El futuro teclado del móvil es tu piel
Un nuevo sensor permite manejar directamente dispositivos electrónicos pulsando en cualquier parte del cuerpo de una persona
Cuando nos venden un teléfono táctil pensamos que se puede manejar tocando su pantalla con el dedo. Ahora, el concepto de dispositivo sensible al tacto se extiende más allá, a toda la piel del cuerpo. Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck y la Universidad de Sarre (Alemania) han desarrollado un sensor, denominado iSkin, que usa la piel como superficie para controlar los gadgets móviles. Se puede colocar en diferentes lugares del cuerpo, tienen la apariencia de una calcomanía y, además, pueden personalizarse.
"Los científicos actuales manejan componentes rígidos que son muy incómodos de llevar en el cuerpo; limitan las zonas en las que estos dispositivos pueden ser utilizados a la muñeca o la cabeza", señala Martin Weigel, miembro del equipo de investigación. "Nuestro dispositivo es flexible y extensible. Puede cubrir muchos otros lugares, como la parte trasera de la oreja o el antebrazo".
El dispositivo está hecho de silicona y fibra de carbono, y su coste de producción es inferior a un euro, si bien utiliza la misma tecnología que la robótica y las prótesis más avanzadas. Incluye sensores de presión que permiten al usuario controlar sus terminales digitales con solo tocarse un punto concreto de su cuerpo. Según sus creadores, se puede llevar con comodidad y además es estético —tiene la apariencia de un tatuaje— y no supone un riesgo para la salud al estar fabricado con materiales biocompatibles.
El nuevo producto está aún en fase de prueba. Según Weigel, hay que mejorarlo antes de su posible comercialización, para la que no se atreve a avanzar un precio. El investigador se muestra convencido de que el futuro de los gadgets pasa por hacer más fácil su uso.
El nuevo dispositivo usa la piel como superficie para controlar los 'gadgets' móviles
Los sensores están diseñados para ser muy resistentes y seguir funcionando incluso después de ser doblados o estirados, de manera que el usuario puede elegir cuándo, dónde y cómo utilizarlos para responder llamadas, controlar la música o usar un teclado que va sumando letras a medida que el usuario va tocando partes de su cuerpo. Incluso es posible lavar el producto, indica Weigel.
Para el responsable de Tecnología Digitales de Indra, Roberto Arias, se trata de un producto "muy interesante", que "nos libera de llevar elementos pesados e incómodos. Seguro que sectores como la medicina o la industria puede encontrar aplicaciones prácticas para iSkin que permitan su desarrollo", valora.
El proyecto de investigación ha sido financiado por un programa del gobierno federal alemán, aunque Weigel no indica con qué cuantía. En esta primera versión, el ingenio necesita estar conectado físicamente, a través de cables, a un ordenador, aunque los investigadores están convencidos de que en poco tiempo encontrarán la manera de vincularlo de forma inalámbrica a través de Bluetooth o wifi. Quizá el próximo paso sea implantarlo de forma permanente en el propio cuerpo humano. Por lo pronto, la ilusión de quienes soñaron con emular algún día a Tom Cruise y su manejo de varias ventanas y pantallas en la película Minority Report con meros gestos de sus dedos está ahora más cerca.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.