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Web 3.5, el “puente” hacia la revolución que cambiará el mundo

Las tecnológicas preparan la generación de internet que modificará la forma de vivir con desafíos de privacidad, riesgos de manipulación e inteligencia artificial en la sombra

Marijus Briedis, director de tecnología de la multinacional lituana NordVPN Ciber City de Vilna
Raúl Limón

La próxima generación de internet (Web 4.0) ya tiene sus cimientos y no va a ser una evolución, sino una revolución. “Va a cambiar sistemáticamente nuestra comprensión del ser humano, social y político. No es simplemente una herramienta; es un cambio estructural en los sistemas a los que estamos acostumbrados”, advertía el profesor de Nishant Shah, profesor de la Universidad de Hong Kong y director de Digital Narratives Studio, en un pasado sondeo de Pew Research Center (PRC). Marijus Briedis, director de tecnología de la multinacional lituana NordVPN, cree que las tecnológicas construyen ya internet 3.5, una fase que denomina como “el puente” hacia esa orilla, llena de expectativas y desafíos, como la protección de privacidad, el riesgo de manipulación o la inteligencia artificial en la sombra.

Las bases de la nueva generación de la web ya están aquí y las resume el profesor e investigador Asaad Khaleel Ibrahim: “Las tecnologías de big data [macrodatos], realidad aumentada, comunicación máquina a máquina, computación en la nube e inteligencia artificial (IA), así como agentes inteligentes y un nuevo internet de las cosas [IoT]”. Su integración conformará una nueva era.

Para Wensheng Gan, profesor de informática en la Universidad de Jinan (China), “la próxima generación de la web ya está llegando y dando forma a nuestras vidas”. Lo afirma en una investigación donde asegura que la orilla de internet en la que se encuentra ahora la sociedad es “capaz de abordar la propiedad de los datos web de acuerdo con la tecnología distribuida, optimizar el mundo desde las perspectivas de la economía, la cultura y la tecnología y promover nuevos métodos de producción de contenido, estructuras organizativas y formas económicas”.

Marijus Briedis cree que “vamos” hacia la versión intermedia: la 3.5. El informático resume que internet ha pasado de una primera generación “estática”, a una interactiva marcada por la irrupción del teléfono inteligente y aplicaciones móviles y que ahora afrontamos la nueva generación. “Está cambiando la forma en que consumimos información y lo que estamos haciendo con ella. Esta tecnología va a cambiar el mundo”.

La web 3.5 es el puente y le estamos dando forma en este momento mientras nos preguntamos cómo nos afectará personalmente o a los negocios
Marijus Briedis, director de tecnología de la multinacional NordVPN

Briedis habla de personalización de internet, de privacidad, de inteligencia artificial (IA) moldeada según el usuario y de cambios sustanciales en el mundo de los negocios. Pero al mismo tiempo, advierte de los desafíos que suponen estos desarrollos para la intimidad y de la escalada de infraestructuras sin protocolos que respalden la seguridad. “La web 3.5 es el puente [hacia la nueva generación] y le estamos dando forma en este momento mientras nos preguntamos cómo nos afectará personalmente o a los negocios”, advierte durante una presentación del complejo tecnológico de Vilna Ciber City, a la que fue invitado EL PAÍS y otros medios internacionales.

Una de las capacidades más disruptivas de esa nueva generación serán los agentes, los sistemas en los que el usuario delegará para que actúe y tome decisiones en su nombre. Lo señala Tomas Rasymas, máximo responsable de inteligencia artificial de Hostinger, una multinacional de alojamiento y dominios web fundada en 2004 y con más de 30 millones de usuarios en 178 países.

Rasymas destaca que la principal habilidad de estos agentes no es el lenguaje natural para interactuar con el usuario, sino que dispone de “herramientas, memoria y capacidad de planificación”. “Los agentes saben planear, dividir las tareas difíciles en más pequeñas, y cambian nuestro papel como usuarios, que dejamos de ser lectores o consumidores”, advierte el responsable de IA para referirse al concepto de agentic web (internet de agentes o agencial). “Significa que manifestamos nuestra intención y la web agencial lo resolverá, significa delegar. Simplemente, te ayudarán y harán todo por ti”, resume.

Pero esa “delegación” supondrá también otorgar a los sistemas capacidad de introducirse en la vida de los usuarios, navegar por sus datos personales y, por lo tanto, de procesar su intimidad. Del mismo modo, se concede al programador de los agentes una inaudita capacidad de manipulación. Como explica al Pew Research Center David Clark, investigador en el Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT, “cada vez más, los humanos estarán en un mundo en el que las decisiones se toman mediante un conjunto activo de dispositivos que cooperan. Internet (y la comunicación mediada por computadora en general) se volverá más omnipresente pero menos explícita y visible. Hasta cierto punto, se mezclará con el trasfondo de todo lo que hacemos”.

Rasymas confía en que los protocolos de desarrollo prevean las disfunciones, que ofrezcan opciones, aunque admite que “la manipulación es inevitable”. Pone de ejemplo experimentos que se han materializado con información bursátil para anticiparse a la reacción de los inversores. También resalta la posibilidad de cifrar la información para evitar su utilización y de salvaguardas en los modelos, pero admite que es un debate en curso porque la precisión de los resultados de un agente depende de la mayor información de la que dispongan.

IA en la sombra

Pero mientras se despliegan todas las salvaguardas, la IA se ha convertido en una herramienta común que muchas veces se utiliza de forma indiscriminada en entornos sensibles, abriendo puertas a esa información para terceros. Es lo que se conoce como AI shadow o IA en la sombra.

Justas Morkunas, directivo de Nexos.ai, una compañía que ofrece plataformas con soluciones empresariales integradas, resume el concepto en lenguaje coloquial: “Sabes que la gente (44% de los empleados) está usando algo [IA o programas o aplicaciones] en algún lugar, pero nadie es consciente”. Morkunas asegura que hoy hay soluciones en el mercado como bloqueadores, alojamiento interno de modelos, rastreadores o encriptado, pero también reconoce que la seguridad al 100% es imposible.

Mantas Lukauskas, ingeniero de datos de Hostinger, añade más sombras en el uso de la IA, como la generación de código vulnerable o el “enmascaramiento” de datos para protegerlos que impide un correcto funcionamiento del modelo de inteligencia artificial. “La calidad del resultado de la IA será peor porque enmascaraste cierta información necesaria para que calcule una mejor respuesta”, explica.

Afrontar esos desafíos entra en la estrategia de las grandes empresas, sin embargo, la red de proveedores está formada por compañías muchos menores sin tantos recursos de seguridad. “Hay estándares que todos deberíamos cumplir”, comenta Morkunas, quien defiende la regulación como la europea.

Y también está el sentido común. Lukauskas recuerda la emergencia del modelo chino de IA DeepSeek. “Se ha demostrado que no es nada porque la gente no confía en tales modelos. Es difícil confiar porque no se sabe qué está encriptado o cómo se pueden usar esos datos”, resalta.

“Hay dos conceptos claves”, añade: “libertad y responsabilidad. Tienes libertad para usar herramientas, pero necesitamos saber cuándo detenernos o qué no llevar a la IA”.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.
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