_
_
_
_
_

La protesta por el especial de Dave Chappelle en Netflix llega a las calles

Empleados y activistas LGTBIQ se manifiestan afuera de las oficinas de la empresa de contenido en repudio al más reciente especial del comediante

Luis Pablo Beauregard
Activistas y empleados de Netflix se manifestaron este miércoles a las afueras de la oficina de la compañía en Los Ángeles
Activistas y empleados de Netflix se manifestaron este miércoles a las afueras de la oficina de la compañía en Los Ángeles.Rodin Eckenroth (AFP)

Después de semanas calentándose en las redes sociales, la molestia provocada por el más reciente especial de comedia de Dave Chappelle ha llegado a las calles. Activistas de la comunidad LGTBIQ se han sumado la mañana de este miércoles a decenas de empleados de Netflix quienes han protestado en contra de la empresa por servirle de plataforma a The Closer, un espectáculo que consideran una obra de transfobia y homofobia. La manifestación a las afueras de las oficinas principales del gigante del streaming en Los Ángeles es solo el más reciente ejemplo de una crisis que ha ido en aumento para la compañía.

Alrededor de un centenar de personas, la protesta tuvo una generosa cobertura mediática, acudió a la manifestación con diferentes mensajes de apoyo al colectivo que ha sido objeto de las burlas de Chappelle. “Las vidas trans importan”, “La transfobia no es una broma”, “equipo trans”, eran algunos de los mensajes que pudieron observarse en el cruce de las calles de Vine y Hollywood, donde se registró la protesta. El estreno de The Closer, el pasado 5 de octubre, provocó una rebelión interna en una empresa que promueve la total transparencia y la libertad de expresión. Al menos tres empleados han sido suspendidos por haber vocalizado su molestia con el especial, que se encuentra entre los diez más títulos más vistos de Netflix en Estados Unidos.

“Estoy aquí para hablar a la gente que firma el cheque [de Chappelle]”, anunció Ashlee Marie Preston, una de las organizadoras de la protesta de este miércoles. “Netflix y la cultura corporativa manipulan con sus ciencias del algoritmo y distorsionan la forma en cómo nos percibimos nosotros mismos y a los demás. Está emergiendo la economía del odio, empresas que obtienen dinero haciendo que los unos y otros nos ataquemos”, añadió Preston, que informó a los presentes que ha buscado varias veces dialogar con Chappelle sin que este responda a la invitación. En su monólogo, el comediante afincado en un pequeño pueblo de Ohio asegura que “el género es un hecho” y se identifica con las feministas radicales que excluyen a las transgéneros. En The Closer, que cierra lo que el comediante llama un diálogo con el movimiento LGTBIQ tras Stick & Stones, Chappelle también lanza dardos contra los blancos pobres y los negros.

“No estamos enojados, no luchamos porque Chappelle hizo algunas bromas terribles. Lo hacemos porque estas fueron defendidas por los miembros del consejo de una corporación multinacional”, dijo el concejal demócrata de Burbank, Konstantine Anthony. Los actores Elliot Page y Dan Levy fueron algunas de las celebridades que apoyaron la protesta de empleados en Netflix. “Yo apoyo a todos los empleados de Netflix que usan su voz para asegurar un ambiente laboral seguro y solidario”, dijo en Twitter el protagonista de la premiada Schitt’s Creek, quien asegura que la influencia de la televisión puede ser negativa o positiva. “La transfobia es dañina e inaceptable. Eso no está a debate”.

La manifestación, aunque pequeña, vivió algunos momentos de tensión cuando un grupo de defensores de la libertad de expresión y de la comedia de Chappelle aparecieron en el lugar. “Cancelen la cultura de la cancelación”, “Las bromas son graciosas” y “Las vidas negras trans importan” se convirtieron en el contraste de la protesta principal. La pancarta de un youtuber fue arrancada de sus manos y destruida.

Horas antes de la protesta, Ted Sarandos, el jefe de contenidos con Netflix y uno de los hombres con más poder dentro de la compañía, envió un correo a los empleados en los que admitió que la gestión interna de la crisis pudo haber sido mejor. ”Debí reconocer que había un grupo de empleados realmente heridos”, afirmó. Aún así, no hay planes de retirar el material, una de las peticiones hechas por algunos trabajadores que alzaron la voz. “Hemos comunicado a los empleados de que habrá contenidos que no les gusten... Habrá en el servicio algunas cosas que consideren dañinas, pero tratamos de entretener a un mundo que tiene gustos distintos y sensibilidades varias”, agregó el ejecutivo en una entrevista con The Wall Street Journal. Sarandos afirmó que la empresa seguirá invirtiendo en contenidos hechos por y para la comunidad LGTBIQ.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_