Vahana, así es el ‘coche volador’ de Airbus
La compañía da una vuelta de tuerca al concepto de los vehículos autónomos para facilitar la movilidad urbana
Una de las iniciativas en las que está trabajando A^3, el grupo de proyectos avanzados de Airbus, es el diseño de una aeronave autónoma monoplaza, aunque también se puede usar para carga, que pueda aliviar los problemas de tráfico de las grandes ciudades.
Bautizada como Vahana, el diseño escogido para esta aeronave es el de un convertiplano, una aeronave cuyas sus alas rotan, lo que le permite despegar y aterrizar como un helicóptero y volar como un avión. Es, además, eléctrica, con lo que contamina menos, y, además, autónoma, con lo que no hay que saber pilotar para usarla. Su autonomía es de unos 80 kilómetros, distancia que recorrerá en la mitad de tiempo que un coche.
Más que como un vehículo en propiedad, Vahana podría ser utilizada como un vehículo compartido al estilo de los Car2Go que cada vez son más habituales por nuestras calles. Pero no parece probable que eso sucede antes de 10 o 20 años. Según Rodin Lyasoff, el director de A^3, la mayor parte de las tecnologías necesarias —baterías, motores, electrónica de a bordo— ya están disponibles, pero todavía les queda por solucionar el asunto de que Vahana se pilote a sí misma, lo que, por supuesto, no es trivial.
Así que, por ahora, Vahana es poco más que una idea de los ingenieros de la empresa, aunque están ya dispuestos a empezar a trabajar en la construcción de un prototipo que esperan que empiece a hacer sus primeros vuelos de prueba a finales de 2017.
Claro que tanto Airbus como cualquier otra empresa que quiera ver en uso una aeronave autónoma necesitará que las autoridades competentes modifiquen las leyes actuales —o incluso que creen leyes nuevas— que les permitan volar sobre núcleos urbanos; también sería necesario construir las plataformas de aterrizaje necesarias.
Y eso por no hablar de que tendrán que convencer a los viajeros de las bondades y de la seguridad de Vahana por mucho que vaya a disponer de un paracaídas de seguridad diseñado para que pueda descender suavemente en caso de cualquier fallo grave; es muy distinto hablar de aviones de carga autónomos que montarse en uno de ellos.
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