Las grandes tecnológicas se lanzan al asalto del mercado sanitario
Amazon ultima un servicio de telemedicina en EE UU. Microsoft acaba de comprar la empresa de reconocimiento de voz más usada en los hospitales. La carrera por colonizar la sanidad gana velocidad
Amazon quiere dar los primeros pasos para poner en marcha en Estados Unidos su propio sistema de sanidad primaria. Puede sonar grandilocuente, pero en eso consiste Amazon Care, hasta ahora disponible solo para empleados de la compañía afincados en Seattle. Consta de dos componentes: el primer paso es la asistencia virtual, realizada a través de su aplicaciones por médicos y enfermeras, y el segundo son las visitas a domicilio de sanitarios para realizar pruebas o exploraciones en caso de que sea necesario.
La ambiciosa apuesta de Amazon no es el único movimiento reciente de una gran tecnológica en el terreno sanitario. Este sector, con cifras millonarias y tradicionalmente vetado a empresas ajenas al negocio, es un viejo objeto de deseo de las big tech. Las llamadas GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsft) tienen programas de investigación o productos ya en el mercado directamente relacionados con la salud. Su nexo común: utilizar la inteligencia artificial para transformar la industria.
Microsoft anunció este lunes la adquisición de Nuance, la empresa de inteligencia artificial y reconocimiento de voz más respetada en los ambientes médicos, por 19.700 millones de dólares, lo que lo convierte en su segunda adquisición más cara (le supera LinkedIn, por la que desembolsó 26.200 millones en 2016). La tecnología de Nuance permite, por ejemplo, que los facultativos que están operando o explorando a un paciente puedan dictar sus informes, sin usar las manos, y que estos queden perfectamente transcritos y digitalizados. También hace posible que las conversaciones entre el doctor y el paciente se plasmen automáticamente en el historial de este, que se actualiza sin necesidad de papeleos.
La operación se interpreta como una señal clara de que la salud es una de las prioridades de la empresa fundada por Bill Gates. Y de que su apuesta por la inteligencia artificial como tecnología angular de la compañía va en serio.
Amazon quiere ser su médico
Las prestaciones que anuncia Amazon Care van a dar que hablar. Este servicio de telemedicina, que cuenta con un equipo de médicos (no se ha revelado cuántos) colegiados en los 50 Estados del país para poder firmar recetas para cualquier territorio, funciona las 24 horas del día. La compañía se compromete a dar respuesta a las “incidencias” abiertas por los usuarios en menos de 60 segundos, ya sea vía chat o videoconferencia. También está prevista la entrega en pocas horas de los medicamentos recetados por el facultativo.
La compañía presidida por Jeff Bezos anunció hace unas semanas que Amazon Care estará disponible este verano para las empresas estadounidenses. Se ofrecerá a corporaciones y no a particulares debido a las peculiaridades del modelo sanitario del país norteamericano, en el que el sector público solo se hace cargo de la sanidad de los ciudadanos de menos de 14 años y de más de 65 (se supone que la población que queda entre medias queda cubierta por los empleadores).
Amazon no quiere comentar si, tras ofrecer el servicio en EE UU, lo hará en el resto del mundo. Los analistas lo dan por descontado. Fuentes del sector señalan que eso podría pasar dentro de unos años, cuando el producto esté bien probado en el mercado estadounidense. Ya sucedió antes con Amazon Web Services (AWS), el servicio de computación en la nube que en un primer momento se diseñó para dar soporte a los sistemas de Amazon en todo el mundo y que, al comprobar que funcionaba bien, se decidió comercializar. Hoy, AWS tiene una cuota de mercado superior al 40% en la nube.
“El modelo de cobertura que propone Amazon es el modelo del futuro”, sostiene Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia, un portal de recomendación de facultativos, “el Booking de médicos”, según lo define él. “Es el mejor en términos de coste-efectividad: el triaje se hace de forma virtual, ya sea con una inteligencia artificial o con sanitarios conectados. Es más eficiente tener a un grupo de médicos en una especie de centro virtual que enviarlos al lugar. Brinda una mayor capilaridad al servicio”, añade.
Los servicios de telemedicina como Amazon Care, opina Llordachs, serían una buena solución para dar respuesta a la llamada España vaciada. “No necesitas un centro médico cada 10 km si de forma telemática puedes como mínimo dar una primera respuesta y valorar si hay que mandar a un doctor”, añade.
El actual contexto de pandemia, con la saturación de los centros de atención primaria y hospitales y la improvisada asistencia médica telefónica, puede ser también un buen momento para el crecimiento de la telemedicina. En EE UU proliferan los servicios de este tipo, precisamente para dar cobertura en las extensas áreas rurales del país. En Reino Unido, hace dos años que la empresa Babylon Health utiliza la inteligencia artificial para hacer un primer triaje y dirigir sus recursos médicos. La empresa española Mediktor, que ante la falta de demanda nacional trabaja fundamentalmente en el extranjero, ha desarrollado un exitoso asistente médico basado en inteligencia artificial para el triaje y el prediagnóstico que, según la propia compañía, tiene un acierto del 91% en la detección de las dolencias de los usuarios.
“El futuro ya estaba aquí. Lo que ha hecho Amazon es recoger ideas sueltas que ya funcionaban, empaquetarlas bien y ofrecerlas a su gran base de clientes”, señala Llordachs. Movistar Salud ofrece, de hecho, un servicio de telemedicina dirigido a particulares en el que los usuarios pueden pasar consulta virtual con facultativos. Al primer mes de empezar a funcionar ya tenían a 25.000 abonados.
Lo que tendría más complicado Amazon Care si decidiese desembarcar aquí es vender medicamentos. España e Italia son los dos únicos países de la Unión Europea en los que es obligatorio que un farmacéutico con nombre y apellidos sea el titular de la licencia de una farmacia, que a su vez es el único establecimiento habilitado para vender medicamentos. Solo escapan a este requisito algunos fármacos que no necesitan receta: desde 2013, el paracetamol, el ácido acetilsalicílico (Aspirina) o el metamizol (Nolotil) se pueden comercializar en en páginas autorizadas.
Pero la mentalidad de los más jóvenes, más que acostumbrada a que le lleguen a casa los productos, rema en el sentido opuesto. El 35% de los españoles elegiría a Amazon como canal de compra de medicamentos sin receta en el caso de que estuviera permitido su venta por internet, según un estudio publicado este año por Elogia Pharma.
Microsoft y la tecnología hospitalaria
Aunque parezca una tarea sencilla, el llamado reconocimiento de voz (la correcta interpretación por parte de una máquina del habla humana) trae de cabeza a los científicos desde hace lustros. Captar matices como la entonación o el tono, por no mencionar la ironía, son retos mayúsculos para los sistemas más avanzados de inteligencia artificial (IA). El reconocimiento de voz es una de las aplicaciones estrella del llamado machine learning, o aprendizaje automático, que a su vez es la disciplina de la IA en la que hay más esperanzas depositadas.
El desembolso de Microsoft por Nuance, 19.700 millones de dólares, muestra la seriedad de la apuesta por esta disciplina. “La inteligencia artificial es nuestra prioridad tecnológica, y la salud es su aplicación más urgente. Juntos, con nuestro ecosistema en la nube, pondremos las soluciones avanzadas de inteligencia artificial en manos de los profesionales”, señaló el CEO de Microsoft, Satya Nadella, en un comunicado cuando se dio a conocer la operación. Algunos analistas interpretan también la adquisición de Nuance como una fórmula para mejorar Cortana, el asistente de voz con el que Microsoft pretendía eclipsar a Alexa o Siri.
La millonaria compra de Nuance no es el único movimiento de la compañía en el terreno de la sanidad. Microsoft, cuya filial Azure es el segundo gran proveedor mundial de computación en la nube, anunció a finales del año pasado la puesta en marcha de un entorno cloud específico para dar cabida a las “herramientas de análisis y procesamiento de datos del sector de la salud”.
Google y Apple, a la caza de datos médicos
Google y Apple, por su parte, no esconden su interés en recopilar y organizar los datos médicos de los usuarios. La matriz del buscador más usado del mundo tiene una división, Google Health, enfocada a lograr que “los equipos médicos tomen mejores decisiones” con la ayuda de la inteligencia artificial.
La semana pasada trascendió que la compañía ha vuelto a poner en marcha un programa para explorar cómo tratar los datos médicos de los usuarios. “Google está llevando a cabo un programa de feedback en Estados Unidos para probar funcionalidades que den al usuario la posibilidad de obtener información de salud de los portales del paciente de sus proveedores de salud, organizarla, buscarla y compartirla con personas de confianza”, señala un portavoz de la empresa. La adquisición de Fitbit, el fabricante estadounidense de relojes inteligentes, por parte de Google hace algo más de un año es una prueba más de hasta qué punto es firme la apuesta por esta industria.
Apple, por su parte, tiene varias apps que procesan los datos recogidos por el iPhone y el Apple Watch relacionados con la salud de los usuarios. También ofrece a sanitarios aplicaciones específicas para gestionar su trabajo.
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