Cómo desengancharse de la pantalla del móvil
Trucos de un contra-movimiento que alerta sobre su efecto hipnótico
Una comida familiar más y ya se trata de una escena habitual: los más pequeños tienen el móvil en horizontal sobre la mesa y contemplan abducidos unos dibujos animados, mientras los mayores también suelen tenerlo a mano, ya sea para consultar las redes sociales de forma sistemática, leer correos o para sacar fotos. Nunca está demasiado lejos aunque tampoco haya una justificación empírica para ello. ¿Por qué no podemos desprendernos del móvil? Un movimiento iniciado por un exempleado de Google alerta de una adicción generalizada con consecuencias incalculables para la humanidad.
Son palabras muy gruesas pero Tristan Harris parece que abrió los ojos de muchos en su intervención en los pasados TED Talk y en un vídeo de poco más de quince minutos en el que desgrana las tácticas que llevan los grandes a cabo para captar nuestra atención. Ese vídeo ha sido reproducido en más de un millón y medio de ocasiones desde que se hiciera público el pasado mes de agosto. Este exingeniero de Google trabajó varios años en la compañía precisamente midiendo el impacto de los diseños de las interfaces en las conductas de los usuarios; “proponía nuevos diseños que potenciaban el mindfulness en las pantallas de los móviles”, explica en su perfil de LinkedIn.
Harris decidió enfrentarse abiertamente a un modelo en el que "los grandes" (se refiere de una manera no muy velada a Google y Facebook, entre otros) emplean estratagemas para lograr que pasemos el mayor tiempo posible delante de los móviles. Trucos como la reproducción continua de YouTube o el “a continuación” de plataformas como Netflix hacen que estemos pegados a los móviles, en una estrategia en la que ellos además hacen caja. La contra-apuesta de este ingeniero fue crear TimeWellSpent (tiempo bien invertido), un proyecto que nos da una serie de claves para evitar la artificial dependencia de las pantallas:
¿Notificaciones? Solo de personas, no de máquinas
La primera decisión que podemos adoptar para comenzar a romper las cadenas es la de ser rigurosos a la hora de filtrar las notificaciones. Es importante resistir el impulso de aceptar que cualquier aplicación nos moleste durante el día con un reclamo para que se use, y seguir el filtro que promueve Harris: que las notificaciones que permitamos provengan solo de personas y no las automatizadas (las clásicas alertas incitando a abrir una aplicación con alguna promoción).
En la pantalla de inicio, colocar solo aplicaciones del sistema
Un truco tonto pero tremendamente útil. Lo primero que vemos al desbloquear el móvil es la home, una pantalla en la que colocaremos las apps que con más frecuencia utilicemos. Este contramovimiento sugiere que recorramos el camino a la inversa: en la pantalla de inicio pondremos aplicaciones del sistema, como la calculadora, el bloc de notas o el calendario. Así nos costará un poco más llegar a las apps reclamo (redes sociales, juegos y demás).
Cargar el móvil fuera del dormitorio
Un sabio consejo que si aplicáramos a rajatabla, ganaríamos en salud y calidad de vida. Los estudios han confirmado que las pantallas de móviles y tabletas actúan como un antídoto contra el sueño y de hecho, nos desvelan y estresan. La consecuencia es inmediata: una peor calidad de sueño, menos horas de descanso y una sensación de conexión permanente. Dejar el móvil en el comedor cargando por las noches es el inicio de una leve desconexión que marcará una diferencia importante.
Poner la pantalla en monocromo
Esta medida es un poco más radical, pero tiene su justificación, y es que Harris sostiene que los colores vívidos actúan como una recompensa para nuestro cerebro, que hace que quiera consumir esta droga con más frecuencia. Si cambiamos los colores del móvil a una escala de grises (una función disponible en los ajustes de accesibilidad de las principales plataformas), lograremos que el impacto visual sea menor y no apetezca tanto volver a por ese reclamo.
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