia. El experto en ética periodista apunta al de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) en el ámbito español y, en el internacional, el de la UNESCO, la Federación Internacional de Periodistas y el Consejo de Europa. “Los códigos éticos de los medios son por tanto un asunto de autorregulación”, precisa.

Que un medio de comunicación tenga un código ético es positivo, pero no imprescindible
Marcel Mauri

La situación generada tras la entrada en vigor de la actualización del código ético y el revuelo mediático en torno a ello ha hecho mella en la moral de los trabajadores de Sálvame. Para atajar esa situación, el miércoles por la mañana Óscar Cornejo acudió a la redacción del programa para poner en valor el espacio, leer y explicar a los trabajadores los nuevos puntos del código y aclararles que la iniciativa de incluir algunos de ellos había salido de la propia productora y, por tanto, consideran que les protege en lugar de atacarles. También recordó la exitosa trayectoria en datos de audiencia en las tardes de Telecinco para un programa que está a punto de cumplir 14 años en antena y les invitó a seguir trabajando sin miedo, pese a todos los cambios que están teniendo lugar en el grupo de comunicación.

Ataques internos

Otro de los asuntos controvertidos del código es el que hace referencia a la prohibición de atacar o criticar a otros espacios de la cadena, sus presentadores o colaboradores. Es conocido el enfrentamiento que, durante meses e incluso años, han mantenido algunas de las productoras participadas por Mediaset. El caso más visible y reciente ha sido el de Marta Riesco, que ha dejado de aparecer en pantalla en el programa Fiesta (de Unicorn Content) después de atacar a Sálvame (de La Fábrica de la Tele) en una conexión en directo.

Igual que desde La Fábrica de la Tele se muestran satisfechos con la nueva regulación, también lo hacen desde Unicorn Content, compañía encargada de espacios como El programa de Ana Rosa, Ya es mediodía, Fiesta o Cuatro al día. “En Unicorn estamos muy ilusionados con la actualización del código ético”, expresan desde la compañía. Sus programas, en realidad, no se verán muy afectados por las nuevas medidas al contar con espacios propios de política y haber ido abandonando poco a poco los personajes de los que ya no se puede hablar. Porque a los nuevos preceptos del código ético se ha unido un listado de personalidades, habituales del universo Mediaset hasta ahora, que la dirección del grupo prefiere que se eviten en sus espacios, tales como Rocío Carrasco, Antonio David Flores, José Ortega Cano, Bárbara Rey o Kiko Rivera.

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