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El futuro según Uber: iremos al trabajo volando

La firma propone evitar los atascos con coches voladores antes de una década

Prototipo del coche volador Aeromobil.Vídeo: EL PAÍS VÍDEO
José Mendiola Zuriarrain

Los desplazamientos por carretera en las grandes ciudades cada vez tienen menos sentido a medida que aumenta el parque de vehículos y se saturan unos viales que ya no pueden crecer más. El monstruo ha comenzado a devorarse a sí mismo y, dependiendo de las distancias, hasta el transporte mediante bicicleta puede resultar más eficiente en algunos casos (y desde luego, más económico). Cuando estamos atrapados en uno de esos descomunales atascos, mirando al cielo, podremos observar a los pájaros desplazarse libremente y sin molestar a nadie. En el aire no hay atascos y esto ha sido precisamente lo que ha llamado la atención a Jeff Holden, director técnico de Uber, quien ya vaticina un futuro en el que los chóferes de la compañía cubrirán sus recorridos entre nubes.

¿Se trata del sueño voluntarista de un visionario? No lo parece, al menos a tenor de lo trabajado y detallado del informe publicado en la web de la compañía por el directivo. Son 99 páginas en las que se plantea la problemática actual en los desplazamientos al trabajo y la solución aérea que propone la compañía. Y desde luego, los datos sobre la mesa son alarmantes: se calcula que los habitantes de urbes como Los Ángeles y Sidney dedican el equivalente a siete semanas al año atrapados en atascos. En Bombay, el tiempo promedio de traslado al trabajo, por cada trayecto es de 90 minutos, o lo que es lo mismo, sus habitantes dedican una media de 3 horas al día en ir y volver al trabajo. Un tiempo absolutamente improductivo que es robado además del cada vez más escaso tiempo libre en las grandes ciudades.

Los habitantes de urbes como Los Ángeles y Sidney dedican el equivalente a siete semanas al año atrapados en atascos

Hileras interminables de coches humeantes bloqueados en infraestructuras que ya no dan más de sí, y lo que es peor, sin posibilidad de ampliarse. Un escenario apocalíptico que además poluciona innecesariamente la atmósfera y que poco a poco va minando la salud de sus víctimas: este detallado informe apela a estudios médicos que relacionan el colapso de los atascos con la presión arterial de sus víctimas. Se trata de un despropósito del que Uber, que se juega las lentejas en ello, quiere huir a toda costa, o por lo menos, vislumbrar una solución que es más tangible de lo que inicialmente se podría suponer.

La propuesta planteada por Holden responde al nombre de VTOL (Vertical Take-Off and Landing), unas siglas que nos dan la primera pista del vehículo que pretende acabar con esta sinrazón: un coche volador propulsado por electricidad y que no necesita pistas de aterrizaje puesto que tanto el despegue y el aterrizaje lo hace verticalmente. La idea es que el cliente contrate como hasta ahora un Uber, pero en lugar de esperar en la acera la llegada del vehículo, éste llegue del cielo y le traslade en tiempo récord a su destino. El informe pone cifras a los ahorros de tiempo en el transporte: uno de los trayectos más usados a diario es el comprendido entre Marina (San Francisco) y el centro de San José. Ambos núcleos se encuentran a una distancia de unos 90 kilómetros y el tiempo habitual por carretera en cubrir esa distancia en coche es de 2 horas y 10 minutos, mientras que con el VTOL será de apenas 15 minutos. Una distancia recorrida, además, en línea recta.

La idea es que el cliente contrate como hasta ahora un Uber, pero en lugar de esperar en la acera la llegada del vehículo, éste llegue del cielo y le traslade en tiempo récord a su destino

Porque la otra gran ventaja de esta nueva forma de transporte propuesta por la firma estadounidense reside en no necesitar grandes infraestructuras: ni túneles, ni semáforos, ni señales de tráfico. El documento tiene todo contemplado y lo único realmente urgente sería crear una red de “vertipuertos” o superficies en las que estos vehículos voladores pudieran aterrizar. Para ello, Holden propone aprovechar los tejados de edificios o helipuertos existentes y así comenzar sin necesidad de invertir en grandes infraestructuras. A diferencia del modelo actual, Uber adquiriría los vehículos y contrataría a los chóferes, pero las cifras salen a la compañía, y en un futuro estima que un trayecto de 15 minutos en VTOL tenga un coste de apenas 21 dólares.

Uber considera factible esta idea, como pronto en cinco años, aunque para ello deberá hacer frente a una legislación que debe adaptarse a esta nueva forma de transporte. En este sentido, el informe destaca que “en los próximos meses y semanas”, Uber se pondrá manos a la obra por ir atando los múltiples cabos sueltos de este ambicioso plan.

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Sobre la firma

José Mendiola Zuriarrain
Es colaborador en la sección de Tecnología de EL PAíS. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto, escribe desde 2007 sobre nuevas tendencias y tecnología.

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