Gates, Kutcher y Branson, unidos para cambiar el mundo
La plataforma de ciberactivismo Change.org recibe financiación por 25 millones de dólares
En un año han pasado de 35 millones de usuarios registrados a más de 80 en 196 países. El nivel de peticiones que consiguen su finalidad ya alcanza una hora diaria. Change.org considera que este ha sido su mejor aval para conseguir una ronda de financiación de 25 millones de dólares (unos 20 millones de euros). No es una cifra tan abultada como las que suelen airean Uber o las start-ups de moda, pero la plataforma de ciberactivismo sí puede presumir de famosos e históricos del mundo de la tecnología entre los que brindan apoyo económico.
Pocas empresas pueden presumir de contar entre sus inversores a los fundadores de LinkedIn, Twitter, Yahoo!, Microsoft, Virgin y el Huffington Post, pero sí es el caso de Change.org. En la última ronda de financiación de la plataforma han entrado Reid Hoffman, Evan Williams, Jerry Yang, Bill Gates, Bill Gates y Arianna Huffington. Ashton Kutcher, al que no le parecía tan mala idea que Uber planease espiar a periodistas, también está entre los que han aportado fondos. Más allá del mundo tecnológico, el financiero también ha mostrado su apoyo. Destacan nombres como el de Nicolas Berggruen o Joe Lonsdale del fondo Palantir, así como Sam Altman, presidente de la incubadora de start-ups de moda en Silicon Valley, Y Combinator.
Jennifer Dulski, presidenta del servicio, considera que este apoyo obedece al impacto que provocan en el mundo real: “No queremos un grupo de personas relevantes que apoyan nuestra visión y nos ayudan con su experiencia”. Sin embargo, no son una ONG, tampoco una empresa sin ánimo de lucro. “Nos enmarcamos dentro de lo que se denomina ‘el bien social’. Somos una empresa que busca hacer el bien, hacer negocios con un fondo ético. El dinero que ganamos revierte en la plataforma. Nuestra intención es ser un ejemplo y que otras personas que quieran empezar un negocio vean que se puede conseguir inversión y hacer el bien. Ojalá sigan esta senda los emprendedores del mañana”, se ilusiona.
El modelo de negocio se basa en cobrar a las grandes ONG -Oxfam es uno de sus clientes más relevantes- por patrocinar campañas y aparecer en más perfiles para que se sumen. En el último año han triplicado el número de campañas patrocinadas. “Básicamente, es gratis. Un usuario particular no va a pagar por ello, pero sí ayuda a crecer más”, explica. En líneas generales, son las propias peticiones y su interés a través de la difusión en redes sociales las que determinan el éxito.
No queremos un grupo de inversores capitalistas, sino personas relevantes que apoyan nuestra visión y nos ayudan con su experiencia”
Los fondos irán para impulsar, sobre todo, el uso desde el móvil: “Para que las acciones sean inmediatas”, dice Dulski. Es una forma de no perder relevancia y que se abandone una idea de cambio desde que se imagina hasta que se llega a un ordenador.
También quieren promover más acciones políticas de modo que la comunicación entre las organizaciones y los ciudadanos sea más fluida. A modo de ejemplo, Dulski pone al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, uno de los decision makers más activos. También está la de París y el de Sao Paulo. En total tienen 130 perfiles verificados en España. Es así como denominan a los que tienen capacidad para hacer realidad los cambios y quieren interactuar a través del servicio.
Parte del dinero irá también, no lo ocultan, en atraer a ingenieros, el bien más preciado y uno de los campos más competitivos en Silicon Valley. “En el último año hemos reclutado a gente de Netflix, Google o Twitter. La ventaja es que vienen porque creen en la misión”, matiza Dulski. La intención es duplicar el equipo en 2015.
La tercera meta que se plantean tomar un impulso verdaderamente global. “Nos interesa que se puedan cambiar las realidades en cualquier punto del planeta”. España es un país especial para Change.org, donde cuenta con seis millones de usuarios y mantiene el crecimiento. BBVA, La Caixa, Sanitas, Coca-Cola y Burger King son algunas de las empresas que mantienen un rol de escucha activa dentro la plataforma, pero si por algo destaca es por la cantidad de diputados con perfil verificado, 25. “Responden más que en ningún país. Esto da una idea de nuestro calado en España”, subraya.
La plataforma tiene seis millones de usuarios en España. América Latina es el lugar donde más crece
Dulski, que dejó Yahoo! para fichar por este servicio creado por Ben Rattray, acaba de llegar de Buenos Aires. “América Latina es el lugar donde más crecemos. Especialmente Argentina, Brasil, Colombia y Chile”, relata. La Copa del Mundo fue objeto de un algo número de peticiones. El gobierno de Cristina Kirchner está siendo objeto de presión para ayudar a los enfermos con diabetes. En Estados Unidos se multiplican las acciones relacionadas con los últimos actos policiales. “Piden que lleven cámaras integradas en el uniforme”, explica Dulski. "En Nueva York el alcalde ya lo ha aceptado. Cada vez será más común. Es una muestra más del poder ciudadano cuando sabe canalizar algo lógico”, añade.
Cada vez que se habla de activismo online surge una crítica constante: la del activismo de salón o el slactivism, que hace referencia a la vaguería. Dulski tiene claro que hay diferentes grados de implicación: “No decimos que los cambios sean sencillos, pero es un primer paso. No hay que pensar en la derrota antes de empezar. Lo importante es saber contarlo, tener una buena historia que invite a sumarse”.
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