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El órdago de Meizu en la competición mundial de los móviles

La tecnológica china reúne mil millones de euros en diez meses para competir con los móviles de Xiaomi. Europa e India son sus mercados prioritarios. Meizu presentó ayer su última propuesta, el M2Note

El vicepresidente de Meizu, Bai Yongxiang, muestra el nuevo M2Note.
El vicepresidente de Meizu, Bai Yongxiang, muestra el nuevo M2Note.Z. ALDAMA

“En el sector de los teléfonos móviles los beneficios que deja la venta de los aparatos caen rápidamente. En muchos casos apenas se gana con los terminales. Por eso, para que una empresa sobreviva es necesario que tenga volúmenes muy grandes, de forma que pueda compensar sus cuentas con la comercialización de ‘software’ y de accesorios, que son mucho más rentables”. El vicepresidente de Meizu, Li Nan, ahora lo tiene claro. Pero hasta el año pasado no era así. “Tenemos que reconocer que hemos pecado de falta de ambición. Creímos que con hacer buenos teléfonos sería suficiente, que con ventas de un par de millones de unidades al año la empresa tendría éxito. Pero ha llegado el momento en el que necesitamos competir con otras marcas que crecen muy rápido”.

Li admite que tiene en mente a Xiaomi, el fenómeno tecnológico chino que ha revolucionado el sector. No en vano, el año pasado esta marca que no tiene ni cinco años de vida vendió más de 60 millones de smartphones, y para 2015 espera aumentar esa cifra hasta los cien millones. De momento, va por buen camino: según la consultora Gartner, aunque ha perdido la medalla de oro contra Apple en China, el principal mercado mundial, en los primeros tres meses de este año Xiaomi vendió 14,7 millones de aparatos, cinco millones más que en el mismo período de 2014. La start up más valorada del planeta -40.000 millones- se ha convertido en un fenómeno global, es ya uno de los cinco mayores fabricantes mundiales, y Meizu no quiere ser menos.

Muchos también han criticado las similitudes entre los diseños de la serie M y el iPhone 5C ,  así como de los del MX4 y el iPhone 6 , pero las cifras no dejan lugar a dudas: el órdago de Meizu funciona

Por eso, el año pasado la compañía de Zhuhai decidió dar un vuelco a su estrategia. “Nos dimos cuenta de que para poder aumentar de forma notable el número de usuarios de nuestro sistema operativo -Flyme-, teníamos que lanzar más productos al mercado -antes su catálogo se reducía a un modelo- y cubrir todas las gamas”, cuenta Li. Pero, para eso, Meizu necesitaba dinero. Mucho. Así que la empresa, cuyo capital estaba controlado con mano de hierro por el presidente y fundador Huang Zhang, se abrió a nuevos inversores. La primera ampliación de capital le reportó 240 millones de euros el pasado verano, a los que en febrero se sumaron los 540 millones que inyectó el gigante del comercio electrónico Alibaba, que ha visto en Meizu el aliado perfecto para combatir a Tencent, uno de sus principales competidores y aliado de Xiaomi. A cambio Meizu utiliza el sistema operativo de Alibaba -YunOS- en uno de sus terminales, y lo irá instalando en más.

El vicepresidente de Meizu Bai Yongxiang muestra el sistema de detección de huellas dactilares del buque insignia de Meizu, el MX4Pro.
El vicepresidente de Meizu Bai Yongxiang muestra el sistema de detección de huellas dactilares del buque insignia de Meizu, el MX4Pro.Z. ALDAMA

Con el último acuerdo que Meizu cerró en abril, esta vez con Digitone, la suma que ha ingresado en menos de un año supera los mil millones de euros. Y vaya si los ha invertido rápido. El pasado mes de septiembre comenzó a lanzar sus nuevos productos con el MX4, sucesor natural de los teléfonos que lleva fabricando desde 2009. Y luego apenas ha dejado pasar un mes sin estrenar uno nuevo: en noviembre mostró su guerrero de la gama alta -el MX4Pro que cuesta 1.999 yuanes en China (300 euros) y tiene -, en diciembre atacó la gama media con el M1Note, y estrenó 2015 con una carga de profundidad en la gama baja: el Meilan, que solo se vende en el gigante asiático, cuesta el equivalente a 100 euros. El martes cerró el círculo al presentar el M2Note, con el que, a juzgar por el número de periodistas indios que asistieron al lanzamiento en Pekín, se suma a Xiaomi, Huawei, o ZTE en el intento por conquistar al vecino hindú.

El objetivo es vender 19,9 millones de unidades este año, lo que supondría multiplicar por cuatro la cifra de 2014. Y puede que se quede corto, porque el M1Note ha colocado cinco millones en 150 días, y del MX4 se recibieron 10 millones de reservas

“Hay quien cree que hay muy poca diferencia entre nuestros productos, pero vemos cómo en China nos encontramos con segmentos de clientela diferentes con solo 500 yuanes (75 euros) de diferencia en el precio”, explica Li. Muchos también han criticado las similitudes entre los diseños de la serie M y el iPhone 5C -ambos utilizan carcasas de policarbonato de colores- y los del MX4 y el iPhone 6 -aunque el primero fue presentado antes-, pero las cifras no dejan lugar a dudas: el órdago de Meizu funciona. Aunque la empresa no quiere dar datos concretos sobre ventas, Li sí que avanza el objetivo de vender 19,9 millones de unidades este año, lo que supondría multiplicar por cuatro la cifra de 2014. Y puede que se quede corto, porque el M1Note ha colocado cinco millones en 150 días, y del MX4 se recibieron 10 millones de reservas. “Somos todavía una empresa mediana con una capacidad de producción relativamente reducida, así que puede que tengamos problemas si la demanda es muy grande. Donde no podemos fallar es en la calidad”, reconoció el también vicepresidente Bai Yongxiang durante la presentación del M2Note el martes.

El vicepresidente de la compañía Bai Yongxiang muestra los componentes del MX4.
El vicepresidente de la compañía Bai Yongxiang muestra los componentes del MX4.Z. ALDAMA

Además, consciente de que las marcas chinas suelen estar en el ojo del huracán por su tendencia a copiar en vez de a innovar, Bai resaltó una de las novedades del M2Note: el botón de inicio multifunción MBACK, con el que se puede volver atrás o ir a la pantalla de inicio y que elimina los tres botones característicos de Android. “Puede parecer poca cosa, pero estamos convencidos de que es una revolución”, aseguró. Li también considera que la industria de la electrónica cada vez verá menos innovaciones disruptivas y más microinnovaciones que llegarán sobre todo de China. “Y también es importante tener en cuenta que las marcas chinas estamos haciendo la tecnología accesible a todo el mundo”. Por ejemplo, el nuevo M2Note permite utilizar dos tarjetas SIM 4G al mismo tiempo -algo con mucha aceptación en los países en vías de desarrollo y también muy útil para los viajeros-, y aumentar la memoria interna del aparato hasta los 160 GB gracias a un ingenioso sistema que los técnicos de Meizu “han tardado meses en diseñar”. Y todo por un precio muy reducido.

La combinación de bueno, bonito, y barato es, precisamente, a la que Meizu fía su éxito internacional

Esa combinación de bueno, bonito, y barato es, precisamente, a la que Meizu fía su éxito internacional. “En nuestro proceso de internacionalización hay dos estrategias diferentes: por un lado, y a diferencia de lo que hace Xiaomi, queremos abrirnos camino en los mercados más desarrollados porque creemos que la migración del 3G al 4G tiene potencial y porque, además, sirven para apuntalar una buena imagen de marca; por el otro lado, nos interesan los mercados emergentes como India porque están ávidos de tecnología y aprecian la buena relación calidad-precio”, analiza Li. Claro que la competencia brutal que se ha desatado entre los diferentes fabricantes chinos puede tener también consecuencias negativas para las nuevas multinacionales. “Es evidente que no somos tan avariciosos como Apple o Samsung, pero también que en el futuro tendremos que aumentar nuestros márgenes de beneficios para sobrevivir”, sentencia el vicepresidente.

Hasta entonces, los consumidores están de enhorabuena. “La irrupción de las empresas chinas, sobre todo en el sector tecnológico, va a continuar”, avanza Zhou Xinming, profesor de Economía de la Universidad de Fudan. “Y no podemos olvidar que la mayoría de la electrónica que se vende en el mundo también procede de China. Un buen ejemplo en España es BQ, que no fabrica directamente sus propios terminales sino que hace el diseño y lo subcontrata luego a proveedores chinos. Lo mismo hacen Samsung y Apple. Así que la capacidad tecnológica de China es un hecho incontestable. Ahora lo que tienen que aprender las empresas chinas es a venderse en el mundo. Poco a poco, la percepción del ‘Made in China’ entre los consumidores extranjeros va mejorando, y tienen que aprovecharlo. Xiaomi y Meizu lo están haciendo ya y pueden marcar el camino para muchas otras en diferentes sectores”.

"Otro de los aspectos que Meizu considera interesante para el negocio es la interconexión que los 'smartphones' facilitan con otros electrodomésticos en lo que se conoce como el hogar inteligente", añade Li Nan. "Por eso hemos firmado ya acuerdos de colaboración con 110 marcas diferentes, de forma que los móviles de Meizu, y otros accesorios como los 'wearables' sean piezas clave de un ecosistema nuevo en el que casi todo se podrá controlar desde el móvil. Es algo interesante tanto para los usuarios como para empresas que buscan diversificarse para aumentar su rentabilidad", concluye.

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