“Solo pensamos en cómo habría sido”: los eurofans no están viviendo una ‘celebration’

Por edad, Sandra Manzano (21 años) es pura generación Z. Sin embargo, es fanática de un evento que tiene como ídolos a ABBA, Raphael o Dana International. Ruth Lorenzo fue el primer reclamo para que prestara atención al festival de Eurovisión, cuando la cantante participó en 2014. Un amigo hizo de anfitrión en una fiesta que presentaba en directo a algunos de los participantes de ese año. “Lo que me encontré fue una familia. Una persona te presenta a otra y terminas haciendo muchos amigos. La gente es lo que mejor me llevo de ser eurofan”, cuenta por teléfono esta estudiante de traducción. Combina la universidad con su trabajo como guía turística y ocupa parte de su tiempo libre como voluntaria en la web de Eurovision Spain.

Ella, como otros miles de eurofans en todo el mundo, atraviesa una semana insólita. Eurovisión no podrá reunir este sábado a decenas de miles de personas en el Ahoy Arena de Róterdam como estaba previsto, ni generar el contenido televisivo que el año pasado atrajo a una media de 5,4 millones de espectadores en España. Ni el Brexit pudo hacer lo que ha logrado el coronavirus. TVE emitirá el sábado un programa especial, Europe Shine A Light, a partir de las 21 horas, el momento en el que debería comenzar el certamen en directo. El espacio repasará las 41 canciones que iban a participar en esta edición e incluirá las actuaciones de algunos de los ganadores recientes en un formato que, en tan solo dos meses, se ha hecho ya habitual para el espectador: la actuación casera. El sueco Måns Zelmerlöw (Heroes, 2015), la israelí Netta (Toy, 2018) o el neerlandés Duncan Laurence (Arcade, 2019) interpretarán las canciones con las que salieron victoriosos. ¿Puede en tiempos de aislamiento el festival ser un evento colectivo? ¿Y para la gente para la que Eurovisión es más que una concurso, si no una identidad?

Uno de ellos es Vicente Rico, de 34 años, quien compagina su trabajo como dependiente en una perfumería con el de codirector de Eurovision Spain, que ofrece información diaria sobre el festival y organiza una preparty española. Este evento, con más de 40 artistas en directo, ocupa varios meses de trabajo del equipo. “Hay oleadas que van atrayendo a nuevas generaciones de seguidores. Amaia y Alfred lo hicieron en 2018 y, para mi generación, fueron Rosa y de nuevo Operación Triunfo”, explica Rico. Lo que era un momento de unión familiar una noche de sábado ante el televisor pasó a ser para él algo más aquel año. “Nos dimos cuenta de que no éramos frikis y que había muchísima gente que estaba interesada en esto”, recuerda.

Este año, el codirector de Eurovision Spain prefiere que el 16 de mayo pase lo antes posible. Eurovisión 2020 es la primera edición nonata en la historia del concurso. Ahora vive especialmente en las redes para mantenerlo, de alguna forma, como la celebración de la música y de Europa que debería ser. Cada tarde desde hace casi dos semanas, los seguidores se reúnen en Twitter para comentar juntos con hashtags como #MaratónESC una de las finales anteriores que emite la web de RTVE.

“Estamos todo el tiempo pensando en cómo habría sido todo”, confiesa Vicente. El festival ha sido siempre “una vía de escape en tiempos difíciles”, así que su esencia también es pertinente en tiempos del coronavirus: “Todo el mundo necesita reunirse con los suyos cuando ocurre algo malo. Eurovisión es un lugar donde te reencuentras con amigos, como puede ser seguir a tu equipo de fútbol cuando juega la Champions”. En su caso, como otros tantos, reunirse con los suyos casi siempre ha pasado por Eurovisión: en los últimos 12 años, ha estado presente en todas las finales del festival, que es un catalizador del turismo intraeuropeo con eventos fijos en Setúbal (Portugal), Estocolmo y Londres a lo largo del año y un crucero temático que sale de Helsinki (Finlandia) con destino a Tallin (Estonia). “El especial televisivo del sábado trata de eso, de Europa arrojando una luz de esperanza y unión”, defiende.

El festival, que sigue estrictamente las normas establecidas durante 65 años, ha tenido que improvisar tras cancelar por primera vez en su historia. Tomó la decisión poco después de haber seleccionado todas las canciones participantes, que por su propio reglamento quedan descalificadas para el año que viene y tendrán que conformarse con salir editadas en un disco recopilatorio. A cambio, la organización ha invitado a las televisiones públicas a que cuenten con los mismos artistas para la próxima edición.

“Las circunstancias han obligado a tomar decisiones de un día para otro y en medio de la incertidumbre. Pero Eurovisión no es una institución reacia al cambio. Casi seguro que ya está trabajando en alternativas por si el año que viene tiene que cancelar también la edición de 2021”, comenta Víctor Escudero, uno de los encargados de comentar junto a Tony Aguilar y Eva Mora el especial Europe Shine a Light de La 1. “Aunque las redes sociales han traído a muchos fans nuevos, los contenidos alternativos que se ofrecen este año nunca podrán sustituir al evento en directo. Eurovisión es un concurso y ese elemento se ha perdido este año”.