_
_
_
_
EN ANTENA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Licencia para contar

Michaela Coel se pregunta en 'Podría destruirte' qué es un abuso

Michaela Coel, en 'Podría destruirte'.
Andrea Aguilar

El personaje de Arabella acaba de aterrizar tras unas vacaciones en Italia. Autora de un exitoso libro de memorias —con la palabra millennial en el título y muchas reflexiones sobre redes sociales— es acuciada por sus agentes para entregar su siguiente manuscrito, así que acepta la oferta de encerrarse en su oficina. La tentación de la noche londinense se impone y acaba quedando con unos amigos. Hay copas, chupitos de tequila y drogas y ya con la imagen borrosa parece caerse y salir del bar, antes de volver a la oficina y terminar el trabajo.

La británica de origen ghanés, Michaela Coel ha escrito, dirigido y protagonizado Podría destruirte, un proyecto que insiste en lo que podría calificarse como “serie de autora” o “televisión de creadoras totales”. Frente al cine de autor, este subgénero incluye dos importantes rasgos: ellas están delante y detrás de la cámara, y las historias tienen un tinte autobiográfico. Así fue con Girls y Lena Dunham, que trastocó aquel Sexo en Nueva York de Carrie Bradshaw llevándolo al otro lado del puente, a Brooklyn, sin tacones y con sexo muchas veces patoso. Así fue también con Phoebe Waller-Bridge y sus cómicos monólogos a cámara en Fleabag, donde dolor y risa van confundiéndose y dejando claro lo poco que importa el decoro. Y así vuelve a ser con Coel, que se pregunta en Podría destruirte qué es un abuso. ¿Qué pasa cuándo echaron algo en tu bebida y a la mañana siguiente recuerdas una imagen y no sabes qué fue? ¿Cómo resistirse a ser víctima? A Coel le pasó, y cuenta que tomó notas instintivamente. En su serie quería describir “esa imagen, esa experiencia”. Y sí, ilumina intimidades escabrosas que mezcla con situaciones tiernas, absurdas, grotescas. Porque ellas, las creadoras totales, son quienes hoy tienen licencia para contar, y descubrirse en el cuento.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_