‘Bosé’ recupera a la estrella anterior a las polémicas

Pantalones marfil, camisa a rayas, reloj en la muñeca y flequillo. “Es un placer que vengáis a mi casa de Miami”, dice Julio Iglesias mientras se sienta al piano, iluminado por un enorme ventanal. Afuera las nubes pintan de gris el cielo. Las palmeras se tambalean por el viento, y el mar, a pocos metros, ruge con fuerza. En el cálido interior hay decoración colonial, plantas tropicales y una televisión de tubo. Frente a ella, en el sofá, junto al consolidado artista, se sienta un músico joven que aún se busca en lo personal y artístico, Miguel Bosé, hijo de Lucía Bosé y Luis Miguel Dominguín. Es verano de 1982. Todos disfrutan de los partidos de la selección del Mundial de España hasta que alguien grita “corten”. Entonces a su alrededor aparece un cuantioso equipo técnico. El mismo que más tarde grabará cómo los actores que interpretan la escena se despiden frente a un Rolls-Royce acompañados de una jovencísima Giannina Facio. “Me estás robando la novia. Y lo sabes”, le dice Julio Iglesias a su invitado antes de fundirse en un abrazo, que se podrá ver antes de que acabe el año cuando se estrene Bosé en Paramount+ Internacional, plataforma que no opera en España. La fecha y el modo de distribución de la serie en este país todavía no se ha anunciado.

La convivencia durante unos días de ambos artistas en Miami es el epicentro de uno de los seis episodios de 50 minutos que componen la serie, escrita por Ángeles González Sinde, Isabel Vázquez y Boris Izaguirre y dirigida por dos premios Goya: Fernando Trullols y Miguel Bardem. Grabada entre principios de enero y Semana Santa, ha contado con casi 200 decorados y numerosas localizaciones. La mayoría en Madrid, pero el equipo también se ha desplazado a Tarragona, a las playas de Maro (Nerja) y a Marbella, donde rodó durante dos semanas en una enorme y lujosa vivienda de la urbanización Los Monteros, a pocos metros de la que posee Antonio Banderas. Los protagonistas del proyecto atendieron allí a EL PAÍS para desentrañar la que, aseguran, será una de las series de la temporada. Entre el elenco —compuesto por 190 actores— destacan Hugo Fuertes, José Pastor e Iván Sánchez, que se meten en el papel del Bosé niño, joven y adulto respectivamente. También destacan los nombres de Miguel Ángel Muñoz (que interpreta a Julio Iglesias), Mariela Garriga (Giannina Facio), Nacho Fresneda (Luis Miguel Dominguín), Alicia Borrachero (La Tata), Valeria Solarino (Lucía Bosé), Ana Torrent (Rosario Primo de Rivera), Gabriel Guevara (Nacho Duato), Óscar Higares (Domingo Dominguín) o Raquel Salamanca (Ana García Obregón).

Los capítulos cuentan 20 años de la vida del artista, desde 1976 a 1996, aunque retratan también momentos de su infancia y la gira de Papito, entre 2007 y 2008. La historia es anterior a sus recientes problemas con Hacienda o sus polémicas como agitador de conspiraciones sobre la covid y va más allá de la autobiografía El hijo del Capitán Trueno. Ejerce de memoria visual de sus recuerdos, anécdotas, sensaciones, relaciones, éxitos, fracasos, alegrías o dramas. La compleja relación con su padre, las personalidades con las que se codeó en su infancia —de Picasso a Visconti, Dalí, Hemingway, Audrey Hepburn o Sofía Loren—, su actuación en Florida Park en el programa de José María Íñigo, sus escarceos amorosos y con las drogas en los años de la Movida madrileña, su paso por el cine o la relación con Nacho Palau centran algunas de las escenas. El guion ha sido coordinado por el también ganador de un Goya Nacho Faerna, autor de series como Amar en tiempos revueltos o El comisario y responsable de ficción en Shine Iberia. La productora española, que firma programas como MasterChef o Maestros de la costura, ha desarrollado la serie para Paramount+ en colaboración con VIS —división de Paramount— y la participación de Elefantec Global y Legacy Rock.

“Nos ha dado todo”

Faerna se reunió en numerosas ocasiones con el cantante durante 2019 y apuntó cada detalle en una libreta. Necesitó tantas páginas que la tarea más compleja ha sido eliminar secuencias y personajes. “Tiene tan buena memoria y ha estado rodeado de tantas personalidades que era imposible contarlo todo”, subraya. “Lo importante es que jamás me indicó que no rodase algo, siempre me dijo que hiciera lo que me diera la gana. Él no ha hecho ningún esfuerzo por salir bien en la foto”, dice el responsable de la serie, que pone como ejemplo cómo el coqueteo de Bosé con las drogas en los noventa “se refleja con total crudeza”. No hay nadie en el elenco o el equipo de producción que no pronuncie la palabra generosidad para hablar de la relación que Miguel Bosé ha tenido con la serie. “Nos ha dado todo. Sacamos los trapos sucios y los limpios, es lo que le da profundidad al trabajo”, afirma Miguel Bardem. “Es una oportunidad para adentrarse en la intimidad del protagonista, conocer qué ocurre cuando nadie le ve”, señala Trullols.

“A la gente le pasa un tren en la vida, a Bosé es algo que le ocurre constantemente. Y podremos verlo aquí”, afirma el codirector mientras apura su plato durante la breve tregua para el almuerzo. Allí las voces se suceden. “Rodamos”. “Motor”. “Silencio”. “Claqueta”. “Acción”. La última palabra siempre es suya. Melena suelta, auriculares ajustados, su mirada va y viene de los actores a dos monitores que le permiten estar atento a cualquier detalle. Cada corte en la grabación, el catalán debate con su equipo, pregunta, se acerca a los actores, pide cambiar el plano, la óptica de la cámara. Todo ocurre en segundos, a velocidad de vértigo. Acelerado, cansado, feliz, el director asegura que en Bosé el público encontrará lo que espera, “como esos roles familiares o la evolución de su carrera”. “Pero habrá mucho más —insiste— porque esta es la historia de un chico muy talentoso que se intenta situar en la vida”. “Que nadie espere una oda, entramos en muchos temas. Se cuenta todo con total libertad”, destaca.

Intenso rodaje

Durante las más de 60 jornadas de grabación en Marbella, Tarragona y Madrid, el ritmo fue demoledor. Prisas con precisión milimétrica para cumplir plazos. Hay la misma dosis de nervios que de calma. En un descanso, el malagueño José Pastor, de 26 años, apunta que ha repasado cientos de vídeos de Bosé (caminando, sentándose, hablando, sonriendo, mirando, bailando, cantando…) para adentrarse en su piel. Y relata, sorprendido, lo poco que su generación conoce al artista: “Su forma de comunicarse, su círculo cercano, su carrera… lo tiene todo. Es increíble”. Lo más increíble es su parecido con el joven Bosé que debutó a mediados de los setenta en el escenario del Florida Park de Madrid. Es ahí donde arranca la serie. Y donde Pastor se luce por primera vez. La segunda unanimidad en el equipo es, de hecho, que él ha conseguido lo imposible. “No solo se parece a Bosé, también canta y baila como él. Ha nacido una estrella”, señala divertida Mariela Garriga.

La etapa de madurez está interpretada por Iván Sánchez, que al teléfono no para de repetir las palabras diversión y disfrute para referirse al trabajo realizado en la serie. Se pone serio cuando habla de la responsabilidad de interpretar a un personaje vivo y tan conocido como Bosé, con el que además mantiene una relación de amistad desde hace más de dos décadas. “A la vez, es algo, divertidísimo”, insiste quien cree que la producción va a sorprender. “Durante todo el proceso nos hemos ido dando cuenta de que hay muchas cosas de Miguel que van a salir por primera vez y eso hace todo aún más interesante”, remacha.

Macarena Rey, directora ejecutiva de Shine Iberia, apunta el reto que ha supuesto contar la vida de un personaje vivo, con tantas localizaciones, cambios de vestuario o la dificultad de recrear España en diferentes épocas y la cantidad de lugares en los que ha vivido o por los que ha viajado el cantante, que requiere una gran presencia de efectos digitales. “Es un proyecto enorme y con gran vocación internacional”, concluye Laura Abril, responsable de VIS en Europa, Oriente Medio y Asia, que se hizo cargo de la producción tras la salida de Movistar+ del proyecto.

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