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Mitos y verdades del 5G

El 5G permitirá realizar trabajos especializados en remoto, potenciará la realidad aumentada y hará despegar al IoT. Y no, no hay que cambiar de móvil. Todavía.

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En el primer semestre de 2020 quedará asignado el espectro a los operadores para el despliegue del 5G. A día de hoy perduran las incógnitas sobre las características de la tecnología y sus aplicaciones reales. La banda de los 700 MHz del espectro radioeléctrico quedó libre en España el pasado 3 de marzo. La TDT, que ha ocupado este espacio hasta ahora, la abandona para cedérselo al 5G. Es la última de las primeras piedras para levantar los fundamentos de las redes de nueva generación.

Después de la liberación toca repartir el espectro. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital aclaran los plazos. “La licitación de la banda de frecuencias de 700 MHz se convocará y ejecutará dentro del actual semestre, cumpliendo con ello nuestras obligaciones con la Unión Europea de completar la liberación del segundo dividendo digital antes del 30 de junio de 2020”, explica Roberto Sánchez, secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales.

La de 700 MHz se unirá a las bandas de 3,6 GHz y 26 GHz, listas para que los operadores desplieguen antenas y estaciones base. Una tarea que ya ha comenzado. En España son 15 las ciudades donde se han instalado puntos de acceso. En algunas, como en Valencia, la cobertura llega al 50% del territorio urbano. La albañilería previa es necesaria para construir las nuevas redes. Una vez que lleguen los despliegues lo harán los servicios y las aplicaciones. Pero aún hay muchas asunciones comunes sobre el 5G que son imprecisas o directamente incorrectas. A continuación destacamos cinco verdades sobre la nueva generación de redes y también cinco mitos que la rodean.

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Verdades

1. Traerá más velocidad a nuestros móviles. El salto es realmente grande. No se trata de un cambio menor. Se barajan velocidades de 1 Gbps y picos teóricos de 10 Gbps. “Es una cifra alta, pero cuando haya muchos usuarios conectados habrá que competir por esos recursos”, explica José F. Monserrat, profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) especializado en comunicaciones. “Pero sí se espera que la experiencia de usuario esté cerca de los 400 o 600 Mbps. Esto es más de lo que tenemos en fibra óptica en casa”. La pregunta es si los usuarios necesitamos este plus de velocidad. En Corea del Sur, donde ya hay un millón y medio de suscriptores a redes 5G, lo emplean para descargar vídeos en resolución 4K y para los videojuegos. “Dicen que necesitan esta red, están descargando cuatro veces más tráfico por mes del que consumían con 4G”, apunta Monserrat.

2. Impulsará la realidad virtual, aumentada y mixta. La realidad virtual ya ha echado a rodar, pero está plagada de obstáculos. Tiene que librarse definitivamente de los cables que conectan las gafas con el equipo informático y necesita alcanzar el 4K para evitar que de vez en cuando asomen los píxeles. Ni siquiera el wifi actual llega a estos estándares. “En el momento en que la realidad virtual ofrezca gafas de 4K requerirá 300 Mbps de velocidad”, asegura Monserrat. Y si la realidad virtual necesita velocidad, la realidad aumentada, que superpone objetos al campo de visión del usuario, debe bajar la latencia. “Tú mueves tu cabeza y necesitas que el objeto que está superpuesto se mueva contigo. Ahí se requieren cerca de 12 milisegundos de respuesta. Y esto lo resuelve la 5G”, señala el profesor de la UPV.

3. Los grandes cambios serán para las empresas. El 4G significó un salto cualitativo en los servicios móviles para todos los consumidores. Pero el 5G tiene un matiz diferente. “Es la quinta generación de comunicaciones móviles personales, pero es, sobre todo, la primera generación orientada también hacia las comunicaciones y usos sectoriales. Y esto supondrá un cambio en toda la actividad económica”, afirma Sánchez desde la Secretaría de Estado. “Entre los pilotos que se desarrollan con el apoyo de la Vicepresidencia de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital se cuentan casos de uso en el ámbito de la salud, agroalimentario, manufacturero, turístico o automovilístico”.

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Se prevé un impacto en la fabricación, con el desarrollo de plantas de montaje automatizadas y con mantenimiento predictivo; en vehículos autónomos, desde coches a trenes o drones de reparto; o en sanidad, con la implementación de modelos de teleasistencia, monitorización continua o hospitalización domiciliaria. “Veremos cómo nuestros sectores económicos tractores mejoran en su rendimiento gracias no solo al 5G, sino a su confluencia con otras tecnologías, como la inteligencia artificial o el Internet de las cosas”, destaca Sánchez.

4. Permitirá trabajos especializados en remoto.

Los smartphones y la nube ya permiten llevarse la oficina a casa o a la playa. El 5G dará un paso más. Será una puerta para nuevos servicios e incluso nuevos modelos de negocio. “Si combinamos el 5G con realidad aumentada se podrán realizar en remoto servicios de reparación técnica compleja”, explica Fernando Maldonado, analista principal de IDG Research. “Otro ejemplo sería la cirugía 4.0, en la que se combinan robotización, analítica y realidad aumentada con 5G para realizar operaciones también de forma remota”.

5. Desarrollará el auténtico IoT. El Internet de las cosas ya existe, pero el empujón que le dará el 5G equivale a inaugurar una nueva fase. Hoy se necesita un punto wifi para conectar sensores y otros dispositivos. “Habrá una nueva dimensión, la de las cosas conectadas pero moviéndose, que llamaremos el mobile IoT. Esto no lo permite el 4G porque tiene muchas limitaciones en cuanto al número de tarjetas SIM que puede soportar con una estación base”, aclara Monserrat. Maldonado confirma el cariz diferente que tomará el IoT: “El 5G va a permitir que todos los productos puedan estar conectados y, por tanto, convertirse en inteligentes. Es la pieza que faltaba. Por ejemplo, un coche se hablará con otro coche y con los semáforos”.

Mitos

1. Lo importante del 5G es la velocidad. El salto del 3G al 4G fue sobre todo velocidad. Con el 5G este aspecto será solo una de las ventajas. “La baja latencia y la densificación, la posibilidad de hacer la red ultrafiable y con muchos más dispositivos conectados, diferencian al 5G del 4G”, apunta Monserrat. Con el 3G el retraso de la señal alcanza los 60 milisegundos, una cifra que se redujo a 50 milisegundos con el 4G. La siguiente generación de redes lo rebaja a 1 milisegundo. Asimismo, el 5G permitirá conectar un millón de dispositivos en un kilómetro cuadrado, multiplicando por 100 la capacidad del 4G.

2. Los precios de las tarifas móviles subirán. La tendencia del mercado no apunta en esta dirección. “Lo más probable es que al principio se siga una dinámica parecida al 4G. Más que aumentar las tarifas como un añadido, lo que seguramente se va a producir es una oferta selectiva. El objetivo será que algunos clientes, como los aficionados a los videojuegos, con tarifas más bajas se muevan hacia las más altas”, prevé Maldonado. “Con el tiempo, la oferta irá penetrando en clientes de menor valor”. Parece que los operadores esperarán a que sea el usuario el que cambie, en lugar de cambiar ellos los precios.

3. Los operadores son quienes ganan con el 5G. Esta es una cuestión delicada. El Observatorio Nacional 5G apuntaba que los operadores tendrían dificultades para rentabilizar los primeros servicios de la nueva red. El sector busca casos de uso que compensen la inversión que se realizará. “La monetización va a estar centrada sobre todo en el mercado de B2B o B2B2C. El operador tiene que encontrar alianzas tanto con proveedores tecnológicos como con fabricantes industriales”, señala Maldonado. “El operador debe huir de convertirse en un coste de un proyecto más amplio, sino que tiene que entrar como elemento de valor”.

4. Veremos pronto los efectos del 5G. No será cosa de un día. Ni de un año. “El ritmo de despliegue depende de muchos factores, incluidas las estrategias de los distintos operadores”, observa Sánchez. “El Gobierno continuará con su labor de impulso a través de la convocatoria de proyectos piloto. Nuestro país ya es el Estado miembro de la Unión Europea con un mayor número de casos de prueba, de acuerdo con el Observatorio 5G de la Comisión Europea”. Las aplicaciones reales, en medicina o en la industria, tardarán en llegar. Llevará un tiempo hasta que las empresas se adapten a la red y aún habrá que resolver problemas de estandarización. “Cuando se lanzó la 4G en 2010 no había servicios que consumieran toda su capacidad de datos. Hemos tardado cinco o seis años en llegar a utilizar la capacidad. Al 5G le pasará lo mismo”, comenta Monserrat, que se atreve con una predicción: para 2025 tendremos una industria 4.0, más robotizada y más móvil.

5. Tengo que cambiar de móvil. No tan rápido. Para utilizar la nueva red 5G necesitaremos móviles 5G, esto es evidente. Pero no es necesario hacer el cambio ahora. Aún no existen servicios para los usuarios sobre redes 5G y los smartphones compatibles son caros todavía. En los próximos meses y años se producirá su abaratamiento, al igual que la emergencia de servicios de nueva generación. Con todo, en ningún caso quedarán obsoletos los terminales 4G, pues las antenas que se instalen serán compatibles con versiones anteriores.

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