Dos años de Flixolé, la filmoteca virtual del cine español
La plataforma de ‘streaming’ impulsada por Enrique Cerezo, lanzada en 2018, restaura y digitaliza miles de títulos rodados en nuestro país en el último siglo
Enrique Cerezo (Madrid, 1948) ha pasado muchas horas de su vida viendo cine. “La pasión me viene de siempre. De pequeño, en el colegio, teníamos una sala maravillosa, en Los Misioneros de Segovia. Y ahí pasábamos las tardes del sábado y el domingo con películas en 35 milímetros. Desde entonces no he parado”, comenta por teléfono. A esa industria le ha dedicado toda su vida profesional, aunque desde 2003 la compagina con el fútbol, como presidente del Atlético de Madrid.
Comenzó participando en los años sesenta y setenta, en títulos como ¡Vente a Alemania, Pepe! “Empecé como ayudante de cámara, por pura ignorancia de no saber cómo funcionaba el negocio. La imagen que me venía cuando pensaba en cine era la de una cámara. No se me ocurría que pudiera haber otras labores detrás de ella”. Para cuando descubrió esas otras opciones, se convirtió en productor, exhibidor y dueño de un inmenso catálogo de más de 7.000 títulos. Son tantas las películas, series, cortometrajes y documentales que posee que podría rellenar la parrilla virtual de todo un HBO o un Amazon Prime Video. Y así lo hizo con Flixolé, que en noviembre cumple su segundo aniversario, aunque sin las cotas de popularidad de sus competidores. La plataforma le permite, además de ofertar su archivo al espectador por menos de tres euros al mes, culminar el objetivo de su distribuidora Video Mercury, dedicada a recuperar y restaurar buena parte de la historia del cine español. Así, intenta cazar muchas de las películas que incluso a un cinéfilo como él se le escaparon en su día.
La empresa se encarga desde entonces de adaptar sus archivos a los estándares de calidad técnica que exigen las plataformas digitales, algunos de ellos tan antiguos que se acercan a los casi 80 años desde su fecha de estreno original. “A veces es enorme la búsqueda que tenemos que hacer por todo el mundo para localizar las copias originales de algunos títulos españoles de los que se ha perdido el negativo o que está en otro país. Estamos en contacto con todos los laboratorios, los estudios de cine y las filmotecas para recuperar piezas perdidas de nuestro cine”, comenta Cerezo".
Para sus retos recientes han rebuscado en los archivos de la Paramount, entre películas que rodaron en los años cincuenta con una técnica similar al Vistavision, el formato panorámico que lanzó en esa época la major estadounidense para competir con el CinemaScope de la Fox. “Hacer una copia cuesta una fortuna”, puntualiza el impulsor de Flixolé, que ya piensa en recuperar Violetas imperiales y Noches Andaluzas, romances con Carmen Sevilla y Luis Mariano que en su día fueron grandes éxitos internacionales y de las que han logrado localizar sus negativos en nitrato. También está trabajando en revivir Garabatos y Don Cleque, cortometrajes de animación de los años cuarenta. El empresario cinematográfico construyó su imperio en los ochenta, durante el salto al vídeo VHS, una transición que, admite, fue más complicada que la que enfrenta ahora: “el cambio actual va a ser más relevante, porque ya no depende un soporte físico”.
El concepto de novedad de Flixolé es diferente al ritmo frenético de estrenos de otras plataformas de streaming. “Pero nuestro catálogo también está vivo”, defiende Cerezo. Además de no descuidar a los títulos recientes, Flixolé se beneficia del catálogo de Video Mercury, del que ya oferta cerca de 4.000 de sus títulos, muchos de ellos en exclusiva, que nunca abandonarán su catálogo. “Para nosotros, un gran estreno es una de esas películas que no se han visto casi nunca o se han visto muy poco y que muchos espectadores están esperando. Las vio cuando era niño (o hace 15 años), que recuerda y que no encuentra en ningún sitio porque ni siquiera están en soporte físico. Lanzar una colección con todas las películas de Rocío Dúrcal, que sus admiradores no pueden encontrar en otras plataformas digitales, es para nosotros un gran estreno”.
Aun con la mirada puesta en el pasado, Flixolé intenta huir de la etiqueta despectiva de las llamadas españoladas de un país en dictadura. Su listado actual de películas más vistas rompe algún que otro prejuicio con el cine español antiguo y con la propia Flixolé. Lo lideran Fuego, un thriller protagonizado por Jose Coronado en 2014, y 7 vírgenes, la película que consagró en 2005 al director Alberto Rodríguez. Ambas conviven en el ránking con Fernando Esteso y Andrés Pajares (Los liantes) y Paco Martínez Soria (Abuelo Made in Spain), pero también con clásicos recientes como El Pico, que rodó Eloy de la Iglesia en 1983, y El día de la bestia (1995), de Alex de la Iglesia. Tanto título da también para albergar auténticas rarezas propias de la filmoteca más exhaustiva. Una de sus últimas colecciones recuerda que la industria española ya apostaba por el cine negro en los años cincuenta, como Brigada criminal, de Ignacio F. Iquino, e incluso por algún western como Orgullo (1955), que Manuel Mur Oti rodó en pleno franquismo.
Además de las tres B que dieron prestigio internacional al cine español (Luis Buñuel, Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem), Video Mercury, y por tanto Flixolé, también cuenta con obras maestras del cine europeo. “Tenemos una copia excelente de Milagro en Milán (Vittorio de Sica, 1951) que restauró la Filmoteca de Bolonia. Y Ladrón de bicicletas, El reportero de Antonioni…”, se apasiona en contar Cerezo. E incluye parte del Hollywood dorado a través del archivo de la productora RKO (King Kong, Sombrero de copa, Ciudadano Kane…). México es el país extranjero con más suscriptores de su plataforma, que puede verse en todo el mundo. “Es algo natural, si tenemos en cuenta que su cine ha sido durante muchos años el segundo hogar de muchos de nuestros actores y directores”, apunta el productor.
¿Da el cine da más disgustos que el Atlético de Madrid? “Son disgustos distintos. En el fútbol la cosa va semana a semana, pero en el cine te la juegas de una vez. Haces una o dos apuestas al año y en el primer fin de semana de recaudación sabes si ya has triunfado o te has dado el tortazo para toda la temporada”, explica el empresario, con la vista puesta en un Flixolé que dé para mucho tiempo.
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