Apple aumenta con sus series su presencia en Europa
El gigante de Cupertino da luz verde a coproducciones con Reino Unido y Francia
Apple TV + ha dado luz verde a una nueva serie producida en el Reino Unido: una adaptación de La serpiente de Essex, novela de época escrita por Sarah Perry y publicada en 2016. Estará protagonizada por Kiera Knightley, quien también hará de productora ejecutiva, y dirigida por Clio Barnard, directora de The Selfish Giant. Es la tercera serie británica de Apple, que ya está produciendo Slow Horses, sobre los espías retirados del MI-5 con Gary Oldman a la cabeza, y False Flag, con Uma Thurman. En la primera serie, como en esta nueva, la productora es See-Saw Films, responsable de El discurso del rey.
Estos títulos acompañan a la primera producción internacional de la casa, Calls, en colaboración con Canal + (Francia), en la que se prometen contar historias con las menores imágenes posible. El gigante tecnológico aumenta así su presencia televisiva en Europa, un puerto clave también para sus rivales, sobre todo Netflix y Amazon Prime Video, con la salvedad de que la casa de Cupertino lo está haciendo en su primer año de existencia, tras salir en todo el mundo en noviembre de 2019. No hay todavía noticias de una producción española.
Este interés por Europa es indicativo. Apple no es una plataforma particularmente dada a aprobar la producción de contenidos, como sí lo son Netflix y Amazon Prime Video. La estrategia va más por empezar pocos proyectos e invertir grandes cantidades de dinero en ellos. Hilar fino y destacar por los resultados. En su lanzamiento solo tenía una docena de títulos, a pesar de haber empleado unos 7.000 millones de dólares en ellos (Netflix invierte el doble para hacer incontables productos más). Sí sacó un importante éxito de aquellas series iniciales: The Morning Show le dio a su plataforma el honor de ser la primera en recibir más de una nominación a los Globos de Oro en su primer año. No ganó ninguno, eso sí. Hollywood se puede impresionar por los despliegues de presupuesto, pero no abre las puertas a los de fuera tan fácilmente.
En esta estrategia, cuatro proyectos europeos denotan un interés en conquistar territorios nuevos, más allá de lo que consigan con sus producciones estadounidenses. No todas están pensadas para funcionar en el extranjero (por ejemplo, la docuserie en la que Oprah Winfrey y el príncipe Enrique hablan de salud mental), pero sí que hay varias que pretenden demostrar el poderío de la casa: está la adaptación de la saga Fundación de Isaac Asimov, que parece diseñada para convertirse en un fenómeno global como Juego de tronos, o la adaptación de Las costumbres nacionales, de Edith Warthon, dirigida por Sofia Coppola.
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