Cuando ‘Saturday Night Live’ se cachondea de ‘Cahiers du Cinéma’

A los periodistas nos encanta rememorar cada cierto tiempo en un nuevo/viejo reportaje, con toda la gravedad, pose y pomposidad posibles, la épica gesta que supuso el intenso rodaje de Fitzcarraldo (1982). Casi todos esos textos son un refrito de lo ya contado en El peso de los sueños, un cómo se hizo devenido en documental que muestra a Werner Herzog como un cineasta en apuros, intentando sobrevivir a las inclemencias de la jungla peruana y, lo que es peor, a la psique de Klaus Kinski, su actor protagonista. La cuarta temporada de Documentary Now!, serie compuesta de sketches humorísticos que repasan la historia del género documental y que puede verse al completo en AMC+, comienza riéndose de todo ello.

Alexander Skarsgård interpreta en los dos primeros episodios a Rainer Wolz, un cineasta (trasunto de Herzog) que prepara un documental sobre un pueblo indígena de los montes Urales rusos. Por cosas de la industria del entretenimiento, se encarga al mismo tiempo de sacar adelante, compartiendo espacio y recursos, el piloto de una comedia de situación no muy sesuda para la nueva temporada televisiva: Niñero soltero. Si el disparate suena a gag de Saturday Night Live es porque todos los creadores de esta joya semidesconocida han pasado por el legendario programa de humor, entre ellos Seth Meyers, Bill Harder y Fred Armisen. Pero, esta vez, sus escenas cómicas duran al menos 20 minutos.

De las cosas más interesantes del experimento es ver a actores consolidados —Cate Blanchett y Jonathan Price aparecen también en esta nueva tanda de entregas— caminando por el fino alambre de la parodia, que tan cerca les deja de caer en el exceso. Tienen al lado a un experto funambulista, el propio Armisen, brillante y ajustadísimo en ese misil contra los problemas de los burgueses mileniales que fue la comedia Portlandia.

Documentary Now! interpela al espectador a varios niveles. Hay quien puede verlo como un programa de comedia sin más, sin necesidad de conocer a los referentes en los que se inspiran sus gags. Funciona a la perfección. Los capítulos dedicados a Herzog toman como punto de partida al cineasta alemán para terminar burlándose de las complejidades y cláusulas absurdas con las que cualquier actor o director se topa en un rodaje. Y la broma en otro de sus episodios a costa de la belga Agnès Varda —¿quién tiene tanta mala baba como para sacar punta a un ser tan encantador y terrenal como ella?— no deja de ser una mirada entre divertida y confusa de un grupo de estadounidenses hacia la cultura y el estilo de vida europeos. Pero para los espectadores cinéfilos, este curioso formato puede ser una versión todavía más alternativa del mítico Testimonios, de La hora chanante.

También hay un espacio intermedio para quienes deseen, desde la risa y con un buscador de internet en la mano, aprender más sobre el género documental y sobre el cine independiente. Porque cada episodio es un ejercicio de estilo diferente, que imita los modos estéticos de aquellos a quienes parodia. Con ellos, despierta una reflexión en torno a lo ricos y creativos que han sido los lenguajes del documental desde mucho antes de que se convirtiera, hace pocos años y en paralelo al ascenso de las plataformas digitales, en entretenimiento de masas.

Documentary Now! nos recuerda que la no ficción puede albergar cine de autor tan personal como el que se hace desde la ficción. Y que Hollywood, esa factoría de historias fugaces, a menudo fácilmente olvidables, es también capaz de lanzar las críticas más cáusticas, hacia otros y hacia sí mismos.

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