Eurovisión ultima su regreso
El Gobierno de Países Bajos ha dado permiso para que haya público en el teatro Ahoy, pero revisará la medida si aumenta el número de pacientes de coronavirus en la UCI
La 65ª edición del festival de Eurovisión, que se celebrará el 22 de mayo en Róterdam (Países Bajos), ha conservado el eslogan de la cita de 2020, cancelada por primera vez en la historia por culpa de la pandemia. Es Open Up, en inglés, que puede traducirse como abrirse o hacerse accesible, con un simbolismo reforzado por las restricciones sociales impuestas todavía por el coronavirus. Tras el intento fallido del año pasado, el Gobierno ha decidido transformar el festival en una prueba piloto con aforo limitado y grandes medidas de seguridad para ver si tiene efecto supertransmisor. En caso de aumento de los ingresos en la UCI antes de que se celebre el certamen, revisará el permiso dado a la presencia de espectadores. En mayo de 2019, el cantante holandés Duncan Laurence ganó el concurso musical, celebrado en Israel, con la canción Arcade, y desató el entusiasmo de sus compatriotas, que llevaban cuatro décadas esperando un triunfo así.
Eurovisión es una coproducción entre la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y las cadenas televisivas holandesas NPO, NOS y AVROTROS, con la colaboración del Ayuntamiento de Róterdam. Los artistas podrán estar sobre el escenario, y los seis ensayos, las dos semifinales —el 18 y 20 de mayo— y la final —el 22— contarán cada uno con un máximo de 3.500 espectadores en el teatro Ahoy de la ciudad portuaria. Se calcula que habrá mayoría de holandeses en el patio de butacas “dadas las restricciones de viaje que siguen vigentes en muchos lugares”, según Ingrid Adriaanse, portavoz del festival. El teatro Ahoy tiene un aforo máximo de 15.000 personas, y en esta ocasión, los 3.500 aceptados cada vez deberán permanecer sentados. La mascarilla solo será obligatoria para moverse por el recinto y deberán contar con una prueba negativa de diagnóstico del virus hecha como máximo 24 horas antes. Cinco días después, se les pedirá otro test. Los cantantes y delegaciones de los 39 países en liza serán sometidos a controles constantes y en las instalaciones habrá 170 puestos dispensadores de gel desinfectante. La venta de entradas se abrió el día 8 de mayo pero, dada la reducción del aforo, solo podrán aspirar a una plaza los que ya hubieran comprado un asiento para el festival de 2020, explican los organizadores.
Róterdam quería aprovechar la fiesta musical como escaparate urbano, pero las actividades que había preparado ya no pueden ser presenciales para evitar aglomeraciones. Por eso, desde el 15 de mayo estará abierto en internet el denominado Online Eurovision Village. “Es una plataforma única, con actuaciones en directo, visitas guiadas o competiciones musicales patrocinadas por 50 organizaciones e instituciones que acercarán Róterdam al mundo, dado que el mundo no puede venir aquí”, según Renske Satijn, directora de Rotterdam Festivals, que coordina los eventos culturales de la ciudad.
En circunstancias normales, el país organizador dispone de un año para preparar el festival de Eurovisión. Esta vez, Países Bajos ha tenido casi dos para manejarse, pero el curso de la pandemia ha obligado a trabajar hasta el último momento con varios planes para tener margen de maniobra. Descartado un encuentro al uso porque la covid sigue presente, se han barajado las siguientes opciones: actuaciones de los artistas en directo en Róterdam, con distancia de seguridad y limitación de aforo; sin la presencia de los cantantes, cuyo tema se presentaría en un vídeo grabado durante una actuación, con aforo limitado o sin público, y solo los presentadores holandeses y los integrantes de los números pensados para los intervalos en el escenario; y una versión sin público y con los temas de los artistas servidos en forma de filmación pregrabada. Después de mucho pensarlo, el Gobierno ha dado luz verde al modelo con restricción de aforo, distancia social y sin contacto entre artistas y público, pero con actuaciones en directo.
En estos momentos, y junto a la obligada prueba negativa de coronavirus a su llegada a Países Bajos, a los cantantes y sus equipos se les recomienda permanecer aislados durante cinco días antes de viajar. Una vez en Róterdam, las delegaciones permanecerán en sus hoteles y solo saldrán camino del teatro Ahoy para los ensayos y las actuaciones en directo. Todos, artistas, personal de apoyo en el teatro y prensa acreditada, deberán hacerse pruebas de diagnóstico de forma regular. En caso de contagio de uno o varios artistas, o bien si una delegación no puede desplazarse, se emitirá el vídeo de su canción. Todas las delegaciones han hecho una grabación así por si fuera necesario y, para asegurarse de que no tienen ventaja sobre las actuaciones en el teatro, se han hecho en vivo y sin montajes técnicos de las imágenes. Tampoco puede usarse tecnología para corregir defectos de afinación. Estos vídeos han sido analizados por la televisión holandesa y la UER, que han dado el visto bueno.
Dado lo excepcional de esta 65ª edición, la página web del festival ha intentado aclarar las dudas planteadas por aficionados y prensa. Así, explica, entre otras cosas, que Kosovo no puede participar porque no es miembro de la UER. “Los estatutos indican que el cantante o el grupo en cuestión debe venir de un país que forme parte de la Unión Internacional de Telecomunicaciones o bien del Consejo de Europa, y no es el caso de Kosovo”. A la pregunta de por qué participa Australia en un festival que se denomina europeo, la respuesta es la siguiente: “El Festival de Eurovisión se transmite en Australia desde hace más de 30 años, y la televisión pública australiana es miembro asociado de la UER. En 2016, el órgano rector del festival votó por unanimidad a favor de la participación de Australia en las ediciones de ese año y en las de 2017 y 2018. De momento lo hará hasta 2023, y luego se verá si se convierte en un participante fijo”.
El artista murciano Blas Cantó representará de nuevo a España —debía hacerlo en la cita de 2020—, aunque con otra canción. La elegida ahora se titula Voy a quedarme y fue la más votada por el público en la gala Destino Eurovisión, emitida en febrero pasado por TVE. Es una balada que “habla de la esperanza en un año difícil para todos”, según dijo. Escribió la letra al morir su padre y la grabó después, cuando perdió a su abuela, enferma de coronavirus.
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